"Baltimore"
La web oficial.
El argumento: La verdadera historia de Rose Dugdale, una joven heredera que se rebeló contra su educación aristocrática inglesa para alistarse en 1974 como voluntaria en el IRA (Ejército Republicano Irlandés) al radicalizarse tras las atrocidades del Domingo Sangriento en Irlanda del Norte en 1972.
Conviene ver: “Baltimore” parte de la historia real de Rose Dugdale, que de rica heredera y estudiante en Oxford pasó a ser una activista que se alejó de los convencionalismos clasistas propios de su familia rechazando sus privilegios y abrazando el compromiso social, reivindicatorio e identitario en los años más convulsos del IRA en la Irlanda de la década de los 70. Una mujer que dejó de lado la posibilidad de un matrimonio concertado y la estabilidad que le daba su apellido familiar (a los 17 años, en 1958, asistió a la ceremonia de “debutantes” en el Palacio de Buckingham) para abrazar un idealismo que terminó convertido en fanatismo en el que había sobre todo, más allá de convicciones, el propósito de reinventar su propio destino dinamitando los cimientos de todo aquello en lo que había sido criada frente a lo que se revolvía con furia siendo capaz de hacer cualquier cosa frente al imperialismo británico en suelo irlandés. Entró en 1974 como voluntaria en el IRA y sobre todo destaca el golpe, llevado a cabo junto a otros compañeros, en el que robó 19 obras de arte de Russborough House en Wicklow, al este de Irlanda, en el que, además de contribuir a apoyar la lucha armada de la organización, había mucho de reivindicación para que la cultura se acercara a la clase obrera y no a las élites que la sienten como propia y digna sólo para ellos. Eso sí, la joven también fue causante de varias muertes especializándose como fabricante de explosivos. La narrativa fragmentada resta fuerza y solidez a la historia de esta revolucionaria frente al capitalismo, pretendiendo ofrecer algo distinto a los habituales biopics academicistas, que resuelve con aplomo y energía una estupenda Imogen Poots que abraza la intensidad de su personaje, lleno de rabia y obcecación, en su elegida clandestinidad en la que hay mucho de ambigüedad moral, por como sus ideas pasan a ser primero ilusión, después cerrazón y finalmente violencia, aunque los saltos temporales y los movimientos de cámara diluyan a la propia cinta no buscando ningún tipo de empatía con el personaje pero sí entendiendo sus impulsos y motivaciones. Una película que, además de los orígenes, mítines y golpes llevados a cabo por Rose Dudgale y el adentrarse en los días en que estuvo recluida en una cabaña en Baltimore en el condado de Cork junto a los lienzos mientras las autoridades iban detrás de ella, se aleja de la estructura formal clásica de este tipo de historias y no duda en cuestionar a un personaje que, parapetándose en su feminismo y compromiso y en el intento de hacer un mundo mejor en contra de la opresión y la injusticia, no dejaba de ser una criminal bañada de odio, radicalismo y violencia, ingredientes que desmontan cualquier idealismo o buen propósito. Una película interesante y entretenida pero que se queda corta en resultado ante el potencial y complejidad del personaje y su escasa capacidad de remover moralmente.
Conviene saber: La película está codirigida y coescrita por Christine Molloy y Joe Lawlor.
La crítica le da un SEIS












