In Memoriam: Glenda Jackson, símbolo de la modernidad británica

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Querido primo Teo:

Ha fallecido a la edad de 87 años Glenda Jackson, una de las mejores actrices británicas surgidas en las últimas siete décadas que se convirtió en un símbolo de la modernidad gracias a una imagen nada canónica y un carácter combativo. Su talento fue reconocido con la triple corona de la interpretación: 2 premios Oscar conseguidos por sus trabajos en “Mujeres enamoradas” en 1971 y “Un toque de distinción” en 1974, 2 premios Emmy por encarnar a Isabel I de Inglaterra en la miniserie “Elizabeth R” en 1972 y el Tony por “Tres mujeres altas” en 2018. Su compromiso con las causas sociales, especialmente las relacionadas con la garantía de los derechos de las mujeres, le llevó a dedicarse de pleno a la actividad política, formando parte del partido Laborista, siendo diputada electa en 1992 y subsecretaria parlamentaria del Ministerio de Transportes durante el gobierno de Tony Blair. 

Nacida el 9 de Mayo de 1936 en Birkenhead en el seno de una familia obrera con padre albañil y madre mujer de la limpieza. A la edad de 18 años le concedieron una beca para estudiar en la Real Academia de Arte Dramático de Londres. Debutó en el teatro con la obra “Mesas separadas”, que le proporcionó muy buenas críticas, y consiguió entrar en la prestigiosa The Royal Shakespeare Company. 

Mientras hallaba la estabilidad laboral en el mundo de la interpretación trabajó en una farmacia, atendiendo en una cafetería y en el servicio de llamadas para una agencia de teatro. En su carrera fue determinante el director teatral Peter Brook que le llevó a lo más alto de la escena británica. Obtuvo un gran éxito con las obras “Marat Sade”, estrenada en 1965, y “Hamlet”, de ese mismo año, que también representó en París y Broadway.

Tuvo su primera incursión cinematográfica con la película “This sporting life” (1963) y seis años después alcanzaría la fama gracias a “Mujeres enamoradas” (1969) de Ken Russell, adaptación de la novela de D.H. Lawrence. La película era un reflejo de la revolución sexual y la liberación de la mujer e iniciaría la relación con un director con el que también rodó "La pasión de vivir" (1970), "Salomé" (1988) y "El arcoíris" (1989).

Jackson encarnaba a Gudrun Brangwen, un personaje complejo, dotado de una fuerte carga sexual y que tomaba la iniciativa frente a los hombres, eso supuso un punto de ruptura en el retrato de la mujer. “Mujeres enamoradas” tuvo problemas con la censura en Gran Bretaña pero fue un enorme éxito. La película tuvo 4 nominaciones al Oscar, entre ellas una para la dirección de Russell, y Jackson se alzó con el premio a la mejor actriz. 

Con 34 años Glenda Jackson se había convertido en la actriz más prestigiosa del mundo y también en la más aguerrida ya que eran notorias sus protestas en contra de la Guerra de Vietnam y sus reivindicaciones feministas. También corría el riesgo de ser flor de un día y de pasar rápidamente al olvido en una industria tan competitiva. No fue así.

Un año después de ganar el Oscar protagonizó la miniserie producida por la BBC “Elizabeth R” (1971) que retrataba a la figura de Isabel I de Inglaterra y que tuvo un éxito clamoroso. Ganó en la misma edición dos premios Emmy y su interpretación de la reina virgen sigue siendo considerada una de las más precisas de todos los tiempos. A la monarca británica volvió a encarnarla en la película “María, reina de Escocia” (1971) junto a Vanessa Redgrave.

Los inicios de la década de los 70 le pertenecían a Glenda Jackson. Fue nuevamente candidata al Oscar por “Domingo, maldito domingo” (1971) de John Schlesinger, que le hizo ganar el Bafta, y volvió a dar en la diana con “Un toque de distinción” (1973) de Melvin Frank, una comedia romántica coprotagonizada por George Segal que explotaba el magnetismo sexual y la inteligencia de la actriz.

Fue una sorpresa que ganara su segundo Oscar, con el primero tan reciente y enfrentándose a actrices tan elogiadas como Barbra Streisand (“Tal como éramos”), Ellen Burstyn (“El exorcista”) o Joanne Woodward (“Deseos de verano, sueños de invierno”). Por “Un toque de distinción” también fue premiada en el Festival de San Sebastián.

Su última candidatura al Oscar la consiguió por “Hedda” (1975), adaptación de la obra “Hedda Gabler” de Henrik Ibsen que la actriz ya había protagonizado en teatro. Jackson había triunfado en el Hollywood que era un manicomio dominado por los locos porque se alejaba de las estrellas convencionales que llegaron a la cima durante el sistema de Estudios.

Pero su verdadera pasión estaba sobre las tablas y cada vez más en el activismo político. Su presencia en la gran pantalla se fue reduciendo paulatinamente, sí que estuvo cada vez que Ken Russell le reclutaba para algunos de sus proyectos. Fue nominada al Globo de Oro por la miniserie “Sakharov” (1984) y a destacar que protagonizó una versión de la obra de Federico García Lorca “La casa de Bernarda Alba” (1991) para la televisión.

Glenda Jackson fue muy crítica con Margaret Thatcher y a finales de la década de los 80 cada vez estaba más implicada en el activismo político en concreto en defensa de las clases más desfavorecidas ante la implicación en ello debido a sus orígenes humildes, participó en la campaña contra el “apartheid” en Sudáfrica y estuvo en Etiopía en 1986 como integrante de Oxfam. En 1991 anunció que se retiraba de la interpretación para ser una parte activa de la escena política, algo que inicialmente no fue tomado en serio. Ingresó en el Partido Laborista y un año después obtuvo un escaño en el Parlamento británico.

En 1997, bajo el mandato de Tony Blair, Glenda Jackson fue nombrada subsecretaria parlamentaria del Ministerio de Transporte, en dicho cargo estuvo hasta su dimisión dos años después cuando se marcó el objetivo de concurrir a la alcaldía de Londres que no logró. En 2015 se retiró de la vida política y en sus últimos años fue muy crítica con la labor de Tony Blair, por sus planes educativos de incrementar las tasas universitarias y su papel activo durante la Guerra de Irak.

Tras dejar aparcada su experiencia política la actriz volvió a la interpretación logrando el Tony en el año 2018 con la obra “Tres mujeres altas”, nueva versión de la obra de Edward Albee que se centra en tres generaciones de mujeres y por la que también fue premiada Laurie Metcalf en la misma edición. Era la quinta nominación al premio para una intérprete candidata por "Marat Sade" en 1966, "Rose" en 1981, "Strange interlude" en 1985 y "Macbeth" en 1988.

Su último trabajo en la gran pantalla lo realizó en “Primavera en Beechwood” (2021) de Eva Husson, una de las delicias del Festival de Cannes 2021 en un breve papel que volteaba al espectador, y en 2020 se llevó el BAFTA de televisión (su segundo premio de la Academia británica) por “Elizabeth is missing”. En 1978 se le concedió la Orden del Imperio Británico. Estuvo casada con el actor Roy Hodges, de quien se divorció en 1976, y le sobrevive su hijo el escritor y periodista Dan Hodges. 

Glenda Jackson deja pendiente de estreno "The great escaper" junto a Michael Caine con el que ya coincidió en "Una inglesa romántica" (1975) de Joseph Losey. En 2018 Glenda Jackson se convirtió en la 24ª intérprete (y la última hasta el momento) en ganar la triple corona interpretativa (Oscar, Emmy y Tony).

Mary Carmen Rodríguez 

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