"La ciudad de las estrellas"

Los Ángeles no solo es una ciudad fatal para el hígado, también una destructora de ilusiones, ya que hay más posibilidades de ser el espermatozoide que alcanza el óvulo derrotando a otros 100.000, que de saltar de servir mesas a ser elegido en una audición. Y sin embargo Los Ángeles rompió el año pasado el techo de 50 millones de visitantes sumando tanto el turismo como cualquier otra causa; cantidad sólo un poco inferior a los visitantes de París. Es una ciudad desparramada, que exige automóvil y cuyos atascos están previstos que se conviertan en colapso en 2025. Aún así su atractivo como centro industrial del entretenimiento mantiene a la ciudad entre las más visitadas del mundo; protagonista con frecuencia en el cine o en la literatura, con historias tan excelentes como "Una mañana radiante", y de multitud de guías generalistas o temáticas que abordan desde la gastronomía a la industria del sexo.

Título: "La ciudad de las estrellas"

Autor: Thor Jurodovich Kostich

Editorial: Planeta

Thor Jurodovich Kostich define lo que ha hecho en las dos primeras líneas: “Este libro es una declaración de amor al mundo del cine y una atípica guía de viajes de Los Ángeles que usa como columna vertebral el maravilloso largometraje La la land, una película que muestra las diferentes caras de un destino imprescindible para cualquier amante del cine y para aquellos que desean conocer lugares míticos”. No se puede ser más claro.

Thor es un fotógrafo autodidacta especializado en reportajes y viajes y fue inoculado por sus padres con amor por el gran cine clásico hecho en Hollywood. Ha tenido una oportunidad deseada por muchos de los que comparten ese amor: hacer una guía de las estrellas y los rincones de las grandes películas de la meca del cine. Una de las visitas más habituales en Los Ángeles consiste en comprar un mapa de las casas de las estrellas, o directamente subirse a alguno de los autobuses turísticos que hacen esos recorridos. El mapa parte de "La la land", en la que se inspira, una fábula romántica, nostálgica, de un mundo de valores e ideales que en realidad nunca ha existido más allá del lienzo que se llamó pantalla, pero que puede ser tan inspirador como tantas otras recreaciones históricas.

Además de casas, locales, lugares, esquinas, anécdotas, tumbas y muchos recuerdos del cine clásico, adorado, mitificado, y recreado constantemente en todas las maneras posibles. No profundiza, más bien “surfea” por la ciudad, toca casi todo lo que tiene de interesante Los Ángeles, con extensión a Las Vegas. Añade el valor de un conjunto de buenas fotografías que acompañan al texto, o viceversa. Un dulce de libro, vistoso, consultable con facilidad y excelente picoteo para regalar o dejar sobre una mesa, a la vista. Más que recomendable en caso de viaje próximo a la ciudad de las estrellas.

La guía está llena de detalles históricos y cinematográficos, a veces poco conocidos. El muelle de Santa Mónica por ejemplo, es la meta, el final de la Ruta 66. Aunque mucha gente la relaciona con el viaje iniciático que Jack Kerouac plasmó en las páginas del libro "En la carretera", esta ruta es el origen de uno de los capítulos más crueles de la Historia de los Estados Unidos: el de los inmigrantes que huían de las Black Blizzards, las terribles tormentas negras que asolaron las tierras de cultivo de los granjeros de Misuri, Kansas, Texas, Arizona y Oklahoma en la década de 1930. Esta catástrofe natural mató a más de tres millones de personas y forzó al resto a emigrar hacia el Oeste, por lo que la carretera se llenó de miles de personas que malvivían en campamentos improvisados. Una vida mísera que, no obstante, estaba llena de una esperanza que la fotógrafa Dorothea Lange logró retratar y que el premio Nobel John Steinbeck plasmó en "Las uvas de la ira". Esta novela fue llevada al cine de forma magistral por John Ford y es imprescindible para conocer la historia de la Ruta 66.

Carlos López-Tapia