"Matusalén"
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El argumento: “Envejecer es inevitable, madurar es opcional”; esta es la máxima de “El Alber” un rapero que a sus 44 añazos se matricula en la universidad por una apuesta con su padre. Si no aprueba todas deberá dejar “esa tontería del rap” para siempre. En la universidad, "El Alber" se reencuentra con Amaia, locutora de radio y profesora allí, y descubre que le faltaba algo muy importante en su vida: el amor. Esta es la historia de un rapero cuarentón considerado un niño por sus padres y un abuelo por sus compañeros de clase. Le mandaron a la universidad para que cambiase, y fue él el que cambió a todos los demás. Es la historia de Matusalén.
Conviene ver: “Matusalén” es la continuación del universo friki en el que se mueve su director, el cual juega con la comedia a la hora de hablar de esos marginados incomprendidos por la sociedad imperante que, en el fondo, sólo quieren ser aceptados y que les quieran. Bien sea en el mundo del cómic o en el del rap, tal y como es el caso con un cuarentón que se matricula en la universidad tras perder una apuesta con su padre y que allí verá como sus rígidos esquemas se desmontan cuando entran en juego el amor y la amistad. Una reivindicación orgullosa del mundo friki con el que el director poco a poco va dejando su sello como cineasta, en la que es su segunda película tras un buen número de cortometrajes, y también se permite jugar con el alter-ego interpretado por Julián López, personaje sin intención de madurar con el que muchos se sentirán identificados al ser ese tipo mirando con condescendencia por sus padres y desdén por los demás por no hacer lo que “tocaba” tanto en los estudios, el trabajo o el amor. Una manera también de romper estigmas “hardcore” y pensamientos apolillados sobre la edad cuando parece que a partir de los 40 ya no hay margen para hacer según qué cosas y seguir ilusionándose con motivaciones y aficiones en este homenaje a la cultura rapera en la que el director ha vuelto a contar con un amplio reparto coral de rostros conocidos, entre ellos Carlos Areces y Antonio Resines que ya estaban en la ópera prima del director. Una apuesta sin complejos que entretiene y hace reír aunando ternura, humor y situaciones disparatadas, sin dejar de lado temas como la precariedad laboral o el bullying, y que es un canto a ser auténtico dejarse llevar por lo que a uno le hace feliz, y si es de manera compartida mejor, dejando de lado prejuicios y cinismos reivindicando a los considerados “raritos”.
Conviene saber: La cinta está dirigida por David Galán Garrido (“Orígenes secretos”).
La crítica le da un CINCO