La luz de los fotogramas: Robert Richardson, dinamismo y riqueza en detalles
Querido Teo:
Sí hay un realizador que destaca por encima de otros gracias al impacto que causan sus películas ese es Quentin Tarantino. La carga audiovisual que contienen sus películas ha sido significativa en el mundo del cine, su obra tiene por base una exquisita dirección de fotografía y una selección musical cuidada. En las 16 películas que forman su obra, Tarantino ha tenido un total de cuatro directores de fotografía. Las primeras películas “Reservoir dogs” (1992) y “Pulp fiction” (1994) fueron firmadas por el polaco Andrzej Sekula. En los dos siguientes trabajos de Tarantino fue el mexicano Guillermo Navarro quién se encargo de la fotografía. Cabe recordar que tanto “Four rooms” (1995) como “Jackie Brown” (1997) tuvieron una dirección muy sobria. La fotografía de las dos películas que compusieron el fallido experimento “Grindhouse” (2007) fueron dirigidas por el propio Quentin. Este ensayo marcó un punto de inflexión en la carrera de nuestro protagonista, ya que nunca más se ha vuelto a poner en el rol del director de fotografía, delegando esta función en el multipremiado Robert Richardson, incluida la última película de Quentin hasta la fecha: "Django desencadenado" (2012).
Robert Richardson nació en 1955 en la localidad de Hyannis, en el estado de Massachusetts en los Estados Unidos. Estudió Arte en la Rhode Island School, destacando en cinematografía. Tras finalizar los estudios, un jovencísimo Bob Richardson debutó en el mundo cinematográfico como primer asistente de cámara en la película “Reborn (Renacer)” que en 1981 rodó Bigas Luna en la ciudad californiana de Los Ángeles. Posteriormente hizo distintas colaboraciones, siendo la más destacada la que realizó como operador de cámara de la segunda unidad de “Pesadilla en Elm Street” (Wes Craven, 1984) y su trabajo de documentación para el documental de la cadena pública estadounidense PBS sobre El Salvador, “The front line: El Salvador” (Jeff B. Harmon y Max Stahl, 1983). Gracias a este trabajo Oliver Stone se fijó en él y le contrató para que formase parte del equipo de rodaje de “Salvador” (1986) y empezaron una fructífera relación, dónde Richardson también se encargó de la fotografía de las siguientes películas de Stone, empezando por “Platoon” (1986), con la que obtuvo un reconocimiento por parte de la industria del cine independiente y su primera nominación a los premios de la Academia de Hollywood. Continuaron trabajando juntos en “Wall Street” (1987), “Hablando con la muerte” (1988), “Nacido el cuatro de Julio” (1989), por la que es nominado nuevamente a los Oscar, y en 1991 dirigió la fotografía de “JFK“ siendo su trabajo premiado con una estatuilla.
Luego trabajó en “Algunos hombres buenos” (Rob Reiner, 1992) y volvió a colaborar con Oliver Stone en “Asesinos natos” (1994). En 1995 fue reclamado por Martin Scorsese para rodar “Casino”, tras este éxito volvió a trabajar con su amigo Oliver Stone firmando la fotografía de “Nixon” (1995), para después la última colaboración de ambos hasta la fecha: “Giro al infierno” (1997).
Tras estos trabajos, comenzó a ser llamado por grandes producciones de Hollywood como fueron “Cortina de humo” (Barry Levinson, 1997), “El hombre que susurraba a los caballos” (Robert Redford, 1998) o “Mientras nieva sobre los cedros” (Scott Hicks, 1999), por la que sería nominado nuevamente. Martin Scorsese quiso volver a trabajar con él y le llamo para firmar la fotografía de “Al límite” (1999). Fue con el cambio de milenio cuando se juntaron Robert Richardson y Quentin Tarantino para contarnos la historia de Bill en las dos partes de “Kill Bill”.
Hasta la fecha sus trabajos han sido casi siempre combinando trabajos con Martin Scorsese y con Quentin Tarantino. Con Scorsese hizo “El aviador” (2004), por la que consiguió un segundo Oscar, el documental “Shine a light” (2008), “Shutter Island” (2010), el documental “George Harrison: Living in the material world” (2011) y “La invención de Hugo” (2011), película por la que se llevó su tercera y última estatuilla obtenida hasta la fecha. Con Tarantino ha grabado “Malditos bastardos” (2009) y “Django desencadenado” (2012), siendo nominado por ambas a los premios de la academia hollywoodiense.
No queremos dejar en el tintero electrónico las películas “Ocho hombres” (John Sayles, 1988), “The Doors” (Oliver Stone, 1991), “Ciudad de esperanza” (John Sayles, 1991), el documental “Fast, cheap & out of control” (Errol Morris, 1997), “Las cuatro plumas” (Shekhar Kapur, 2002), “El buen pastor” (Robert de Niro, 2006), otro documental con Errol Morris como “Standard Operating Procedure” (2008) y “Come, reza, ama” (Ryan Murphy, 2011).
Su fotografía es cuidada, dinámica y llena de detalles. Cabe resaltar, por ejemplo, en “Django desencadenado” cuando sale la sangre a borbotones tras un balazo, o la escena en la que Django y el Doctor King atraviesan el pueblo y la cabeza de Django pasa justo por debajo de una soga de horca, significativa esa escena…
David Santamaría