"Presunción de inocencia"
La web oficial.
El argumento: Desde que logró la absolución de un asesino reincidente, el abogado Jean Monier no acepta más casos criminales. Sin embargo, al conocer a Nicolas Milik, un padre de familia acusado de asesinar a su esposa, Monier se siente conmovido y sus certezas se tambalean. Convencido de la inocencia de su cliente, está dispuesto a hacer todo lo posible para ganar el juicio. Lo que en principio era un caso ordinario acabará poniéndole a prueba.
Conviene ver: “Presunción de inocencia” es un drama judicial clásico planteado con oficio y capaz de entretener pero cuya previsibilidad, ausencia de riesgos y ciertos giros termina, además de descolocar, sin llegar a convencer estando inundado de una sobriedad lánguida que le resta fuste e impacto. Desde luego la premisa es interesante, y su descenso a terrenos turbios podría haber hecho aumentar su interés, pero su tosca puesta en escena, diálogos forzados y la forma algo pobre de encajar las piezas lleva a que, sin ser larga, de la impresión de que se ha explayado demasiado para no terminar de llegar a ninguna parte. Daniel Auteuil convence como el torturado abogado que, tras tener una fe ciega en su cliente, un padre de familia acusado de haber matado a su mujer, es víctima de la sombra de la duda que también se cierne sobre el espectador, la cual no quiere apreciar ante su obsesionada convicción en redimirse del error que tanto le atormenta y que cometió quince años atrás al conseguir la absolución de un asesino sin escrúpulos al que creyó inocente, lo cual le ha hecho no hacerse cargo hasta este momento de más casos criminales, a la hora de dilucidar sobre la honestidad o no del personaje interpretado por Grégory Gadebois que, una vez más, tira de presencia y de una mirada tan desvalida como enigmática. La película son los dilemas de un abogado que no termina de ver en el acusado a través de los indicios ni a un culpable creíble ni a un inocente obvio recuperando en este caso la ilusión de sus inicios ante lo que le conmueve el caso de un hombre sobre el que el sistema judicial amenaza con ser implacable. Cine de juicios solvente, sobrio y correcto con buen empaque formal pero que no termina de destacar, por su falta de concreción, divagaciones y tono sombrío y plúmbeo, en el que asistimos a la ambigüedad propia de la perspectiva marcada por el prejuicio, la determinación y los fantasmas que lleva a uno a interpretar un mismo hecho o una misma prueba en función de la mirada, interés o vivencia de cada uno. Un tipo de película que suele ser efectiva para el público pero cuya condena es un desarrollo mortecino y trasnochado que impide el impacto y el enganche a pesar de sus buenos mimbres; más cuando el final peca de efectista tirando por tierra el tono contenido que la película ha llevado hasta ese momento.
Conviene saber: Quinto largometraje como director de Daniel Auteuil que fue proyección especial en el Festival de Cannes 2024.
La crítica le da un CINCO