San Sebastián 2023: Unos parias ponen a Wall Street en jaque y el lirismo exacerbado de Ryûsuke Hamaguchi

Querido Teo:

Dos películas que hablan de capitalismo y de personas que se rebelan frente a ello. En "Golpe a Wall Street" unos tipos de medio pelo crean una red para poner en jaque todo un sistema a través de las lagunas que permite darle el mayor golpe posible desde dentro. En "El mal no existe" es la naturaleza lo que hay que preservar frente a los desmanes de aquellos que sólo quieren sacar negocio y que intenta sacar el mayor provecho posible porque... ¿qué más da si cuando el fin del mundo llegue ya no estaremos?

"Golpe a Wall Street" (Craig Gillespie) // Perlas

No sé si dice mucho de una película como "Golpe a Wall Street" que se la compare constantemente con "La gran apuesta" (2015), dirigida por Adam McKay, que es cierto que es tramposa y efectista pero que funciona mil veces mejor que la nueva película de Craig Gillespie. En ella se cuenta el caso de GameStop de hace unos años, donde se enfrentaron al mercado de Wall Street con unas reglas que no intentaré explicar, ya que el objetivo de ellas es que la gente de a pie no las entienda.

Aun así la película está totalmente centralizada en que la mejor forma de luchar contra el sistema es destrozarlo desde dentro, pero para ello primero teniendo que estar dentro del mismo de forma indirecta; de alguna manera significa que tengas que formar parte del juego. La película intenta ser profundamente anticapitalista pero constantemente te recuerda y define a los personajes a partir de su dinero en el banco, cosa que no puede ser más profundamente capitalista, una sensación perfecta del sentimiento estadounidense. Una percepción totalmente masoquista y contraria al mensaje que creo quiere transmitir la película.

Además de esto, Craig Gillespie a partir de "Yo, Tonya" (2018) estableció un estilo que también mantuvo en "Cruella" (2020), y que también lo pasó a diferentes series como "Pam & Tommy" o "Mike"; un estilo fundamentado en un montaje rapidísimo, al estilo de Martin Scorsese o Paul Thomas Anderson, con cantidad de paneos y travellings, y normalmente una voz en off del protagonista que define un estilo que funcionaba a las mil maravillas dentro del entretenimiento y festival visual que pretendía ser; ésto se elimina y se difumina por completo en "Golpe a Wall Street", quedándose un estilo totalmente genérico y olvidable.

Paul Dano tiene una interpretación sobreactuada y manida, pretendiendo ser nada más que el entretenimiento a pesar de que tenga una cierta intencionalidad de apoyar un movimiento social que no sé hasta qué punto puede denominarse como antisistema.

"El mal no existe" (Ryûsuke Hamaguchi) // Perlas

A pesar de llevar años dirigiendo, Ryûsuke Hamaguchi nos sorprendió a todos con "Drive my car" (2021). Conectó con todo tipo de públicos, aun siendo una obra compleja, larga y ambigua, teniendo sentido tratándose de una adaptación de una obra de Haruki Murakami, e incluso llegando a tener 4 nominaciones, ganando una de ellas en los Oscar. Las pretensiones de esta nueva película no tienen absolutamente nada que ver con las que tenía su anterior film, pero sigue siendo una película exigente, más aún que la anterior del cineasta japonés.

En "El mal no existe" reflexiona sobre el amor por la naturaleza, tanto la terrenal como la del ser humano. Seguimos por ello a unos personajes que viven en medio de la naturaleza en un pueblo de las afueras de Tokio. Desde el primer momento de la película, vemos un primer acto centrado en la pausa y observación de lo que es y se siente la naturaleza. En este acto Hamaguchi nos transporta en un viaje emocional y espiritual que nos hace ver como los personajes protagonistas conectan con la propia naturaleza y por lo tanto con ellos mismos.

Es entonces cuando crea partir de ello el conflicto de un grupo que quiere establecer una zona de "glamping", de hacer un hotel con temática de camping. Para ello quieren establecer un negocio sin ningún tipo de moral y sin ningún tipo de consideración ante las necesidades de cómo viven y por qué viven cómo viven entre la gente del pueblo. Esto refleja de forma clara la exaltación de un sistema profundamente capitalista, basado en la única posibilidad de ganancias ante todo dilema moral, sin contar mucho más allá.

En el segundo acto podemos ver una reunión en el que este tema queda claramente ejemplificado por la actitud profundamente capitalista y anti naturaleza que hacen un símil con una situación y pensamiento que desgraciadamente se tienen hoy en día. Hamaguchi utiliza esta contraposición no sólo para reflexionar sino también para impactar, incluso por momentos para ironizar y reírnos de una perspectiva privilegiada y en absoluto empática, terminando la película siendo una bomba atómica que te deja perplejo y que te obliga constantemente hacerte preguntas más que darte respuestas, ya que no hay nada más interesante, más trascendente que dejar poso en el espectador.

Además de que Hamaguchi es tan profundamente inteligente en su puesta en escena que constantemente juega con cómo ubicar tanto la cámara como los personajes para narrar sobre el conflicto, demostrando de nuevo por qué es uno de los directores más capaces e interesantes de los últimos años.

Iker González Urresti