Cine en serie: "The new look", la serie que cuenta lo que ilusionó a un país hundido

Querido Teo:

Partiendo de los cuatro años de ocupación nazi de París durante la II Guerra Mundial, entramos en un drama bien construido, donde la moda no es lo único, aunque sí las personas que vivieron de ella y con ella. La mañana del 12 de febrero de 1947 Dior presentó su primer desfile de moda. Todavía estaban muy presentes los dolores y las angustias de la guerra. Estados Unidos vertía en Francia más millones de dólares que en ningún otro país, pero todo parecía poco para superar la depresión social de varios millones de franceses divididos entre resistentes y colaboracionistas.

Los apoyos psicológicos estaban en sus valores tradicionales: cocina, perfumes, vinos y el arte de vestir. La moda había obtenido semejante posición desde que había alcanzado la calle y la mujer parisina a finales del siglo XIX tirara los corsés y liberara sus movimientos. Ninguna mujer hasta ellas se había atrevido a andar por un lugar público con la vista levantada, con una seguridad y anchura de paso similar a la de cualquier hombre.

La ocupación nazi era un robo organizado de grandes vinos, arte y también las telas más valiosas que se empleaban para la moda. Los grandes modistos vivieron un dilema que refleja la serie: colaborar con los nazis haciendo la mejor ropa para sus madres, hijas y esposas…. O desaparecer. Queda muy bien reflejado cuando un alto mando nazi obliga a que el propio Dior se presente con hilo y aguja en una fiesta, para coserle el desgarrón que se ha hecho su esposa en el vestido.

La estética durante la ocupación se había vuelto utilitaria, seria y tan restrictiva como obligaba una economía débil. En un momento en que la gente estaba aburrida de aquella estética “militar”, Dior presentó un glamour que la sociedad de la posguerra sintió anhelar.

El editor de US Harper's Bazaar, Carmel Snow, fue entusiasta: “¡Es una gran revolución, querido Christian! ¡Tus vestidos tienen un aspecto tan nuevo!". Por eso la colección recibió el nombre de “new look". Esto ocurriría casi dos años después de acabada la guerra; el viaje parte del peor momento de la ocupación y junto a Dior se destaca a la otra gran dama de la moda: Coco Chanel.

Coco Chanel, abandonada en un orfanato, luchó hasta ser la mujer más admirada del mundo de la moda de todos los tiempos. La serie la muestra entre los colaboracionistas para recuperar su patrimonio. Con una fortuna de 25 millones de dólares murió sola frente al televisor en una fría suite del Ritz. Había alcanzado los 87 años y dejado huellas de su vitalidad entre muchas de las personalidades de la época. Presumía de tener a Picasso o a Stravinski entre sus amigos, aunque la dejaron algo sola el día de su entierro en Lausana.

En los últimos años Coco inspiró a creadores como Truman Capote, que escribió un guion sobre su vida. En 1969 la personificó Katharine Hepburn y Audrey Tautou lo hizo en 2009. Ahora es el turno de Juliette Binoche que le imprime un aire nervioso, un espíritu práctico, capaz de aceptar a un oficial nazi como amante en defensa de sus intereses y al mismo tiempo sentirse la más patriota. Una personalidad compleja, ególatra y orgullosa, con un instinto de supervivencia entrenado durante los años de lucha por alcanzar el éxito.

En esta forma Chanel es la encarnación de un París, con las mismas contradicciones entre la aceptación y la resistencia. La serie muestra a Chanel como una fuerza de la naturaleza. Una que, además, mantiene su decisión de cambiar la imagen que limita a la mujer y si para ello ha de doblegarse lo hará y lo justificará como su forma de resistencia.

Aunque la moda sea el motor, se trata más de un drama histórico muy bien presentado y digno de las mejores series producidas con la marca de Apple TV+.

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Carlos López-Tapia