Sitges 2017: De Jaume Balagueró a Susan Sarandon
Querido primo Teo:
Seguimos para bingo. Se sigue colgando la web por las mañanas. Nos han enviado un correo diciendo que están viendo que pasa. Mañana seguirá igual. Con apenas tres horas dormidas hemos empezado el día con "Musa" de Jaume Balagueró, director catalán muy querido en el Festival, responsable de “REC”, entre otras más. Y no hubiera sido mejor quedarse durmiendo, pero casi.
Balagueró nos cuenta una historia de musas y escritores, envuelta de poesía, drama, misterio y algo de terror. Pero nada de ello concluyente ni sobresaliente del resto, vamos, un "me quedo a medias y ya está". A la peli le falta cuajar para que sea algo, se queda en el intento de todo y en nada.
Tras un breve descanso empezaba mi primer maratón, más que nada por ser cinco películas una tras otra, en las dos salas del Melià.
La primera, y con un ligero retraso, ha sido “Sólo se vive una vez”, comedia argentina producida por Santiago Segura. La película en sí, cual comedía argentina, es un descojone desde principio a fin, no paras de reírte, llegando a tener momentos épicos, sobre todo, y hay que destacar, el papel que hace Hugo Silva, está esplendido.
La película como tal es bastante floja y absurda (conflicto mafioso con Gérard Depardieu como jefe, que persiguen al protagonista el cual se infiltra en una sinagoga, siendo él cristiano y desconociendo totalmente como funciona ese mundo), pero te lleva a situaciones rocambolescas y divertidísimas. Y, sobre todo, atentos a su cameo final.
Con una sonrisa en la cara y corriendo debido a que los retrasos se iban acumulando, bajé a la sala Tramuntana del Auditori para ver “Love and other cults”, película japonesa de la sección Noves Visions Plus.
Entrando a la sala el director, que la presentaba, decía que era una película de mucho amor, sexo, violencia y otras cosas. Creo que hablaba de otra película suya que no era ésta, en ésta había amor y poco más, por mucho que tratara la vida de unos adolescentes que deciden si estudiar, trabajar, meterse a puta o formar parte de la yakuza. Todo sin mucho sentido, ni ritmo, ni interés. Se me fue la sonrisa de la cara.
La siguiente de la lista ya fue de la sección oficial, “The ritual”, película americana que como su propio nombre indica trata los traumas reprimidos de cuatro amigos ingleses cuarentones que deciden hacer senderismo por una ruta nórdica para honrar la memoria de un amigo suyo. Así de simple. Lo complicado es que se internan en un bosque nórdico y empieza el festival de terror, miedo y pánico por doquier.
Hecha con pocos medios, un bosque y poco más, está bien y convence, todo eso hasta que empieza el tramo final donde cambia todo a otro nivel pero sigue sin ser malo. Se le podrían criticar muchas cosas de la historia pero me comentaron que en el libro ya es así, entonces lo dejamos correr.
Salir, entrar, lo mismo de siempre, la cuarta del tramo fue “El habitante”, del mexicano Guillermo Amoedo. Empieza con un robo por parte de tres jóvenes en la casa de un senador que termina convirtiéndose en un infierno, y nunca mejor dicho.
Intento de miedo general creado por el ambiente de la casa y lo que allí pasa, pero no termina de aposentarse ya que toca otros palos y a media película todo da un giro y es como si viéramos otra película totalmente diferente, que ya no gusta tanto. Y no explico más por no quitar las pocas sorpresas que puede tener.
Y llegó el momento más esperado del día, y llegó con más de una hora de retraso, y eso a la una de la mañana se convierte en más de las dos y no da ningún placer. Llegó “The Rocky Horror Picture Show”. Antes de la proyección se le otorgó el Gran Premio Honorífico a Susan Sarandon, con todo el auditorio (casi lleno) puesto en pie. Susan subió, cogió el premio, cantó un trozo de canción de la peli en el atril, y se fue.
Y el resto nos quedamos a disfrutar de la peli y de la proyección, hecha como marca la tradición de la misma, con gente animando en todo momento y recreando, por gran parte del público, con material de utillaje algunas de las escenas que estaban viendo. Una auténtica fiesta en todos los sentidos. La parte mala, que terminó a las 4 de la mañana. Pero esto es Sitges.
Tu primo.
Spooky