En contra de lo que muchos puedan pensar, el cine no se inspira tanto en los gansters y mafiosos como estos en el cine. Al encontrarme esta peli entre las “50 películas que volver a ver antes de morir”, he recordado a un par de chicos que me ha “presentado” literariamente Roberto Saviano en su “Gomorra”. dos muchachos de Casal di Príncipe, Giuseppe y Romeo , que a estas alturas probablemente estarán en prisión o bajo tierra.
Ya dentro de la Camorra empezaron a asediar a los chicos de su misma edad. Eran fanfarrones y con esa simpatía “graciosa” y prepotente, que se expresaba por ejemplo dejando como propina en la pizzería el doble de la cuenta. Camisa abierta, paseaban desafiantes, cabeza alta. A menudo Giuseppe llamaba Donnie a Romeo, por Donnie Brasco. Aunque este fuera un policía infiltrado, lo salvaba que se convirtiera en un verdadero mafioso convencido. Sin tener carnet de conducir se subían a sus ciclomotores para ir de “caza”… casi siempre parejas de enamorados en busca de intimidad. Es frecuente encontrar en aparcamientos napolitanos grupos de coches con las ventanillas cubiertas con papel de periódico donde se poliniza sin complejos y sin pagar una pensión. Los matones aislaban a una pareja que buscaba o volvía de un lugar adecuado para amarse. Provocaban entonces un accidente y cuando los ocupantes bajaban para tomar los datos del seguro, uno de los dos se acercaba a la chica, le escupía en la cara y esperaban a que el novio reaccionara para poder machacarlo a golpes. O sea, dos angelitos mejor muertos que vivos.
Un día salieron con una metralleta y se presentaron ante un grupo de muchachos. Dispararon procurando únicamente hacerles sentir el olor de la pólvora y el silbido de los proyectiles, sobre sus cabezas… buscando la herida del miedo. Antes de disparar, uno de los dos había mascullado algo. un testigo dijo que se parecía a la Biblia, y, a partir de unas cuantas frases entresacadas se confirmó. Era el pasaje recitado por Jules Winnfield antes de matar al chico que había hecho desaparecer el maletín de Marcellus Wallace: Ezequiel, 25, 17: El camino del hombre timorato está amenazado por todas partes por la iniquidad de los seres egoístas y por la tiranía delos hombres malvados. Bendito sea el que en nombre de la caridad y de la buena voluntad conduce a los débiles a través del valle de las tinieblas porque él es en verdad el pastor de su hermano y el buscador de los hijos extraviados y mi justicia caerá sobre ellos con grandísima venganza y furiosísima indignación sobre los que pretendan corromper y destruir a mas hermanos y tú sabrás que mi nombre es el del Señor cuando haga caer mi venganza sobre ti.
Giuseppe y Romeo encontraron su modelo, porque se les ajustaba bien, una comedia negra, o un thriller cómico, como era su propio futuro. No disfrutaban de la represión y los ejemplos necesarios para no mezclar un juego con un drama.
Cuando Travolta salió del estreno de “Pulp Fiction”, muy agradecido por todo aquello, aclaró esa diferencia al preguntarle por Tarantino. “A Quentin le entretiene la violencia, pero no forma parte de su vida. No es como si estuviera liberando sus demonios. Tan sólo está liberando todo aquello que le entretuvo según se iba haciendo mayor. Quentin es una de las personas más simpáticas que he conocido. Tiene un corazón inmenso.”
Quentin, como todos, está devolviendo al mundo lo que le dio. A los dos años y medio lo único que comía eran perritos calientes y hamburguesas. Sólo eso. Y ahí están los protagonistas de “Reservoir dogs” comiendo una hamburguesa Big Kahuna en el prólogo, la misma idea reutilizada en “Pulp Fiction” y en “Abierto hasta el amanecer”. No hay imaginación, pero si utilización inteligente e interpretación. Incluso en la secuencia hamburguesera de “Pulp Fiction”.
En septiembre de 1992 se celebró un estreno mundial de “Reservoir Dogs”en una sala de París y Quentin fue criticado con aspereza por una directora francesa, que dijo sentirse más herida que nunca por una película, al ver la famosa escena de la oreja.
“Lo que más me jode es que te lo pasaras tan bien rodando esa escena. Salta a la vista” dijo a Quentin.
“No, tú eres la que lo ha pasado en grande viéndola”, contestó él.
Quentin todavía tenía la sofisticación de un cow-boy de ciudad y por mucho París que tuviera alrededor, fue a un McDonalds, donde pidió una hamburguesa Royale, conocida en su pueblo como «un cuarto de libra con queso». Le asombró tanto el cambio de nombre en francés que tomó buena nota.
Toma nota tu también diario: Esta noche, a las 22:00 en TCM puedes verla, pero no se te ocurra levantarte luego la tapa de los sesos (que hermosa expresión) luego, queda todo muy sucio….
¿En qué circunstancias cualquiera de nosotros podría transformarse en un asesino en serie? Es inquietante que las haya. Hay novelas que no se conforman con contar una historia y esta es una. Al margen de la serie de novelas que ha hecho popular a este escritor, y que el año que viene se estrenarán como serie de televisión, es la novela más incómoda y estimulante de Jo Nesbø, y también una de las más arriesgadas. El autor noruego más popular de la novela negra abandona su territorio habitual para situar la acción en el Medio Oeste de Estados Unidos, un lugar poco frecuentado por la ficción criminal internacional, pero clave para entender la América contemporánea. Allí, en un estado marcado por la herencia escandinava que afecta incluso a la propia familia del autor, el frío extremo y una identidad cultural muy reconocible (los hermanos Coen, Bob Dylan o Prince), Nesbø construye una historia que va mucho más allá de una cadena de asesinatos.
El Gremio de Actores (SAG) abrió el camino con su paso a Netflix y en ese momento ya todos intuíamos que estábamos ante un punto de inflexión para un cambio de modelo que deja atrás a los medios tradicionales. Ahora son las plataformas e internet las que mandan y es conocida la preocupación que ha habido en distintos sectores por el alcance de una audiencia fragmentada que ahora recala en nuevos formatos. La Academia de Hollywood ha anunciado hoy en nota de prensa que a partir de 2029 (la que será la 101ª edición de los Oscar) la gala será retransmitida en directo y en abierto a todo el mundo a través de YouTube. Ya habrá tiempo para verlo pero... ¿significará que ya no irrumpirá la música para cortar discursos de los ganadores? ¿Se eliminarán los continuos bloques publicitarios? ¿Se recuperarán los Oscar honoríficos? ¿Volverá a ser un evento que recupere cierta cinefilia en lugar de querer convencer al espectador más masivo?
La "shortlist" es uno de los anuncios más esperados en la carrera al Oscar y no hace más que indicar que las nominaciones ya están cerca siendo los académicos los que empiezan a tomar la palabra poniendo las cosas en su sitio para hacer frente al ruido de las Asociaciones de Críticos y los oscarólogos de nueva cepa. En esta ocasión se ha revelado las que continúan en el camino en 12 categorías (respecto al año pasado se añaden dirección de casting y fotografía). "Sirat" marca todo un hito estando presente en 5 apartados, cifra que no logra ninguna de sus rivales de cara al Oscar a la mejor película internacional, no redondeándose la jugada para la cinematografía española ya que "Tardes de soledad" no ha pasado el corte entre los 201 documentales que iniciaban la carrera al Oscar pero sí que lo hace el corto animado "El fantasma de la Quinta" de James A. Castillo. Un trabajo sobre los tormentos del pasado que se le aparecen a un exhausto, solitario y enfermo Francisco de Goya que realizará las Pinturas Negras en las paredes de su hogar como último recurso para combatir tanto las visiones como la angustia que le corroe.
Un año de enormes y sentidas pérdidas cinematográficas nos tenía preparada otra noticia luctuosa añadida de sordidez truculenta. Es lo que acompaña a la muerte del director, guionista, productor y actor Rob Reiner cuyo cuerpo, además del de su esposa Michele Singer, ha sido encontrado acuchillado en su mansión de Brentwood (California) asesinados, como ha terminado confirmándose, por su hijo Nick. A Rob Reiner debemos algunas de las películas más generacionales de una época que le hizo encadenar unos años dorados entre mediados de los ochenta y los primeros noventa. Tenía 78 años y era hijo de un tótem del espectáculo estadounidense como Carl Reiner (figura a la que admiraba pero que también le intimidaba y sobre la que fue capaz de emerger) y la cantante y actriz ocasional Estelle Reiner para la que contó en la escena más reconocible de una de sus grandes obras, “Cuando Harry encontró a Sally” (1989), absoluto clásico de la comedia romántica contemporánea en el que precisamente se conocieron Rob Reiner y Michele Singer. Allí iniciaron su propia historia de amor que llevó a que fruto de su flechazo la cinta incluso terminara con un final más esperanzador del previsto.