Las cinco secuencias de... François Ozon
Querido primo Teo:
"Cuando cae el otoño" nos trae nuevamente a la cartelera al director François Ozon, uno de los autores más prolíficos que nos ha regalado el cine francés de este siglo XXI. Su nombre es fundamental para la revitalización del cine de autor galo al combinar estilos tradicionales con perspectivas modernas, abordando temas como la identidad de género, la sexualidad y las emociones humanas en sus facetas más complejas. Su extensa obra, va prácticamente a estreno por año, incluye cintas caracterizadas por su innovación narrativa, estilos visuales cuidados y profundidad psicológica. Es un director que sobresale por su capacidad para mezclar géneros, desde dramas y thrillers hasta comedias y películas de época, lo que le permite llegar a audiencias diversas. Es una presencia destacada en festivales internacionales como Cannes, Berlín, Venecia y San Sebastián (que le premió con la Concha de Oro por “En la casa” en 2012) y es el momento de repasar los cinco momentos clave de su carrera.
"Bajo la arena" (2000)
Nacido en 1967, François Ozon comenzó a dirigir cortometrajes con apenas 20 años, aprovechándose de los miembros de su familia, y con su primer largometraje, “Sitcom” (1998). participó en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes. “Bajo la arena” (2000), su tercera película, fue la que situó a Ozon bajo el radar y le hizo estar presente en los premios César con tres candidaturas en las categorías de mejor film, dirección y actriz protagonista para Charlotte Rampling que, de paso, se convirtió en una presencia habitual en su cine.
“Bajo la arena” es un drama psicológico que sigue a Marie Drillon, una profesora que enfrenta la desaparición de su esposo Jean durante unas vacaciones. La película explora temas como el duelo, la negación y el impacto del amor y la pérdida, mostrando cómo Marie lucha entre aceptar la realidad y refugiarse en una ambigüedad psicológica que mezcla fantasía y realidad.
La película, que optó a la Concha de Oro del Festival de San Sebastián, marcó un punto importante en la carrera de François Ozon, consolidándolo como un director capaz de explorar emociones humanas profundas con un estilo visual sobrio y elegante. Ozon utiliza planos cuidadosamente compuestos y una atmósfera que enfatiza la soledad y la introspección. Además, la interpretación de Charlotte Rampling fue considerada una de las mejores del año 2000.
"8 mujeres" (2002)
“8 mujeres” (2002) se ha convertido en una de las películas más populares en la carrera de François Ozon. Es una cinta que combina elementos de comedia negra, misterio y musical, y ha pasado a ser una obra de referencia por su estilo único, su poderoso reparto y su homenaje al cine clásico.
La película, basada en la obra de teatro homónima de Robert Thomas, está ambientada en una mansión francesa en la década de 1950, donde una familia se reúne para celebrar la Navidad. Sin embargo, la celebración toma un giro inesperado cuando el patriarca de la familia es encontrado muerto en su dormitorio, apuñalado. Pronto se descubre que el asesino debe ser una de las ocho mujeres presentes en la casa: todas tienen un motivo y todas guardan secretos. A medida que la historia avanza, las mujeres se enfrentan entre sí, revelando mentiras, pasiones y conflictos ocultos, mientras tratan de descubrir quién es la culpable.
Cuenta con uno de esos repartos que son una fantasía para cualquier director de casting: Catherine Deneuve, Isabelle Huppert, Emmanuelle Béart, Fanny Ardant, Virginie Ledoyen, Ludivine Sagnier, Danielle Darrieux y Firmine Richard. Actrices de diferentes generaciones y estilos que logran dar lo mejor de sí y que fueron reconocidas con el Oso de Plata por su contribución artística en el Festival de Berlín.
"En la casa" (2012)
François Ozon ganó la Concha de Oro del festival de San Sebastián con “En la casa” (2012), uno de esos premios que no disgustaron a nadie para una adaptación de la obra de teatro de Juan Mayorga “El chico de la última fila”. Una exploración del arte de contar historias, los límites entre la ficción y la realidad, y las complejidades de las relaciones humanas.
La trama gira en torno a Germain, un profesor de Literatura frustrado que encuentra esperanza en Claude, un estudiante brillante y perspicaz. Claude escribe ensayos en los que narra su intrusión en la vida de una familia aparentemente perfecta, los Artole. A medida que Germain alienta a Claude a seguir escribiendo y profundizar en su historia, la línea entre realidad y ficción se difumina peligrosamente, desencadenando consecuencias imprevisibles para todos los involucrados.
Protagonizada por Fabrice Luchini, Ernst Umhauer, Kristin Scott Thomas, Emmanuelle Seigner y Denis Ménochet, la película es una reflexión sobre el poder y los riesgos de la creatividad y la obsesión por las narrativas. Es un ejemplo del talento de François Ozon, galardonado en los premios del cine europeo por su guión, para crear historias intrigantes que desafían al espectador y exploran las complejidades de las relaciones humanas.
"Frantz" (2016)
Con “Frantz” (2016) Ozon adaptó la obra de teatro “El hombre al que maté” de Maurice Rostand, anteriormente lo hizo Ernst Lubitsch con “Remordimiento” (1932). El director se aleja de su estilo contemporáneo habitual y adopta un tono más clásico y contenido. Sin embargo, mantiene su interés por las emociones humanas complejas y los dilemas morales, características recurrentes en su obra.
La historia está ambientada en Alemania después de la Primera Guerra Mundial y su protagonista es Anna, una joven que llora la muerte de Frantz, su prometido que cayó en el frente. En sus visitas diarias al cementerio, Anna descubre a Adrien, un joven francés que también deja flores en la tumba de Frantz. Él afirma haber sido amigo de Frantz antes de la guerra y la presencia de un francés en un pueblo alemán genera tensión entre los habitantes pero no en la familia de Frantz que lo acoge. A medida que Adrien y Anna entablan una relación, surgen verdades y mentiras que complican sus vidas, llevándolos a enfrentarse a su dolor y a explorar la posibilidad del perdón y la reconciliación.
Rodada en blanco y negro, ocasionalmente utiliza el color para evocar recuerdos o para señalar momentos de esperanza, y protagonizada por Paula Beer, premiada en el Festival de Venecia como intérprete emergente, y Pierre Niney, “Frantz” explora cómo las heridas de la guerra afectan tanto a los vencedores como a los vencidos, y plantea preguntas sobre la necesidad de comprender y perdonar.
"Gracias a Dios" (2018)
C
on “Gracias a Dios” (2018) Ozon abordó con sensibilidad y precisión una cuestión sumamente delicada: los casos de abuso sexual dentro de la Iglesia Católica, centrándose especialmente en las víctimas del sacerdote Bernard Preynat y su lucha para conseguir que se hiciera justicia. La película sigue a tres hombres en su edad adulta que lidian con las secuelas emocionales de los abusos que sufrieron en su infancia por parte del padre Preynat, quien ha seguido en activo en la Iglesia, e inician un movimiento para denunciar los crímenes, enfrentándose a la jerarquía eclesiástica y al silencio institucional.
“Gracias a Dios” explora cómo las experiencias del abuso afectan a las víctimas, no sólo en su infancia, sino durante toda su vida. Ozon muestra cómo las instituciones pueden proteger a los abusadores mediante el encubrimiento y el silencio, ignorando el sufrimiento de las víctimas. Al igual que la oscarizada “Spotlight” (2015) de Thomas McCarthy es una película que destaca la importancia de romper el silencio y buscar justicia, no sólo para las víctimas individuales, sino como un paso hacia la reparación colectiva.
Protagonizada por Melvil Poupaud, Denis Ménochet y Swann Arlaud, galardonado con el César al mejor actor de reparto, “Gracias a Dios” consiguió el Gran Premio del Jurado en el Festival de Berlín y su estreno en Francia coincidió con el juicio real a Bernard Preynat. La película, que destaca por combinar el rigor documental con la profundidad emocional, marcó un hito en la carrera de François Ozon que demostró que podía abordar un tema social con un enfoque serio y comprometido.
Mary Carmen Rodríguez

















