"Aquel verano en París"
La web oficial.
El argumento: Francia, agosto de 2024, y los Juegos Olímpicos están en pleno apogeo. Blandine, de treinta años, llega a París para asistir a las competiciones de natación, reencontrarse con una hermanastra a la que no ve desde hace diez años y conocer por primera vez a su joven sobrina. Blandine viene de Normandía, donde se ha acostumbrado a la paz y la soledad. En París, se encuentra inmersa en el ajetreo de una ciudad en la que parecen regir otras reglas. A medida que pasan los días, conoce a gente nueva, se pierde, duda, retoma viejos hilos, establece otros nuevos y, finalmente, encuentra el camino de vuelta a sí misma. Blandine traza un nuevo mapa para su espíritu y su alma mientras navega por el corazón de una ciudad completamente dominada por este acontecimiento extraordinario.
Conviene ver: “Aquel verano en París” es una cálida, acogedora y tierna ópera prima que se apoya en los detalles y en cierta ternura iniciática en el aprendizaje vital de una joven que llega a la bulliciosa París estando como está influida por la soledad a la está acostumbrada en su Normandía de origen. Blandine Madec está estupenda paseando por las calles de una ciudad llena de gente pero, a la vez, tan impersonal, más coincidiendo con un evento olímpico que da la vuelta al mundo y en el que la protagonista ha acudido para apoyar a su nadadora de referencia, Béryl Gastaldello además de volver a coincidir con su hermana a la que lleva sin ver desde hace una década. Un humanismo melancólico y urbanita impregna una cinta que bebe mucho de “El rayo verde” (1986) de Éric Rohmer pero también de la figura de Agnès Varda pivotando a partir de una treintañera naif, solitaria y excéntrica pero también decidida, autónoma y luminosa que no necesita ni de la validación de los demás ni de la energía social que desprenden otros ya que ha sabido encontrar la paz en las cosas y en el ritmo que le hace feliz y que le hace estar a gusto consigo misma entre pequeñas aventuras y descubrimiento de nuevas sensaciones.
Una película que se nutre de naturalidad, sencillez y una espontaneidad discretamente controlada sobre las vivencias errantes de una chica que disfruta con los ojos de turista en un momento de gozosa excepcionalidad para la ciudad (rodeada más que nunca de turistas, policías o activistas y que ha llevado a que más de uno también la compare con “La batalla de Solférino” de Justine Triet) interactuando con una hermana, su sobrina, su ex cuñado, la nadadora a la que admira, un periodista o el vigilante de una piscina, pero sintiéndose cómoda transitando en los márgenes y disfrutando de su autonomía. Y es que su estancia en París perdiéndose en el corazón de la gran ciudad no se mide como el despertar iniciático de una joven de provincias en busca de nuevos estímulos, sino como la manera de encontrarse a sí misma para reafirmarse en quién es y de cómo quiere manejar los tiempos de su experiencia vital. Todo a través de un fino humor y un tono ligero que no debe desmerecer a una película delicada y sugerente con mucho más en su interior de lo que puede aparentar desde la superficie. Sólo hay que dejarse llevar y permitir descubrir las capas de una historia que sin efectismos ni revelaciones complace y reconforta por un deambular sociológico en el que uno no es más que una mota de polvo en el vertiginoso discurrir de la rutina diaria.
Conviene saber: La película está dirigida y coescrita por Valentine Cadic habiendo ya trabajado con la actriz Blandine Madec en el cortometraje “Vacaciones de verano” (2023).
La crítica le da un SIETE













