
Comer de cine: Los pastelillos de limón de "Juego de tronos"
Querido primo Teo:
El mundo de las series se ha vuelto convulso en los últimos años. Algunos productos fallidos, pero muy bien promocionados, como “Los 4400”, “Prison Break” o incluso “Perdidos”, (con ese final tan tramposo y facilón) han hecho perder la fe a los espectadores, que ya no se dejan engañar fácilmente. La fidelidad de la audiencia se ha vuelto volátil y los nuevos productos ya no tienen mucho margen para maniobrar. Muchas series se cancelan tras apenas estrenarse unos pocos capítulos, porque la gente ya no está por la labor de aguantar monsergas. Incluso algunos productos ya asentados ven peligrar su permanencia debido a los devaneos imparables de los medidores de audiencia, como es el caso de "Fringe", que parece tener más adeptos en las redes sociales que en su franja horaria habitual. Así las cosas, sorprende, y mucho, que haya ficciones que logren en tan poco tiempo elevarse a los altares televisivos, como "The walking dead" (aunque rodeada de críticas de sus fans) y, sobre todo, el último bombazo televisivo, "Juego de tronos".