Espresso: Emma Thompson llena de lucidez el escándalo Weinstein y Martin Scorsese ante la voracidad criticona de los nuevos tiempos
Querido Teo:
* Ha sido la noticia de la semana y el mayor golpe al sistema de Estudios de Hollywood de las últimas décadas llevándonos a esos años del Hollywood clásico lleno de historias que se escondían bajo la alfombra. Ahora se ha destapado toda la basura que rodeaba a Harvey Weinstein en lo referente a su abuso de poder y acoso a un gran número de mujeres, la mayoría actrices, en (por otro lado) un ejercicio de hipocresía al enarbolar la bandera en su contra sólo cuando algunas valientes (y no muy conocidas dentro del seno de Hollywood) han alzado la voz. A partir de ahí todo aquel que es alguien en el sistema ha condenado la conducta de un Harvey que, precisamente, estaba en su peor momento profesional ante el fracaso de sus últimos títulos y dejar de haber sido ya un talismán para los Oscar. Despedido de su propia compañía, una The Weinstein Company que podría incluso cambiar de nombre para evitar la mancha que ahora supone su imagen, ya hay consecuencias como el hecho de que se haya suspendido un proyecto en el que iban a coincidir David O. Russell, Robert De Niro y Julianne Moore, o que la Academia de Hollywood estudie la expulsión de Harvey Weinstein de la misma.
Una de las más elocuentes ha sido Emma Thompson que en una entrevista para BBC ha declarado lo siguiente: “No sabía sobre estas cosas, pero no me sorprenden para nada y son algo endémico del sistema. Lo que encuentro extraordinario es que este hombre es sólo la punta de un particular iceberg. No creo que se le pueda describir como un adicto al sexo, es un depredador, lo que hay arriba de esa escalera es un sistema de abusos, menosprecios, acoso e interferencias, y es lo que mi madre hubiera definido en otros tiempos como “molestar”. ¿Te está “molestando”? Esta es la expresión que se usaba antes si lo recuerdas. Esto ha sido parte de nuestro mundo, del mundo de las mujeres desde tiempos inmemoriales. Lo que necesitamos es empezar a hablar sobre la crisis de la masculinidad, la crisis de la extrema masculinidad, que representa ese tipo de comportamiento, y el hecho que no sólo esté bien visto, sino que además está representado por el hombre más poderoso del mundo en este momento. Por supuesto que hay muchos hombres así en Hollywood. Muchos. A lo mejor no en ese grado, pero ¿tienen que ser todos tan malos como él para que cuente? ¿Sólo importa si lo has hecho muchas veces? ¿O importa con que se lo hicieras a una mujer sólo una vez? Yo creo lo último”.
Actualización (21/10/2017): Siguen las declaraciones destacando por su clarividencia las de la actriz Lupita Nyong´o, el guionista Scott Rosenberg, o la de Quentin Tarantino.
* A raíz de la frontal división de opiniones que ha generado una película como "Madre!", el director Martin Scorsese ha reprobado en un artículo en The Hollywood Reporter la conducta voraz de una crítica que se mueve por la fiebre de puntuar y valorar una película nada más salir del cine simplificando la forma analizar su impacto e influencia; apostando por la brutalidad y el deseo de hacer daño antes de hacer una crítica meditada y sopesada aunque ésta sea negativa. Ha criticado webs como Cinemascore o Rotten Tomatoes que “valoran las películas como uno valora un caballo en el hipódromo, un restaurante en una guía de viajes o un electrodoméstico en una revista de consumo”. También ha expresado su opinión sobre la importancia que se da a la taquilla desde el primer minuto: “Las recaudaciones del primer fin de semana se han convertido en un deporte sangriento y con espectadores que a su vez parecen haber estimulado una forma aún más brutal de criticar a las películas”. Y echa en falta lo siguiente: “Falta crítica de gente implicada con pasión y con un verdadero conocimiento de la Historia del cine. Parece que cada vez hay más voces dedicadas a sentenciar, que se complacen en ver cómo las películas y los autores son rechazados, condenados al ostracismo y, a veces, despedazados. Las buenas películas de los verdaderos directores no están hechas para ser descifradas, consumidas o comprendidas al instante. Ni siquiera están hechas para gustar. Sólo se hacen porque la persona tras la cámara necesita hacerlas”.
Nacho Gonzalo