In Memoriam: Drew Struzan, la magia del cine a través de sus carteles
Querido Teo:
Podríamos decir que su trabajo fue extracinematográfico pero, en verdad, gente como Drew Struzan logran que la magia del cine permanezca y se propague de generación en generación. El artista e ilustrador de algunos de los pósters más icónicos de la historia del cine ha fallecido a los 78 años tras mucho tiempo retirado por el devenir de los tiempos primero y por su Alzheimer después. Su influencia, trayectoria y legado a lo largo de más de 200 carteles para el cine (todo un arte en extinción pero del que ha sido máximo referente) quedó más que bien retratado en el documental “Drew: The man behind the poster” (2013).
Drew Struzan no es otro que el ilustrador de carteles o portadas cinematográficas (aunque también se haya encargado de libros y cómics) más famoso y más importante del cine junto a nombres como John Alvin, Saul Bass, Richard Amsel y Bob Peak. Sus inicios fueron dedicados a la industria discográfica, donde realizaba numerosas portadas de discos, siendo por aquel entonces cuando Hollywood le hizo una oferta para trabajar en el mundo del cine.
Fue en su mayoría en películas de de serie B hasta que llegó “Star Wars”, siendo su lanzamiento al estrellato. Además de las seis primeras películas de la saga de George Lucas (las estrenadas entre 1977 y 2005) o las cintas de Indiana Jones (entre 1981 y 2008) también se encargó de los carteles de “Blade Runner” (1982), “La cosa” (1982), “E.T., el extraterrestre” (1982), “Los Goonies” (1985), “Regreso al futuro” (1985-1990), “Golpe en la pequeña China” (1986), “Hook” (1991), “Los Picapiedra” (1994), “La isla de las cabezas cortadas” (1995), “El planeta de los simios” (2001), las dos primeras películas de Harry Potter (2001-2002), "Torrente 3: El protector" (2005) o “El laberinto del fauno” (2006).
Su trabajo se extiende hasta el mundo del diseño gráfico, como, por ejemplo, el primer logotipo de la empresa de efectos especiales creada por George Lucas, Industrial Light & Magic, o ya en la década de los noventa una colección de más de treinta sellos de correos de Estados Unidos, entre los que destacaban los de John Wayne o el de James Stewart, lo que le llevó a diversificar su labor siendo consciente de la evolución de los tiempos: “Cada vez hay menos gente que haga lo que yo hago. Pero siempre existirá la necesidad de un artista. Siempre habrá trabajo por hacer”.
Nacho Gonzalo














