Conexión Oscar 2026: Benicio del Toro, el efecto de una nueva variable ganadora en la categoría de actor de reparto
Querido Teo:
Han sido de todo menos sorprendentes las victorias de "Una batalla tras otra" en Nueva York y en la NBR en los primeros y firmes latidos de los premios que entregan las distintas Asociaciones de Críticos. Por si alguien lo dudaba Paul Thomas Anderson tiene a su favor la película, la narrativa y la ausencia de alternativas en una carrera de premios que ya parece ser una carretera de sólo una dirección en la autopista hacia el 15 de marzo de 2026. Quizá lo más llamativo ha sido el que ambas citas han coincidido en señalar a Benicio del Toro como el mejor actor de reparto lo que añade interesantes variantes para una categoría muy solidificada en cuatro nombres pero todavía sin dueño. El puertorriqueño aspira a contribuir al récord de que haya seis actores nominados al Oscar por una misma película.
La carrera al Oscar en la categoría de mejor actor de reparto comenzó con un primer favorito. Stellan Skarsgård presentó su candidatura en el Festival de Cannes donde “Valor sentimental” inició un camino que nadie dudaba que la llevaría hasta este momento. El intérprete sueco representa una veteranía y una forma de encarar el oficio que logra casar el cine más de autor con superproducciones de Hollywood. Uno de esos actores a los que siempre queda bien premiar pero que tienen que encontrar su momento. Su viaje como el director que busca redimirse con sus hijas a través de la mejor manera que tiene de expresarse, el cine, permite un viaje observacional y sentido a través de una interpretación tan sutil como auténtica y conmovedora.
Stellan Skarsgård no ha dejado de sufrir, a la hora de valorar sus aspiraciones, el hecho de tener como baza una interpretación poco efectista, tal y como ocurrió a otros veteranos que también fueron favoritos en su día en los tempranos compases de la carrera como Brendan Gleeson (“Almas en pena de Inisherin”) o Ciarán Hinds (“Belfast”).
Eso permitió que Sean Penn le desbancara en la mayoría de predicciones por su villano lleno de amoralidad, antipatía, dolor y patetismo que, ante las entusiastas opiniones que encumbraban a la película de Paul Thomas Anderson como la mejor película del siglo XXI, hacían ver muy factible un tercer Oscar para Sean Penn por encarnar a uno de esos villanos antológicos, desagradables como pocos, que se quedan en la memoria y con el que el actor cambiaba de tercio tras más de una década con una filmografía más que cuestionable.
La tercera vía siempre ha sido Paul Mescal en su viaje de catarsis a través del arte en la arrebatadora “Hamnet”, más cuando se confirmó que competiría en la categoría de reparto. Todo ello a pesar de que su personaje tenga más peso que en el libro y realmente la cinta sea el viaje de la Agnes de Jessie Buckley pero también el del dramaturgo. Es verdad que no se le ha puesto como opción preferente para ganar pero la posibilidad de hacerse con el Bafta (o incluso que la Academia se ponga juguetona y decida votarlo como protagonista) hace que su destino en estos Oscar esté todavía muy abierto.
Benicio del Toro se unió a la categoría algo más tarde que los tres mencionados, casi como un efecto arrastre ante la pujanza de “Una batalla tras otra”. Todo a través de un personaje breve pero lleno de carisma, personalidad y capacidad no sólo de ejercer de robaescenas y ser el mejor aliado para el viaje de rescate emprendido por Leonardo DiCaprio, sino también para ser todo un generador de “memes”.
Lo que era una candidatura ya sólida pero vista desde una perspectiva más alejada (al repartirse el favoritismo los Skarsgård, Penn y Mescal de turno) se ha reivindicado, de momento, como una opción favorita para la crítica que hace no sólo asegurar (por si había dudas) la candidatura de Del Toro (sería la tercera tras el Oscar de “Traffic” en 2001 y la candidatura por “21 gramos” en 2004) sino que también nos preguntemos si va a jugar un papel más importante del que pensábamos.
Este giro de los acontecimientos ha provocado que Sean Penn haya perdido mucho peso en sus opciones. El mismo no deja de ser un personaje aborrecible, poco dado a la compasión o la conexión emocional, que, si bien demuestra la garra no perdida por Penn, también es un derroche de sobreactuación tan propia de esa escuela representada por nombres que se dejan embeber más por el Método que por la canalización de las emociones e inquietudes del personaje desde un punto de vista más introspectivo.
En el concurso de simpatías que son los Oscar Benicio del Toro gana tanto desde el punto de vista del personaje (uno de los soplos de aire fresco en una película tan contundente como densa y sombría) como del de un intérprete que no ha hecho más que asentarse en las dos últimas décadas como una de las estrellas más solventes y solicitadas de Hollywood.
Todavía no se puede decir si realmente estos premios de la crítica pueden significar un posible segundo Oscar para Benicio del Toro (variable que hasta ahora no se contemplaba y que habrá que empezar a sopesar) pero lo que sí que deja claro es que supone un golpe en la línea de flotación de las opciones de Sean Penn que, además, sirve para reavivar las posibilidades de Stellan Skarsgård y Paul Mescal.
No estamos ante un caso como el de Melissa Leo y Amy Adams por “The fighter”, Sam Rockwell y Woody Harrelson por “Tres anuncios en las afueras” o Jamie Lee Curtis y Stephanie Hsu por “Todo a la vez en todas partes”. En esos casos la opción ganadora de la dupla estaba clara y, a pesar de compartir categorías, se entiende que no hubo una división de votos muy destacada. Eso sí que puede pasar en esta ocasión ya que, si los que vayan a votar a favor de la película en este apartado se dividen entre Sean Penn y Benicio del Toro, eso puede dar un aire inusitado y definitivo bien a Stellan Skarsgård o a Paul Mescal, especialmente en el caso de que alguno de los dos gane el The Actors y/o el Bafta.
El hecho de que “Una batalla tras otra” vaya a llegar como una opción de rodillo en los Oscar (tal como ocurrió especialmente en los casos de “Todo a la vez en todas partes” y “Oppenheimer”) puede hacer desequilibrar la balanza en algunos apartados en caso de duda (especialmente con Leonardo DiCaprio o Teyana Taylor) pero dos nombres tan fuertes en un mismo apartado pueden pasar factura al no ser que Benicio del Toro termine materializando el “sorpasso” definitivo y en realidad sea él el que haya que considerar el favorito de la categoría dejando bajo mínimos las opciones de Sean Penn.
En todo caso, y tras un decepcionante inicio de carrera en el que hay poco interés en sorprender o respaldar a apuestas que se salgan de las que llevamos hablando meses y meses, este nuevo enfoque en actor de reparto a raíz de los premios de Benicio del Toro imprime un nuevo aire, al menos en esta categoría, que se agradece y que permite que no podamos apartar la mirada de esta carrera de premios para comprobar cómo sigue evolucionando.
Nacho Gonzalo






















