"Roma"
La web oficial.
El argumento: Cleo es una joven sirvienta de una familia que vive en la Colonia Roma, barrio de clase media de Ciudad de México. En esta carta de amor a las mujeres que lo criaron, Cuarón se inspira en su propia infancia para pintar un retrato realista y emotivo de los conflictos domésticos y las jerarquías sociales durante la agitación política de la década de 1970.
Conviene ver: Cinco años después de la celebrada “Gravity”, y cuando parecía que Alfonso Cuarón no podía tocar mayor techo, ha vuelto para demostrar que tanto en la espectacularidad espacial como en el intimismo familiar y cotidiano es capaz de alcanzar las mayores cotas fruto de un talento que sólo los maestros tienen. Esos que pueden permitirse variar de géneros, estilos y temáticas con apabullante facilidad. Era poco previsible (pero seguramente necesario para él) que después de algo tan ambicioso y absorbente como “Gravity”, y mientras los mexicanos han seguido dominando con claridad el apartado de mejor director en los Oscar desde que Cuarón ganara el premio en 2013, el director rodara algo más pequeño y catártico en un proyecto muy personal para él que le lleva a sus orígenes, el de una colonia obrera del México de los 70 en la época en que era adolescente entre miserias, revueltas estudiantes y terremotos. Por todo ello la sorpresa ha sido doble con "Roma", refrendada con las entusiastas críticas y premios que ya ha ido recibiendo como paso previo a su estreno en la plataforma Netflix, motivo de la disputa que impidió que la cinta estuviera en Cannes y que, por ello, los festivales de otoño encontrarán la oportunidad para hacerse con este mirlo blanco.
Cuarón nos lleva a la colonia que da título a la película a través de la historia de dos mujeres, Cleo (Yalitza Aparicio) y Adela (Nancy García), que sirven a una familia de clase media marcada por una madre (Marina de Tavira) que saca a los suyos adelante a pesar de tener un marido ausente. Un homenaje a una generación de mujeres con las que gente como Cuarón se criaron por aquella época en un país de relaciones familiares solidarias, vecinales y muy de piel. “Roma” ha provocado que todo lo que se hubiera dicho hasta el momento sobre ella sepa a poco. El discurrir natural con el día a día de la vida en un hermoso homenaje a México y a unas mujeres fieles, abnegadas y frágiles que al final como todos sólo precisan ser queridas. Y es que son ellas las que, a pesar de vivir como una más de esas familias, también tienen sus propias historias, problemas y situaciones en los que el desamor, la soledad o la muerte sobrevuelan en todo momento y, son precisamente en esos, en los que necesitan mayor necesidad de cobijo y en los que ni los distintos orígenes, religiones o condiciones sociales nos hacen diferentes a la hora de enfrentarnos con algunos de esos temas fundamentales de la vida.
Todo ello es lo que lleva a la cinta a emerger como un discurrir natural, ni cadencioso ni efectista, simplemente cotidiano con las peleas familiares del día a día, los celos entre hermanos, las ocurrencias de la abuela, viajes a la playa, la particularidad del vecindario o ese coche que nunca puede entrar a la primera en el patio lleno de cacas de perro y que simboliza que el padre de familia (en el rol del progenitor que trae el dinero) ya ha llegado a casa. Todo ello termina germinando en varias subtramas, sustentada una de ellas en el empeño de la madre en sacar a su familia adelante, y enarbolando siempre la bandera de la sonrisa y la fuerza frente a los problemas, y la otra en el temor de Cleo a quedar desamparada ante una noticia inesperada que puede cambiarle la vida. Al final la película, casi sin darnos cuenta, y cerrando cabos en una modélica media hora final llena de naturismo y pasmosa facilidad en su sensibilidad narrativa, deja claro que en los grupos que formamos (sean familiares o no) es la unión y el amor el que hace la fuerza.
Una preciosidad fílmica la que se ha marcado el mexicano, cuidando cada fotograma con una minuciosidad de cirujano fílmico primando la belleza, el simbolismo y la profundidad en cada plano, a la que sólo habrá que dejar reposar para admirar y apreciar más su grandeza con el tiempo pero en la que queda claro que Cuarón ha arriesgado y ganado con esta cinta a través de escenas tan naturales como duras, auténticas e inesperadas en las que la vida puede virar para siempre.
Conviene saber: La cinta de Alfonso Cuarón ha ganado el León de Oro del Festival de Venecia 2018, quedó como segunda finalista en las votaciones del Premio del Público del Festival de Toronto 2018 y es la representante de México para el Oscar 2019.
La crítica le da un NUEVE
Poco favor le hacen al cine aquellos distribuidores o quienes quiera que sea,estrenando este film apenas diez días en salas muy limitadas.Yo quiero verla como muchas otras EN UNA SALA DE CINE,MÁS CINE POR FAVOR-