En "Una historia de violencia", David Cronenberg se marcó una escena de alto voltaje erótico que, desde el primer momento, pasó a formar parte de cualquier top ten de escenas sexuales en el cine. Para algunos era una escena totalmente gratuita, pero otros consideramos que es una escena necesaria para comprender la psicología de unos personajes en los que la violencia interior sale de esta manera en forma de desesperación. Los protagonistas son aquí un matrimonio de clase media que, muy lejos de la monotonía, excitan a la platea con dos escenas con la misma pasión pero distinto significado.
Ya en una de las primeras escenas vemos a la cuarentona sexy Maria Bello insinuarse frente a su marido, interpretado por Viggo Mortensen, con un morboso traje de animadora con el que le hace rememorar la pasión adolescente en una escena caliente, pero dulce.
Todo es diferente con la escena más recordada de la película en la que después de una bronca marital de decibelios elevados los dos acaban polinizando desesperadamente, como animales, en las escaleras de su casa. Y es que si en la primera escena el matrimonio hace el amor, en esta segunda follan. Esta es la diferencia con la que David Cronenberg señala la diferencia pasional de un matrimonio que responde con violencia, también sexual, cuando el entorno se vuelve turbulento y oscuro. Y es que la violencia, también la de este tipo, es la premisa de la película.
La relación entre sexo y violencia se refleja aquí como instintos primarios de nuestra personalidad, inherentes a nosotros y de los que no podemos sustraernos. Aquí las dos escenas de sexo, justificadas y poco efectistas, nos adentran en la espiral en la que Tom Stall se introduce cuando la violencia vuelve a tocar su puerta después de un pasado que le interesa olvidar.
La escena es impresionante, desde luego. A mí la película me dejó un poco fría, pero esta escena no, je, je
Badtaste
16 años atrás
A mi encantó la peli y Viggo Mortensen, eso si... mucho mejor HISTORIAS DEL ESTE!! La lucha en el baño turco es antológica
auster
16 años atrás
La escena de Maria Bello vestida de animadora nunca me ha llegado a convencer, y eso que tiene los ingredientes para gustarme estéticamente.
La de la escalera es de las que se quedan grabadas en la retina.
¿En qué circunstancias cualquiera de nosotros podría transformarse en un asesino en serie? Es inquietante que las haya. Hay novelas que no se conforman con contar una historia y esta es una. Al margen de la serie de novelas que ha hecho popular a este escritor, y que el año que viene se estrenarán como serie de televisión, es la novela más incómoda y estimulante de Jo Nesbø, y también una de las más arriesgadas. El autor noruego más popular de la novela negra abandona su territorio habitual para situar la acción en el Medio Oeste de Estados Unidos, un lugar poco frecuentado por la ficción criminal internacional, pero clave para entender la América contemporánea. Allí, en un estado marcado por la herencia escandinava que afecta incluso a la propia familia del autor, el frío extremo y una identidad cultural muy reconocible (los hermanos Coen, Bob Dylan o Prince), Nesbø construye una historia que va mucho más allá de una cadena de asesinatos.
El Gremio de Actores (SAG) abrió el camino con su paso a Netflix y en ese momento ya todos intuíamos que estábamos ante un punto de inflexión para un cambio de modelo que deja atrás a los medios tradicionales. Ahora son las plataformas e internet las que mandan y es conocida la preocupación que ha habido en distintos sectores por el alcance de una audiencia fragmentada que ahora recala en nuevos formatos. La Academia de Hollywood ha anunciado hoy en nota de prensa que a partir de 2029 (la que será la 101ª edición de los Oscar) la gala será retransmitida en directo y en abierto a todo el mundo a través de YouTube. Ya habrá tiempo para verlo pero... ¿significará que ya no irrumpirá la música para cortar discursos de los ganadores? ¿Se eliminarán los continuos bloques publicitarios? ¿Se recuperarán los Oscar honoríficos? ¿Volverá a ser un evento que recupere cierta cinefilia en lugar de querer convencer al espectador más masivo?
La "shortlist" es uno de los anuncios más esperados en la carrera al Oscar y no hace más que indicar que las nominaciones ya están cerca siendo los académicos los que empiezan a tomar la palabra poniendo las cosas en su sitio para hacer frente al ruido de las Asociaciones de Críticos y los oscarólogos de nueva cepa. En esta ocasión se ha revelado las que continúan en el camino en 12 categorías (respecto al año pasado se añaden dirección de casting y fotografía). "Sirat" marca todo un hito estando presente en 5 apartados, cifra que no logra ninguna de sus rivales de cara al Oscar a la mejor película internacional, no redondeándose la jugada para la cinematografía española ya que "Tardes de soledad" no ha pasado el corte entre los 201 documentales que iniciaban la carrera al Oscar pero sí que lo hace el corto animado "El fantasma de la Quinta" de James A. Castillo. Un trabajo sobre los tormentos del pasado que se le aparecen a un exhausto, solitario y enfermo Francisco de Goya que realizará las Pinturas Negras en las paredes de su hogar como último recurso para combatir tanto las visiones como la angustia que le corroe.
Un año de enormes y sentidas pérdidas cinematográficas nos tenía preparada otra noticia luctuosa añadida de sordidez truculenta. Es lo que acompaña a la muerte del director, guionista, productor y actor Rob Reiner cuyo cuerpo, además del de su esposa Michele Singer, ha sido encontrado acuchillado en su mansión de Brentwood (California) asesinados, como ha terminado confirmándose, por su hijo Nick. A Rob Reiner debemos algunas de las películas más generacionales de una época que le hizo encadenar unos años dorados entre mediados de los ochenta y los primeros noventa. Tenía 78 años y era hijo de un tótem del espectáculo estadounidense como Carl Reiner (figura a la que admiraba pero que también le intimidaba y sobre la que fue capaz de emerger) y la cantante y actriz ocasional Estelle Reiner para la que contó en la escena más reconocible de una de sus grandes obras, “Cuando Harry encontró a Sally” (1989), absoluto clásico de la comedia romántica contemporánea en el que precisamente se conocieron Rob Reiner y Michele Singer. Allí iniciaron su propia historia de amor que llevó a que fruto de su flechazo la cinta incluso terminara con un final más esperanzador del previsto.
La escena es impresionante, desde luego. A mí la película me dejó un poco fría, pero esta escena no, je, je
A mi encantó la peli y Viggo Mortensen, eso si... mucho mejor HISTORIAS DEL ESTE!! La lucha en el baño turco es antológica
La escena de Maria Bello vestida de animadora nunca me ha llegado a convencer, y eso que tiene los ingredientes para gustarme estéticamente.
La de la escalera es de las que se quedan grabadas en la retina.