"Asier y yo"
La web oficial en español tiene trailer, cartel, fichas, fotos y críticas.
El argumento: “Asier y yo crecimos juntos en las conflictivas calles de la Iruñea de los ochenta. Después, tomamos caminos diferentes: Asier permaneció allí realizando actividades de claro compromiso político, y yo me trasladé a Madrid. Tenía un sueño: Ser actor. En la escuela de arte dramático hice un montón de amigos de todas partes. Pasaron los años y mi sueño de ser actor fue haciéndose, poco a poco, realidad. En Marzo de 2002, Asier desapareció; se había integrado en ETA. Después fue arrestado y encarcelado en el estado francés. Pasaría los siguientes ocho años en la cárcel. Durante todo ese tiempo, a mis amigos de Madrid les hablaba mucho de Asier, de lo especial que era para mí nuestra amistad. Pero, a menudo, la conversación derivaba en preguntas para las que yo no encontraba respuesta: ¿Cómo hacerles entender mi amistad con un militante de ETA? ¿Cómo hacerles entender qué pudo llevarle a tomar una decisión que a mí mismo me costaba asimilar?”
Conviene ver: Aitor Merino no pretende realizar un análisis de la actualidad, ni un estudio sociopolítico de un tema tan delicado. Merino da un paso más y nos retrata de una forma valiente la relación, real, entre dos amigos: El propio realizador y Asier, ex convicto y simpatizante de ETA. La película apela a un espectador crítico pero dispuesto a conocer esa realidad intentando comprender pero no justificar. Y si bien es Asier el protagonista absoluto de este documental, Merino intenta mostrarnos distintos puntos de vista, lo que se agradece y le da más verosimilitud al relato, siendo el más logrado el momento en el que la madre reprocha al terrorista todo el dolor causado por la banda, así como el contraste con el que se ve el tema desde Madrid y desde el País Vasco. Un trabajo que va de la anécdota para ofrecer una mirada interesante y general sobre el conflicto vasco desde el punto de vista más humano, el de la relación entre dos personas, pero es una pena esa ingenuidad y honestidad tan grande que inunda el proyecto y que provoca que esa relación nuble la realidad sobre la necesaria condena de unos actos en los que no cabe ni justificación, ni disculpa ni intento de comprensión.
Conviene saber: Documental de Aitor Merino que ya dirigió anteriormente el corto “El pan nuestro” (2007).
La crítica le da un SEIS