Cine en serie: “Stitchers”, cuando “CSI” conoció a “iZombie”

Querido Teo:

Si estabas buscando una nueva serie procedimental con un toque de ciencia ficción, casi mejor que esperes a la próxima propuesta, porque esta nueva serie de la cadena ABC no es precisamente el descubrimiento del siglo. El problema no es tanto su poco creíble premisa, sino lo pobre de su ejecución, que me ha dejado bastante indiferente.

La idea principal de la serie es un invento que permite a una persona entrar en la mente de un recién fallecido y repasar su memoria, al menos durante las pocas horas en las que el cerebro muerto aguanta antes de empezar a descomponerse. Aquí es donde aparece una agencia secreta del gobierno que decide emplearlo para resolver crímenes que de otra manera quedarían sin cerrar.

El proceso necesita una persona psicológicamente estable para soportar el estrés del “stitching”, que así se llama, y para ello le han echado el ojo a Kirsten, una joven estudiante muy inteligente y que sufre una rara condición que le impide ser consciente del paso del tiempo. Esto hace que le resulte complicado detectar las emociones ajenas y, por lo tanto, no sufre los altibajos de emociones como el miedo y la pena. Precisamente esto la convierte en el sujeto perfecto para el procedimiento, ya que puede afrontar fríamente los recuerdos del fallecido sin que le afecten.

El grupo que se dedica a resolver estos crímenes cuenta con el laboratorio secreto de rigor, y está formado por un grupo de técnicos y científicos encargados de mantener en funcionamiento tanto a la máquina como al sujeto, ya que en caso de permanecer demasiado tiempo dentro de la mente del fallecido la mente de Kirsten podría sufrir consecuencias graves. A la cabeza de este grupo de científicos se encuentra Cameron, un genio que rápidamente entra en una dinámica de tira y afloja con Kirsten, alimentando la trama clásica de ver si finalmente acaban juntos.

El problema de “Stitchers” es que todo esto resulta muy familiar, con piezas de aquí y allá combinadas en un piloto que pasa sin pena ni gloria y que tampoco invita a seguir viendo episodios. Puede pasar la historia de la máquina para leer la mente de los muertos, pero al final una serie se sustenta en sus protagonistas, y Kirsten (Emma Ishta) no resulta nada interesante. Su falta de empatía le resta interés al personaje, y lo único salvable de este primer episodio es Cameron (Kyle Harris). Tampoco resulta creíble la manera brusca en la que reclutan a Kirsten, sin pasar por ningún filtro y empezando a usar la máquina en un caso real a la primera de cambio, sin ningún entrenamiento.

Al final, “iZombie” emplea la misma mecánica de revisitar los recuerdos de los fallecidos de una manera mucho más convincente y cuenta con unos protagonistas con más profundidad. Aunque el parón veraniego te haya dejado con mucho tiempo para descubrir otras series, en este caso lo mejor será pasar de largo y echarle un vistazo al resto de los estrenos de estas semanas.

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Atentamente.
Profesor Falken