"Tren bala"

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Este es un libro donde su autor ha querido divertirnos, intrigarnos y superar el desafío de que todo ocurra en un tren, sin desmerecer otros relatos similares, donde las cosas no ocurren a 300 km/h. Kotaro Isaka es una estrella galardonado con todos los premios del género, entre otros el Premio Shincho de Misterio, el Premio de Escritores de Misterio de Japón y el Premio de los Libreros de Japón, y doce de sus libros han sido adaptados para cine o televisión. "Tren bala" es su vía de alta velocidad a Occidente, al vender los derechos para que Brad Pitt y Sandra Bullock acaben de estrenar y protagonizar una adaptación a la pantalla, "Bullet train".

Título: "Tren bala"

Autor: Kotaro Isaka

Editorial: Destino

"— Y entonces aprendí dos cosas. La primera es que, si uno tiene cuidado con cómo lo hace, puede matar a alguien y salir impune. Lo segundo, que a pesar de que era culpa mía que hubiera muerto ese tipo, yo no sentía remordimiento alguno.

Fue entonces cuando comenzó todo. Es decir, cuando comencé a interesarme por el asesinato. ¿Qué se siente al matar a alguien? ¿Cómo reacciona alguien cuando lo matas? Cosas así...

— Querías probar el pecado definitivo, ¿es eso? ¿Te creías especial porque podías imaginarte haciendo cosas de una aberración tal que a una persona normal ni se le pasarían por la cabeza? Me temo, sin embargo, que todo el mundo tiene pensamientos parecidos, aunque por supuesto la gran mayoría de la gente no los lleva a cabo. «¿Por qué está mal matar personas? ¿Cómo puede todo el mundo estar tan tranquilo si todo ser viviente está destinado a morir? ¡La vida no tiene sentido!» Todo el mundo piensa cosas así. Es la típica angustia adolescente.

— ¿Y por qué está mal matar a personas? No lo pregunta con cinismo ni está bromeando, de veras quiere conocer la respuesta. Le gustaría encontrar a un adulto que pudiera proporcionarle una respuesta satisfactoria".

El tren más famoso del mundo, el que recorre la principal isla de Japón, el primer tren de alta velocidad, es blanco, verde, rosa o azul, pero nunca ha habido uno negro.... hasta éste. En él viajan muchos más asesinos de los que parecen razonables incluso para la mente de un escritor de novela negra japonés.

"Pulp fiction", "Kill Bill" o los hermanos Coen acuden a la memoria nada más subirse el lector al tren y empezar a conocer a los viajeros; aunque el cine favorito de algunos de ellos sean las viejas películas en blanco y negro o la saga de las galaxias. Este tren bala destila humor negro desde que se sube el primer viajero mortal, Nanao, el asesino más cenizo del país, un tipo que puede parecer ingenuo y hasta encantador, que no se entiende como ha podido sobrevivir a la mala suerte que lo acompaña. El trabajo para el que ha sido contratado es robar una maleta destinada a pagar un rescate. La tarea no debería llevarle más allá de la primera parada del tren bala que inicia su viaje desde la capital. Con una habilidad estupenda, el autor conseguirá que no pueda bajar del tren hasta el final del trayecto, por más que pone todo en intentarlo.

El tren lleva a otros asesinos dignos de reconocimiento. Mandarina y Limón es una pareja de sicarios muy valorados por su eficacia y con caracteres muy diferentes. Limón y Mandarina miden lo mismo, alrededor de 1'80 metros, y ambos tienen la misma constitución larguirucha. La gente suele pensar que son hermanos, a veces incluso gemelos. Gemelos asesinos a sueldo. Siempre que alguien se refiere a ellos como hermanos, Mandarina siente una profunda frustración. Le resulta increíble que puedan equipararlo con alguien tan descuidado y simple. Seguramente a Limón no le molesta, pero Mandarina no soporta lo chapucero que es. Uno de sus socios dijo una vez que Mandarina era de trato fácil, mientras que Limón resultaba insufrible. Era como la fruta: nadie quiere comerse un limón.

El cuarto personaje dispuesto a matar es Kimura. Espera que haya un hueco en el flujo de gente y, apretando el paso, ataja entre las tiendas de souvenirs y los kioscos. Luego sube un pequeño tramo de escaleras en dirección al torniquete del Shinkansen, el tren bala de alta velocidad. Al cruzar la puerta de embarque automática se pone tenso, teme que puedan detectar de algún modo la pistola que lleva en el bolsillo de la chaqueta, que el acceso se cierre de golpe y que le rodee el personal de seguridad. Pero no sucede nada. Afloja el paso y levanta la mirada hacia el monitor para consultar el andén de su Shinkansen, el Hayate. Hay un agente de policía uniformado haciendo guardia, pero no parece prestarle la menor atención.

Y si en el mundo del toreo se dice que en una corrida no hay quinto malo, el autor de esta novela podría decir lo contrario. El quinto es "El príncipe", un chico de 14 años, de una inteligencia que le ha convertido en un manipulador soberbio, que podría haber sido Mozart si hubiera preferido la música al crimen.

Kotaro Isaka los va presentando, los dibuja con pinceladas coloristas, brutalmente desapasionadas, con aroma leve a manga. Si en "Pulp fiction" dos asesinos pueden embarcarse en las diferencias entre las hamburguesas europeas y americanas, para matar con pericia dos minutos después; también aquí abundan los diálogos originales, a veces muy divertidos y a veces sorprendentes. Isaka va entrelazando los hilos que acabarán por entrelazar a los cinco, con añadiduras que aportan el toque ninja imprescindible pero inesperado, más una excelente referencia al profesional clásico, sumando asesinos a este tren para demostrar que el arte del crimen tradicional no tiene nada que envidiar a las técnicas modernas.

Carlos López-Tapia

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