“Stanley Kubrick. The exhibition”, un viaje a la mente de un genio

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Querido primo Teo:

Hasta este 8 de Mayo el madrileño Círculo de Bellas Artes es el anfitrión de una exposición homenaje al cineasta estadounidense Stanley Kubrick. En el año 2003 el patrimonio personal del director, fallecido en 1999, se puso a disposición para que fuera expuesto. Desde el año 2007 su legado ha ido moviéndose por todo el mundo como el baúl de la Piquer. La “Stanley Kubrick. The exhibition” ha viajado por algunas de las principales ciudades del mundo. Los aficionados al director de “La naranja mecánica” de Nueva York, París, Roma, Zurich, Frankfurt, Monterrey, São Paulo, Londres, Seúl, Cracovia, Los Ángeles, Ciudad de México o, más recientemente, Barcelona han podido disfrutar de una muestra cuyo propósito es acercarse a la manera de pensar y crear que tenía Kubrick, adentrándonos en su mente para descubrir ese universo que fue construyendo a través de sus películas y también de aquellos proyectos que no pudo llevar a cabo. 

En una superficie de aproximadamente 1.000 metros cuadrados, la exposición reúne una selección representativa de los archivos personales y de trabajo de Stanley Kubrick, incluyéndose documentos de investigación y producción, guiones, correspondencia, imágenes fijas de producción, utilería, vestuario, cámaras y lentes. Se complementa con la proyección en pantalla grande de escenas significativas de las películas del director, así como el testimonio de admiradores o colaboradores, en el caso de España participan el escritor Vicente Molina Foix y Carlos Saura que se encargaron del doblaje de “El resplandor”. El material documental de audio y vídeo ilustra los antecedentes de las producciones cinematográficas. Las citas del director nos guían a través de las salas. Toda la carrera del director está documentada, comenzando con sus primeros cortos documentales, también con su faceta como fotógrafo, y terminando con su obra póstuma “Eyes Wide Shut”

Nacido en el Bronx (Nueva York) el 26 de Julio de 1928, su padre le inculcó su pasión por el ajedrez y también le regaló su primera cámara de fotos. En 1946, con apenas 18 años, vende su primera foto por 25 dólares a la revista Look y pasó a formar parte de su plantilla. Dejó la revista en 1950 después de rodar para la RKO un cortometraje documental sobre el boxeador Walter Cartier, a quien ya había retratado para la publicación. Tras dirigir el documental sobre un sindicato de marinos, “The seafarers”, aborda su primer largometraje, “Miedo y deseo”, que consiguió distribución tres años después. 

En 1955 estrenó “El beso del asesino” la historia de un boxeador enamorado de su vecina que es la chica de un gánster. Un año después se asocia al productor James B. Harris a quien conoció durante el rodaje de “Atraco perfecto”. 

En “Senderos de gloria” toma como punto de partida una novela de Humphrey Cobb que le impresionó de adolescente. Durante el rodaje conoció a la actriz Susanne Christian a la que convirtió en su tercera esposa y en su compañera definitiva de vida.

No tuvo una buena experiencia con Marlon Brando que le despidió del rodaje de “El rostro impenetrable”. Kubrick fue contratado para sustituir a Anthony Mann en “Espartaco” protagonizada y producida por Kirk Douglas a quien dirigió en “Senderos de gloria”. “Espartaco”, que fue un gran éxito, supuso el final de su colaboración con Douglas. 1961 fue también determinante en la vida personal del cineasta, hallada la estabilidad sentimental y familiar el director abandonó el mundanal Hollywood y se instaló en Londres.

Su primer proyecto desarrollado en Reino Unido fue “Lolita”, la adaptación cinematográfica de la novela de Vladimir Nabokov y que había levantado ampollas en la sociedad al reflejar el amor prohibido entre un hombre maduro y una adolescente. Descubre a una ninfa llamada Sue Lyon y comienza una relación profesional con el actor Peter Sellers a quien le hizo un regalo con “¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú”.

Stanley Kubrick dedicó cuatro años de su vida a “2001: Una odisea del espacio” gestada junto al escritor Arthur C. Clarke. La obra revolucionó el género de la ciencia ficción. La película estrenada en 1968 le proporcionó a Kubrick el único Oscar de su carrera otorgado en el apartado de mejores efectos visuales. 

Tras el estreno de “2001: Una odisea del espacio” Stanley Kubrick se propuso sacar adelante una vieja idea, un proyecto sobre la figura de Napoleón Bonaparte. Kubrick se documentó a fondo, llegó a recopilar todo lo publicado sobre el emperador francés acumulando más de 500 libros. Durante un año estuvo buscando escenarios, ideando el diseño de producción y vestuario. Kubrick estaba obsesionado con un personaje sumamente inteligente y al que sus errores en la cima del poder le llevaron a la derrota en Waterloo. El director se había propuesto revolucionar el cine épico pero no hubo un Estudio dispuesto a asumir el desafío. 

Tras cancelar su proyecto sobre Napoleón, el director se dispuso a adaptar “La naranja mecánica” de Anthony Burgess. Un gran éxito que le aseguro obtener el control creativo pero que le llevó a estar en el centro de la polémica debido al uso explícito de la violencia. Fue amenazado y, tras un macabro suceso, decidió retirar la película en el Reino Unido.

En 1975 se estrenó “Barry Lyndon” que no funcionó bien en los Estados Unidos. Pero esta película que adapta la novela de William M. Thackeray deslumbra por su alarde técnico y artístico, se rodó con luz natural o bajo la luz de las velas. Fue galardonada con 4 Oscar (fotografía, dirección artística, vestuario y banda sonora adaptada) y hoy ha quedado como uno de los trabajos más valorados de un cineasta absoluto.

Adapta a Stephen King con “El resplandor” que revolucionó el género de terror. Kubrick hace de nuevo un alarde técnico, usando la steadycam. Kubrick era exigente con sus colaboradores y sobre todo consigo mismo. Shelley Duvall confesó que rodar con el cineasta le supuso un gran estrés y Jack Nicholson se quejó continuamente de su afán perfeccionista. Según palabras de Stanley Kubrick: “El trabajo del director consiste en aportar ideas a los actores, no enseñarles actuar o hacer que se crean un papel. Lo que no puedes darle a un actor es talento, sino sugerirle ideas, pensamientos, actitudes. El trabajo de un actor consiste en crear emoción”.

En 1987 estrena “La chaqueta metálica", adaptación de la novela semiautobiográfica de Gustav Hasford que abordaba la Guerra de Vietnam. Antes quiso adaptar el cuento de Brian W. Aldiss “Los súper juguetes duran todo el verano: y otras historias del futuro“ que en 2001 terminó siendo “Inteligencia artificial” y que dirigió Steven Spielberg.

Otro proyecto que Kubrick no pudo sacar adelante fue la adaptación de la novela “Mentiras en tiempos de guerra” de Louis Begley sobre el destino de una familia judía durante la Segunda Guerra Mundial. Ese proyecto iba a llamarse “The aryan papers”, tenía parte del reparto, Joseph Mazzello sería el niño protagonista, pero el enorme éxito que había cosechado Steven Spielberg con “La lista de Schindler” en 1993 le hizo plantearse si él iba a estar a la altura para abordar el Holocausto con precisión. Lo que más impresiona de la exposición, aparte de la biblioteca sobre Napoleón, es el plan de rodaje de “The aryan papers” que se adelantó a las hojas de cálculo del Excel en donde se empleó una caja de madera y en el que cada tira de papel de teletipo representa una escena determinada, señalando todo lo necesario para ser llevada cabo. 

Recluta a Tom Cruise y Nicole Kidman, en aquel momento el matrimonio más perseguido de Hollywood, para protagonizar “Eyes Wide Shut”, adaptación de “Relato soñado” de Arthur Schnitzler, una radiografía a la intimidad de un matrimonio. El 7 de marzo de 1999, seis días después de presentar la película a la Warner, Stanley Kubrick fallece un ataque al corazón a la edad de 71 años. Cuatro meses después “Eyes Wide Shut” se estrena con gran aceptación.

Decía Kubrick que si algo se puede escribir o pensar se puede rodar. Esa es la esencia de un cineasta que se caracterizó por su precisión milimétrica y por sacarnos continuamente de nuestra zona de confort. Un cineasta único que sigue dejando en pañales a cualquiera de los que han intentado imitarle. 

Mary Carmen Rodríguez 

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