“Borrar el historial”

La web oficial. 

El argumento: Tres vecinos de un suburbio se ven superados por sus problemas con la tecnología y las redes sociales. Con la ayuda de un pirata informático, deciden declarar la guerra a los poderosos gigantes tecnológicos. Tal vez su batalla esté perdida desde el principio, pero nunca se sabe. 

Conviene ver: “Borrar el historial” es una comedia francesa que refleja nuestra dependencia de las redes sociales y de la aprobación externa a modo de “likes”. Sus protagonistas son tres vecinos de un suburbio cuyas vidas han dejado de tener sentido por culpa de su sobreexposición a las redes sociales y que se alían con un pirata informático para declararle la guerra a los gigantes tecnológicos que son quienes se nutren de las miserias de sus usuarios. Una ha sido abandonada por su marido y su hijo y es chantajeada con un vídeo sexual, otro está lleno de deudas y enamorado de una teleoperadora y la otra es una adicta a las series que sólo quiere conseguir buenas valoraciones en su trabajo como conductora. Aunque la cinta sea una sátira los hechos que expone nos resultan completamente reales e incluso cotidianos, como el acceso a contenidos sensibles, la continua exposición a las redes sin pensar en las consecuencias de compartir cada uno de nuestros movimientos con un buen número de desconocidos y la indefensión como usuarios ya que les cedemos nuestros datos, movimientos y archivos. Una comedia que juega con el absurdo pero que es descarnada y crítica dando un aguijonazo al modelo social actual a todos los niveles, desde el acoso, la inteligencia artificial, los servicios de atención telefónica, las aplicaciones o la explotación de los "riders", garantizando la identificación con estos tiempos contando con un humor negro y directo que, aunque no pretenda ser para todos los públicos, es inteligente y resulta cercano entrando, incluso, en el tema de los seguros y los maratones de las series de televisión. Su reparto es espléndido, los actores (Blanche Gardin, Corinne Masiero y Denis Podalydès) saben amoldarse a unos personajes con unas vidas grises que buscan validarse a través de la visión de los demás y que en esa desesperación han perdido el norte. Una propuesta con aire desencantado, que tiene más de un cameo curioso, que nos pone frente al espejo para resaltar el lado más patético de una existencia centrada en la aceptación por los demás y en la dependencia tecnológica que nos lleva a ser adictos sin saberlo hasta en el acto más sencillo de la vida. Un retrato sociológico de nuestro tiempo a través de una serie de hechos abordados con inteligencia e ironía que dejan una película valiosa digna de estudio para clases de Sociología demostrando lo bien que se adentran los franceses a la hora de diseccionar la condición humana.

Conviene saber: Este film de Benoît Delépine y Gustave Kevern se hizo con el Premio especial del Jurado del Festival de Berlín 2020. 

La crítica le da un SEIS