"El cine negro de la RKO"
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Título: “El cine negro de la RKO”
Autor: Gonzalo M. Pavés
Editorial: T&B Editores
Nota de la Redacción: Cuando se habla de cine negro, se etiqueta el melodrama más violento empleando el título creado por el francés Marcel Duhamel para una colección literaria: «El neófito debe tener cuidado: los volúmenes de la serie negra no pueden entregarse sin peligro a cualquiera». Esta vieja y comercial advertencia, se inspiraba en un lema que solían llevar las novelas de horror: «No debe leerse de noche». Duhamel convoca fantasmas literarios nuevos y dice: «El simpático detective no siempre resuelve el misterio. A veces no hay misterio. Otras ni siquiera hay detective». A lo que cabría la corrección de que el detective tampoco es precisamente simpático.
La primera novela de Dashiell Hammett, “Cosecha roja”, describe la corrupción de toda una ciudad, Personville, apodada por el bajomundo Poisonville: la ciudad veneno. La estrategia del narrador y protagonista ha sido copiada varias veces por el cine, notablemente en “Yojimbo”, de Akira Kurosawa, y por Sergio Leone en “Por un puñado de dólares”, ninguna de las cuales tiene que ver nada con el cine negro. Es la siguiente novela de Hammett, "El halcón maltés", la que para muchos hace nacer el cine negro. Lo cierto es que fue al verla, cuando un crítico hoy olvidado tuvo su momento de inspiración, y la etiquetó como film noir. A Sam Spade, el héroe negativo, como le habría gustado llamarlo su autor. A Hammett apodado por comunista «Hammer & Sickle», hoz y martillo, la fama le ha durado más. «He aquí al hombre que desprecia a su cliente pero descubre siempre al culpable. He aquí a este hombre de acción, un duro cuya sonrisa pensativa constituye su gesto más peligroso. Éste es el hombre que nunca perdona, a nadie: hombre o mujer, muerto o vivo». Lo que hizo Jonh Huston en la primera muestra maestra del cine negro, fue seguir literalmente la novela, desde el título hasta el temblor de la mano de Bogart, que está en el libro. Lo que ha hecho T&B Editores es cubrir el hueco que había dejado el agotamiento de la edición realizada en 2003. Recoge lo más interesante del género en la productora que mejor lo trató.
Gonzalo M. Pavés realizó en su día un trabajo excelente sobre los tiempos, los esfuerzos y los productos de la RKO, una productora de las pequeñas en Hollywood, pero la que más practicó este tipo de cine. basta con dar un vistazo a su índice para captar la amplitud temática de sus 400 páginas.
La obra desmonta algunos tópicos del género, como sus supuestos presupuestos de serie B, o la consideración de “El halcón maltés” como la primera película de cine negro. Junto a una profusión de datos y detalles propios de un trabajo muy bien documentado, no faltan las historias y las anécdotas para el lector interesado, pero sin virus cinefílico.
