"F1: La película"
La web oficial.
El argumento: Sonny Hayes fue el fenómeno más prometedor de la Fórmula 1 en la década de 1990, hasta que un accidente en la pista acabó prácticamente con su carrera. Treinta años después es un piloto nómada a sueldo al que contacta su antiguo compañero de equipo, Rubén Cervantes, propietario de un equipo de Fórmula 1 al borde de la quiebra. Rubén convence a Sonny para volver a la categoría reina del automovilismo y tener una última oportunidad para salvar al equipo. Su compañero será el novato Joshua Pearce, el piloto estrella del equipo, que está decidido a imponer su propio ritmo.
Conviene ver: “F1: La película” es una adrenalínica cinta que termina siendo un “product placement” a toda velocidad para mayor gloria de todo lo que rodea a la Fórmula 1. 300 millones de dólares para esta apuesta de Warner Bros. (que estrena la película en cines) y Apple TV+ (posteriormente llegará a la plataforma) ambientada en un mundo de escuderías, pilotos, circuitos, velocidad, rivalidad, épica y superación del que Hollywood ya ha dejado muestras con “Avidez de tragedia” (1932), “Grand Prix” (1966), “500 millas” (1969), “Las veinticuatro horas de Le Mans” (1971), “Días de trueno” (1990), “Fast & furious” (2001-2023), “Rush” (2013), “Le Mans ‘66” (2019) o “Gran Turismo” (2023). Una cinta que se ha rodado durante los fines de semana de los Grandes Premios ya que el equipo ficticio de la cinta compite contra los titanes reales del deporte lo que lleva a que también aparezcan los rostros familiarizados por los aficionados a este deporte de competición. Cine comercial con hechuras clásicas pero que tira de todo el potencial de industria para crear un espectáculo de dos horas y media tan apabullante como poco imaginativo por mucho que tenga el reclamo de Brad Pitt como estrella absoluta, una vieja gloria del motor que regresa tras años de retirada por accidente, y de un carismático Javier Bardem poniendo el poso actoral y cuyo personaje reclama al ex piloto para que le ayude a reflotar una escudería en mal momento. Una historia en la que, además de la consabida épica y previsible desarrollo, tiene ese sentimiento de legado y cambio generacional que ya tenía “Top Gun: Maverick” y que hace tres años revolucionó las taquillas por lo que el productor Jerry Bruckheimer y el director Joseph Kosinski han cogido los mismos patrones, estructura e ingredientes con el fin de llevar a la gente a las salas contando con todo el poderío de la industria que rodea a la Fórmula 1 (desde los jefes cataríes del negocio hasta el piloto Lewis Hamilton como productor y asesor) y un desfile de marcas de todo tipo entre logos, sponsors y patrocinios. El despliegue técnico, que favorece la inmersión del espectador oliendo a gasolina, asfalto y sudor, engulle al guión pero la película se sostiene por cierto encanto a la hora de glorificar una época que ha quedado atrás (en la que la Fórmula 1 se erige como analogía del propio Hollywood) y por el empeño que demuestra que todos han puesto de su parte, incluidos unos actores que han tenido que volcarse en el entrenamiento de las carreras, no queriendo sólo cubrir el expediente. Lamentablemente se hace larga teniendo que ser muy fan del mundillo y de este tipo de películas para aguantar un frenesí de un montaje avasallador y la persistente banda sonora de Hans Zimmer. Entretenida y vigorosa pero formularia y demasiado pegada al publirreportaje sobre cualquier mérito artístico que no va más allá de pretender ser una gozosa evasión en pantalla grande reivindicando la experiencia en salas aunque sea a costa de una película incapaz de dejar algo de alma o trascendencia.
Conviene saber: Joseph Kosinski repite la fórmula y busca otro taquillazo tras el éxito de “Top Gun: Maverick” (2022).
La crítica le da un SEIS