"Deseando amar", el romance íntimo y desgarrado

"Deseando amar", el romance íntimo y desgarrado

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Querido Teo:

En el Festival de Cannes que nunca será para esta edición de 2020 estaba prevista la proyección de "Deseando amar", cinta de Wong Kar Wai que cumple 20 años y que ha sido objeto de una restauración en 4K a partir del negativo original a cargo de Criterion y L’Immagine Ritrovata bajo la supervisión del propio director. Una obra que es cumbre del drama romántico desde una vertiente estilística de autor y que también convirtió al director en uno de los imprescindibles tanto para críticos como para el circuito de festivales.

Wong Kar Wai está claramente influenciado por grandes como Douglas Sirk, Jean-Luc Godard y Rainer Werner Fassbinder, no solamente en el ámbito visual, sino también en el osado planteamiento formal, aunque (a pesar de su modernista envoltorio) muestra un evidente y embriagador clasicismo. Sus obras (todas ellas muy estilizadas) se caracterizan por un estilo visual único y subyugante y un romanticismo cautivador. “Deseando amar” es la plasmación de ese estilo que combina fascinantes historias de aura onírica bañadas de amor pasional y desgarrado.

Heredero de la Nouvelle Vague y del lirismo más oriental, sus largos travellings recuerdan al primer Alain Resnais y sus historias, a pesar de no necesitar de la expresividad europea, radican en su sobriedad que, a pesar de ello, no deja de ser sumamente conmovedora. Un estilo que no ha abandonado en una carrera que comenzó con “El fluir de lágrimas” en 1988 y que, hasta el momento, tiene su último trabajo en “The grandmaster” en 2013. Una forma de cine que, en parte, también han adoptado otros contemporáneos como un Todd Haynes que con "Lejos del cielo" (2002) y "Carol" (2015) ha tocado también la excelencia en esta forma de hacer cine elevándolo al arte pictórico.

Hong Kong, 1962. Chow, redactor jefe de un diario local, se muda con su mujer a un edificio habitado principalmente por residentes de Shanghai. Allí conoce a Su, una joven que acaba de instalarse en el mismo edificio con su esposo. Ella es secretaria de una empresa de exportación y su marido está continuamente de viaje de negocios. Como la mujer de Chow también está casi siempre fuera de casa, Su y Chow pasan cada vez más tiempo juntos intimando en su relación hasta que descubren un secreto que afecta a sus cónyuges y que será clave en sus encuentros de ahí en adelante.

Las miradas y silencios son una contribución atmosférica al trabajo de un director preciso en el detalle como creación de sensaciones, algo que es potenciado en el aspecto musical con la versión del Quizás, quizás, quizás que interpreta Nat King Cole. El título original, “In the mood for love”, hace referencia a "la época de florecer" o "los años floridos" (metáforas chinas que hablan sobre la fugaz época de la juventud, belleza y amor) y que deriva de una canción con el mismo nombre de Zhou Xuan de una película de 1946. El director tenía planeado llamar a la película "Secrets" hasta que escucho la canción ya adentrado en la postproducción.

“Deseando amar” es una cinta sobre la evocación de los recuerdos, la idealización de la pasión y el sentimiento que te mantiene vivo. En una sociedad que transita en el vértigo apresurado del día a día estos dos personajes crean su particular microcosmos en el que las dudas morales a la hora de enfocar la relación son también importantes a lo largo del desarrollo de la historia. La cadencia de un vals inunda a unos personajes que parecen bailar tanto en sus acercamientos como en sus distancias en un tono de perpetua melancolía en la que la cámara se detiene en los primeros planos, así como en los ojos y la piel de esta pareja fortuita por el destino.

Wong Kar Wai apuesta por una planificación exquisita, a través de los distintos colores y el poder de la luz, a la hora de retratar los espacios, la habitación en la que se encuentran, los diferentes vestidos y maquillaje de Su en cada uno de los pasajes, o los callejones bajo la lluvia en los que el deseo fluye y tienta. Todo bajo la fotografía de Christopher Doyle y el ya inolvidable tema de Umebayashi Shigeru que aprovechan los espacios reducidos en los que se aíslan esta pareja creando su universo propio frente al frenesí de una ciudad impersonal y bulliciosa en la que, a pesar de todo, es fácil pasar desapercibido.

“Deseando amar” se mueve en un amor que adopta diversas formas y que va desde la pasión, el adulterio, el intimismo emocional o la constatación de lo que pudo ser y no será. Dos personajes que, a pesar de que viven una situación parecida, y quieren unirse a través de la soledad que les generan sus respectivos matrimonios, no significa que encaucen sus sentimientos de igual manera y tengan las mismas necesidades. Un doble juego simulado y sutil en el que brillan sus actores, Tony Leung y Maggie Cheung, en una mirada propia que deja un gran número de imágenes hipnóticas. Un trozo de vida tan íntimo como eterno y universal.

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Nacho Gonzalo

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