"Matrix Resurrections"

La web oficial.

El argumento: Neo vive una vida normal y corriente en San Francisco mientras su terapeuta le prescribe pastillas azules. Hasta que Morfeo le ofrece la pastilla roja y vuelve a abrir su mente al mundo de Matrix.

Conviene ver: "Matrix Resurrections" ha terminado siendo una realidad que ahora se aprovecha de la nostalgia reivindicando una saga que cambió en cierta manera el cine comercial con espíritu críptico y transgresor durante el cambio de siglo. Una película que empieza desinhibida y disfrutona pero que se pierde en la densidad propia de la saga buscando la cuadratura del círculo e introduciendo al espectador en una maraña autoreferencial y compleja que no está especialmente bien hilvanada y que, además, tampoco favorece el efecto sorpresa. No desmerece dentro de la saga pero es más un reencuentro de los artífices de aquellas que busca más la complicidad que aportar algo novedoso y necesario a lo que tampoco ayuda esta costumbre ya generalizada con las películas con aspiraciones en taquilla de pasarse de metraje (148 minutos). Lana Wachowski lleva ahora los mandos en solitario y nos devuelve a los personajes de Neo (Keanu Reeves) y Trinity (Carrie-Anne Moss), justificando su regreso, y presentándolos como estandartes de una sociedad deprimida, con una salud mental en precario, y que se refugia en pastillas y en cuestionamientos a la hora de encontrar tanto la identidad como el rumbo de uno, víctimas como tal de un sistema que lo engulle todo y del que se es simples marionetas en el que la libertad individual es una entelequia frente a las grandes corporaciones y los órganos de poder que mueven el mundo entre las sombras. Todo mientras se cuestionan qué es realidad y qué es ficción encontrándonos con las nuevas versiones de Morfeo (Yahya Abdul-Mateen II) y el agente Smith (Jonathan Groff). Hay guiños a la original pero también el reflejo de una ciudad que ha pasado de la estética cibernética a la decadencia propia del desencanto. Los personajes son más mayores, más frustrados, y como la propia saga parecen confirmar que, a pesar de la revolución que supusieron en su momento, sienten que el tiempo en el que viven ya no les pertenece. Una apuesta para los fans que no desentona y que, más que un epílogo, se permite incluso reinventarse en su desenlace y dejar a este título en todo lo alto aunque, en verdad, ver a Keanu Reeves con barba y melena nagra no es más que el intento del Estudio por tirar de la añoranza de un pasado que no volverá y la rentabilidad de la saga de “John Wick” que ha mantenido al actor en el candelero como héroe de acción durante este tiempo.

Conviene saber: Lana Wachowski se encarga de la cuarta (y tardía) entrega de la saga compuesta por “Matrix” (1999), “Matrix Reloaded” (2003) y “Matrix Revolutions” (2003).

La crítica le da un CINCO