"Crímenes animales"
La tendencia a imaginar a los animales como seres con sentimientos y pensamientos humanos viene de lejos. Que se lo digan a los egipcios. Pero en el siglo XX, el cine y Walt Disney dieron un paso decisivo en esa dirección. El mundo entero rinde pleitesía al oso panda, por ejemplo, a pesar de que puedan, y de hecho lo hacen, atacar a sus cuidadores... Incluso quienes han tratado de cerca a muchos animales, han caído en esa visión "humanizada", a veces a costa de su propia vida.
Título: "Crímenes animales"
Autor: Mary Roach
Editorial: Capitán Swing
Hoy en día a nadie se le ocurriría condenar (y mucho menos matar) al koala que, tras ser tomado en brazos con cariño por su cuidador chino, le arrancó de un zarpazo los testículos. Pero no siempre ha sido así.
Mary Roach no incluye este detalle en su nuevo libro, aunque no habría desentonado en absoluto con su estilo tan reconocible: mezcla de curiosidad científica, sentido del humor y una pizca de irreverencia. "Crímenes animales" está lleno de conflictos sorprendentes entre humanos y animales. Son 280 páginas repletas de historias reales, preguntas incómodas y situaciones tan extrañas que parecen inventadas, pero que nos obligan a repensar cómo convivimos (o no) con la fauna salvaje.
La premisa con la que arranca el libro es de lo más llamativa: en la Edad Media, los animales que “se portaban mal” podían ser juzgados como si fueran personas. Tenían abogados, recibían sentencias y, en muchos casos, eran ejecutados. Hoy eso nos parece una locura, pero seguimos castigando a muchos animales por comportamientos que, en realidad, son completamente naturales para ellos. El problema, como bien plantea Roach, es que muchas veces no son los animales quienes invaden nuestro espacio, sino nosotros los que hemos ocupado el suyo.
Entre anécdotas increíbles, entrevistas con expertos y datos científicos hilados con agilidad, Roach logra que te rías, te sorprendas y te cuestiones cosas. ¿De verdad entendemos lo que supone compartir planeta con otras especies? ¿Hasta qué punto los animales son responsables de sus actos? ¿Y nosotros?
"Crímenes animales" no es solo un libro entretenido. Es también una invitación a mirar con otros ojos a esos “invasores” que, en realidad, muchas veces sólo intentan sobrevivir. Ideal para quienes disfrutan con la divulgación científica, pero también para quienes quieren pensar (sin perder la sonrisa) en cómo mejorar nuestra convivencia con el mundo natural.
Aunque ya no se les lleva ante un juez, muchos animales siguen siendo castigados por actos que no son más que respuestas instintivas. Roach explora cómo la ciencia y la gestión de la vida salvaje afrontan estos conflictos hoy en día, y demuestra que, en muchos casos, los verdaderos responsables somos nosotros.
Uno de los ejemplos más curiosos que aparecen en el libro es el de las gaviotas de la Plaza de San Pedro de El Vaticano, que han aprendido a lanzarse sobre las ofrendas florales en plena ceremonia religiosa. Para frenar el comportamiento de muchas aves, se están instalando en muchos lugares del mundo desde rayos láser hasta halcones robóticos.
Aunque Roach, cuyo apellido traducido literalmente sería "Cucaracha", no menciona el uso de cables de alta tensión en el Duomo de Milán, que desde hace años amenazan a las palomas, que solían cubrir la famosa catedral gótica de excrementos, en pájaros fritos, sí nos lleva hasta Asia. Allí investiga el caso de los leopardos en ciertas regiones de la India, donde algunos los llaman “terroristas de cuatro patas” por sus incursiones en aldeas. Esto ha abierto un debate sobre cómo lidiar con su presencia sin recurrir a la violencia.
El caso de los monos es aún más sorprendente, y Roach lo vivió en primera persona: un mandril no mostró el más mínimo respeto por su esfuerzo, dejándole claro que no todos los animales están dispuestos a colaborar con una periodista, por buena que sea.
También analiza lo que ocurre con los osos en zonas urbanas de Estados Unidos, como Aspen. Allí, la falta de precauciones por parte de los vecinos para asegurar la basura o el compostaje ha provocado encuentros peligrosos. La autora subraya una ironía: a menudo somos los humanos quienes creamos las condiciones que provocan estos conflictos, y después culpamos a los animales por seguir sus instintos.
A lo largo del libro, Roach combina historias sorprendentes con investigaciones científicas y entrevistas a expertos en fauna salvaje, forenses y especialistas en conflictos entre especies. Su estilo, siempre marcado por un humor inteligente y una curiosidad que no da tregua, nos invita a reflexionar sobre cómo tratamos a los animales. Como ella misma dice: "Tal vez dentro de cien años no podamos creer cómo los tratábamos".
"Crímenes animales" no sólo entretiene. También plantea preguntas esenciales sobre la convivencia con otras especies y sobre el respeto que les debemos. Una lectura muy recomendable para cualquiera que quiera entender mejor los retos de vivir en un mundo compartido con la vida salvaje, y lo que nuestras decisiones dicen de nosotros. He disfrutado y aprendido tanto como con cualquiera de los otros libros de Roach, del que soy un seguidor fiel y caigo sobre cada una de sus nuevas investigaciones como un halcón hambriento puede caer sobre una gaviota, y no os cuento lo dedicado a las gaviotas en el libro, al margen de su "anticatolicismo", para no alargarme demasiado pero no os lo perdáis.
Carlos López-Tapia