Conexión Oscar 2024: Sandra Hüller, anatomía de una de las interpretaciones del año

Querido Teo:

Sandra Hüller se ha convertido a sus 45 años y con su trabajo en “Anatomía de una caída” en una de las actrices del año a pesar de que cuando se reveló al mundo fue como una ejecutiva que se abría al amor de su padre cantando por Whitney Houston en “Toni Erdmann” (2016). Desde esa cinta se ha convertido en una presencia muy solicitada en el cine europeo y ahora, gracias a la película de Justine Triet, está muy bien posicionada para ser una de las candidatas al Oscar 2024 a la mejor actriz, más cuando la Academia ha demostrado en los últimos años que está cada vez más abierta al cine internacional, algo bastante habitual en la década de los 60 y los 70 y que fue perdiéndose con el tiempo.

Por el momento son 52 los intérpretes nominados al Oscar por un trabajo no hablado en inglés en su mayoría pero sólo seis han ganado el Oscar siendo la primera Sophia Loren por “Dos mujeres” en 1962 haciendo uso de una lengua italiana que también cimentaría el triunfo de Robert De Niro por “El padrino II” en 1975 y Roberto Benigni por “La vida es bella” en 1999. Después vendrían el español de Benicio del Toro en “Traffic” en 2001, el francés de Marion Cotillard en “La vida en rosa” en 2008 y el surcoreano de Youn Yuh-jung en “Minari. Historia de mi familia” en 2021.

Al margen de todo ello Sandra Hüller parece encaminada a ocupar esa plaza de actriz europea de prestigio que en la categoría protagonista ha destacado, además de los mencionados, otros trabajos en los que el idioma no ha sido una barrera como tal siendo el caso de Penélope Cruz con “Volver” en 2007 y “Madres paralelas” en 2022, Emmanuelle Riva por “Amor” en 2013, Marion Cotillard por “Dos días, una noche” en 2015 o Isabelle Huppert por “Elle” en 2017.

Una actriz que si bien se hizo popular con la cinta de Maren Ade (desde que surgiera el fenómeno en el Festival de Cannes 2016) ya venía de conseguir reconocimientos con "Réquiem" (2006), la cual le convertía en una joven víctima de un exorcismo y con la que ganó en el Festival de Berlín siendo también en los premios del cine europeo. A destacar también su trabajo en “A la vuelta de la esquina” (2018) y sus robaescenas en “El reflejo de Sibyl” (2019), ya bajo las órdenes de Justine Triet, “Proxima” (2019), “El hombre perfecto” (2021) o “Múnich en vísperas de una guerra” (2021). Una presencia que se ha reforzado también este año con su participación en “La zona de interés” (2023), la otra gran película internacional de la temporada.

Como es sabido este tipo de interpretaciones no suelen ganar, tienen que ser verdaderos fenómenos para ello, pero sí que ayudan a aupar el prestigio de determinados actores sin los que (aunque no trabajen en Hollywood) no se concibe el cine de su tiempo. Es lo que ocurre con una actriz que ha demostrado su polivalencia, tanto en papeles dramáticos como cómicos, y que en “Anatomía de una caída” es el mascarón de proa de uno de los títulos del año aunando elegancia y enigma para un rol con muchas capas que van de villana a víctima según el prisma con el que el espectador decida mirar en función del peso que tome el prejuicio en su perspectiva.

Ese es el gran aliciente de una película que ha ido ganando peso en la carrera a través de la campaña de NEON Films que está teniendo que remar a contracorriente por el hecho de que Francia no haya designado a “Anatomía de una caída” para la carrera al Oscar 2024 a mejor película internacional. En todo caso la cinta parece volar sola (refrendada por los premios del cine europeo y las Asociaciones de Críticos de Estados Unidos) lo que no ha hecho más que incrementar sus opciones en categorías como película, actriz y guión original.

En sólo unos pocos años NEON Films, fundada en 2017, no sólo ha logrado hacerse con los derechos de distribución de las últimas cuatro Palmas de Oro (“Parásitos”, “Titane”, “El triángulo de la tristeza” y “Anatomía de una caída”) sino que con la primera, además, consiguió la proeza no sólo de ser la primera película hablada en idioma distinto al inglés en ganar el Oscar sino en ser la película extranjera más taquillera en Estados Unidos con 53,3 millones sólo por detrás de “Tigre y dragón” (128), “La vida es bella” (57,2) y “Héroe” (53,7).

Sandra Hüller es ese nombre que la crítica encumbra y dignifica a una gala de premios como los Oscar yendo más allá de las consabidas interpretaciones de actores de Hollywood a la caza del premio tirando de biopic o drama efectista. Es por ello que creemos que no tendrá dificultades para conseguir la candidatura siendo además el emblema de una cinta que no está haciendo más que crecer y que le convertiría en la tercera actriz nacida en Alemania nominada al Oscar tras la candidatura de Marlene Dietrich por “Marruecos” en 1931 y las victorias de Luise Rainer por “El gran Ziegfeld” en 1937 y “The good Earth” en 1938.

Nacho Gonzalo