In Memoriam: Irene Papas, símbolo griego
In Memoriam: Irene Papas, símbolo griego
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Querido Teo:
Ha muerto la actriz Irene Papas a los 96 años siendo más un mito que una estrella, encumbrada como actriz teatral por sus papeles dramáticos y una presencia étnica e intrigante en la pantalla durante los 50, 60 y 70, casi siempre en producciones bíblicas o épicas en las que su poderosa mirada dominaba la pantalla. El éxito le llegó con “Los cañones de Navarone” (1961), “Zorba, el griego” (1964) y “Z” (1969).
Nacida el 3 de Septiembre de 1926 en Chiliomodi (Corintia), Irene Lelekou tuvo un aprendizaje recibido de su padre, de origen albanés, profesor de teatro clásico, y de su madre, una maestra de escuela que le narraba cuentos y fábulas. Tras estudiar en la Escuela Nacional de Teatro Griego en Atenas, ciudad a la que se trasladó junto a su familia cuando tenía 7 años, formó parte del elenco del Teatro Nacional de Grecia, en el que destacó como actriz trágica en una serie de papeles que posteriormente llevaría al cine de la mano del director Michael Cacoyannis en “Antígona” (1961), “Electra” (1962), “Las troyanas” (1971) e “Ifigenia” (1977).
Ese aire mediterráneo le permitió brillar también como Catalina de Aragón en “Ana de los mil días” (1969) o en el universo de Lorca en “Bodas de sangre” (1977) y “Yerma” (1998). Su fama no evitó que tuviera que exiliarse de su país ante la dictadura militar griega trasladándose primero a Italia y después a Nueva York. También destacó por su talento hacia la música y la poesía, grabando discos (destacando sus colaboraciones con Vangelis entre otros) y siendo protagonistas de recitales, talento que demostró con emoción en uno de sus últimos trabajos, "Una película hablada" (2003) de Manoel de Oliveira.
En su faceta amorosa estuvo casada en dos ocasiones, primero con el director Alkis Papas y luego con el productor José Kohn, pero cuando el actor murió confesó que el amor de su vida no había sido otro que Marlon Brando: “Fue la gran pasión de mi vida, absolutamente el hombre que más me importaba y también el que más estimaba, dos cosas que generalmente son difíciles de conciliar". En los últimos años volvió al mismo lugar al que nació viviendo retirada a causa del Alzheimer.
Nacho Gonzalo
