Conexión Oscar 2026: "Marty Supreme" y "Sin conexión" aspiran a encontrar su lugar en la carrera desde el Festival de Nueva York
Querido Teo:
Parece que no haya carrera al Oscar más allá de "Una batalla tras otra" y "Hamnet" pero hay otras películas que, seguramente sin poder llegar nunca al estatus de favoritas que ya han alcanzado las películas de Paul Thomas Anderson y Chloé Zhao, quieren hacerse con un hueco para jugar un mayor o menos papel en la carrera de premios. Es el caso de "Marty Supreme" de Josh Safdie y "Sin conexión" de Bradley Cooper que han tenido su puesta de largo en el Festival de Nueva York que se ha celebrado los últimos días.
“Marty Supreme” es una nueva oportunidad de Oscar para un Timothée Chalamet que, asentado ya en el trono de estrella cinematográfica de su generación, rodea la órbita del Oscar a sus casi 30 años y del que no arriesgamos mucho si decimos que se ha quedado rozando la estatuilla en sus dos intentos ("Call me by your name" en 2018 y "A complete unknown" en 2025).
Ya el trailer prometía mucho y la recepción que ha cosechado su interpretación en las primeras opiniones le pone de nuevo luchando por el Oscar y siendo el principal escollo para que Leonardo DiCaprio (“Una batalla tras otra”) sume el segundo en su cuenta particular. Chalamet ofrece un trabajo calificado de eléctrico e hiperactivo en el que se entrega tanto física como emocionalmente como ese joven de mente rápida y confianza a prueba de bombas que aspira a la grandeza y sólo quiere demostrar que es el mejor jugar de ping pong del mundo.
Una historia deportiva que es más que todo eso para ser una odisea salvaje, frenética y alocada tan estimulante como épica que logra que sus dos horas y media pasen en un suspiro. Se habla de que funciona como un reloj suizo destacándose también la banda sonora de Daniel Lopatin imprimiendo de aire ochentero a una película ambientada en la década de los cincuenta y que no ha tardado en ser calificada como una deriva desaforada de una posible unión entre "Atrápame si puedes" (2002) y "Diamantes en bruto" (2009).
Una opinión nada baladí ya que “Diamantes en bruto” era la obra de referencia de la antes pareja fraternal y artística que este año ha separado sus pasos. Josh Safdie parece ser el hermano bueno por el que tendría que apostar A24 tras el fiasco de crítica y público de "The smashing machine" a la que no parece que vayan a salvar ni las lágrimas de Dwayne Johnson para ser tenido en serio ni el premio a la mejor dirección conseguido por Benny Safdie en el Festival de Venecia.
“Marty Supreme” llegará a Estados Unidos el día de Navidad y será fundamental un apoyo tanto de crítica como de público que eleve a la película y que haga más factible las posibilidades de Oscar para un Timothée Chalamet que, tirando de carisma y de su precisión para definir a una personalidad desbordante e imparable que se adentra en la neurosis aspiracional, vuelve a lucirse y callar bocas en una eufórica y frenética descarga de adrenalina.
No se contaba mucho con “Sin conexión” pero Bradley Cooper ha optado por un perfil más bajo en su tercer trabajo en la dirección tras lo acontecido con “Ha nacido una estrella” en 2019 y “Maestro” en 2024 que sufrieron la ambición y las expectativas. Nueva York ha acogido de manera positiva la historia de un cómico de mediana edad que se enfrenta a una crisis existencial en la que está al borde del divorcio y en la que intentará cumplir su deseo de triunfar en el mundo de la stand-up viviendo un sanador y liberador camino encontrando en subirse al escenario una terapia frente a su desencanto por darse de bruces con los peajes y complejidades de la vía adulta.
Una película pequeña que parece encontrar su virtud en ello mismo retratando el ambiente artístico y cultural de Nueva York y destacándose los trabajos de Will Arnett y Laura Dern como una pareja que sufre los avatares de la crisis de la mediana edad. Eso sí, ha encontrado cierta división de opiniones entre las que la alaban como el mejor trabajo de Bradley Cooper detrás de las cámaras y las que la califican de irregular y de ser una película nimia y poco novedosa que sólo entretiene a ratos.
Una mirada dulce, divertida y muy sensual a un hombre que redescubre el significado del amor y el matrimonio mientras lo hace a sí mismo. Humanidad e intimismo combinando la emoción y el humor a la hora de hablar de la falta de comunicación, el paso del tiempo y la insatisfacción vital para unos personajes vulnerables que se rebelan ante el hecho de que lo mejor que pudieron ya quedó atrás. Bradley Cooper no parece haber tropezado en un giro en su carrera pero tampoco apasionado para que la cinta pueda hacerse un hueco de verdad en esta carrera cada vez más definida.
Nacho Gonzalo

































