Coleccionable David Fincher: "La red social" (2010), el reto definitivo

Coleccionable David Fincher: "La red social" (2010), el reto definitivo

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Querido primo Teo:

Tras explorar nuevos campos cinematográficos con "El curioso caso de Benjamin Button", con un notable éxito de público y crítica, David Fincher se embarca en un nuevo proyecto a comienzos del año 2009. Fincher prefirió seguir por esos nuevos rumbos y seguir sorprendiendo, alejándose del estilo que le dio fama como director. Su nueva película se anuncia como la crónica de la génesis de Facebook y la semblanza de sus creadores. Un proyecto que, inicialmente, generó más dudas que curiosidad entre los muchos seguidores del director: ¿David Fincher dirigiendo el retrato biográfico de un geek veinteañero? ¿Qué pintaba ahí Fincher y qué podía aportar a esa historia?.

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El proyecto llegó a David Fincher de la mano del poderoso productor Scott Rudin. Era un guión escrito por Aaron Sorkin, uno de los guionistas americanos de mayor talento y éxito en televisión ("El ala oeste de la Casa Blanca"), que se basaba en el libro “Multimillonarios por accidente”, de Ben Mezrich. Sorkin había concebido el guión para su estreno en la dirección pero, ante la aparición de Fincher en el proyecto, decidió limitarse a sus funciones como escritor. Fincher leyó el guión y decidió que era la película que le interesaba hacer: "Cuenta una gran historia, una historia, además, que yo pensé que sabría hacer, que sabría cómo contar. Cuando yo leo un guión, busco como espectador algo que, convertido en película, me haga esperar una cola para ir a verla. A lo mejor debería ser más selectivo, pero yo leí el guión y me dije: Me gustaría hacer esa película".

“La red social” es una película que se basa en personajes reales, como lo fuera “Zodiac”. En este caso, sigue la historia de los jóvenes creadores de la última gran revolución en el mundo de la comunicación y de las relaciones sociales: Facebook, la red social entre las redes sociales. La historia toma como punto de referencia narrativo el litigio que se desencadenará entre sus creadores por dilucidar la propiedad intelectual de la página y, derivado de ello, la participación en el jugoso negocio generado por la multimillonaria compañía. Sus protagonistas son Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg), un brillante e introvertido alumno de Harvard, genio precoz de la informática, que creará, en la práctica, la página que revolucionará las formas clásicas de desarrollo de las relaciones sociales; su amigo Eduardo Saverin (Andrew Garfield), otro joven estudiante, de origen brasileño, que aportará el capital inicial para el desarrollo de la página; los gemelos Winklevoss (Armie Hammer y Josh Pence) y Divya Narendra (Max Minghella), unos niños bien de Harvard que denunciarán a Zuckerberg por, supuestamente, apropiarse de su idea para crear Facebook y que terminarán demandándole por ello.

Pero contra a lo que pudiera parecer, “La red social” no habla sólo de la creación de Facebook ni el tema fue lo que interesó al director de la historia: “No es una película que hable de lo que es Facebook, sino de la amistad, la lealtad, la traición, los celos, las clases sociales, el rechazo y la soledad. Son temas universales e intemporales, sobre los que ya hablaban Esquilo y Shakespeare. Conozco íntimamente a sus personajes y me identifico con ellos” (...) "Digámoslo de otra manera: es tanto una película sobre Facebook como Toro Salvaje es una película sobre boxeo". En el fondo, la película trata sobre temas tan universales que permite que los espectadores se puedan reconocer en los personajes o, al menos, entenderlos, como así le sucedió al propio director: “(...) Como director, inevitablemente relacionas el comportamiento de los personajes con momentos de tu propia vida. (...). Yo he sido el joven enfadado. Sé lo que se siente. (...) Sin duda sentí que podía identificarme con la ira, la idea de tener 21 años y tener una idea bastante clara de lo que quieres hacer o lo que quieres decir y encontrarte después con toda este gente que te dice, Ah bueno, nos encantaría, nos encantaría que lo intentaras. Enséñanos lo que quieres hacer. Es todo ese rollo condescendiente de tener que pedirles permiso a los adultos porque perciben que eres demasiado joven para hacerlo por ti mismo. Y por eso comprendí la frustración de Mark. Tienes una visión de lo que debería ser y todos te dicen: Ah bueno eres joven. Ya verás”.

De este modo, David Fincher, con un excepcional guión de Aaron Sorkin, consigue hacer interesante la historia de estos jóvenes universitarios que llegaron a crear uno de los inventos tecnológicos y sociales más influyentes de la última década. Y lo hace a través de una película veloz, plagada de diálogos afilados que se superponen de forma vertiginosa, y sin grandes exhibiciones técnicas (si exceptuamos la escena de la competición de remo). La apertura de la película es toda una declaración de intenciones: Mark Zuckerberg charla en la cafetería con Erica Albright (Rooney Mara), la chica con la que sale. Un diálogo ininterrumpido y asfixiante que dura cinco minutos, con el que se nos presenta a este peculiar tipo, tan inteligente como petulante, tan brillante como arisco e incapaz de mantener una conversación trivial. Una escena que Fincher hizo repetir a sus actores hasta llegar a la definitiva toma 99.

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La película se mueve, fundamentalmente, entre los college y el campus universitario de Harvard, las oficinas de Nueva York, la expansión y fiestas en Palo Alto y los dos escenarios del despacho de abogados donde demandantes y demandado se ven las caras. En un juego de flashbacks perfecto, en el que el espectador no se pierde y que acentúa la sensación de cohesión y la velocidad de crucero que toma la película. En este sentido, cabría destacar el excepcional trabajo de montaje a cargo de Angus Wall (“La habitación del pánico”, “Zodiac”, “El curioso caso de Benjamin Button”) y Kirk Baxter (“El curioso caso de Benjamin Button”) o la moderna y ecléctica banda sonora creada por Trent Reznor y Atticus Ross que se adapta como un guante a la película.

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Destacable es la actuación de conjunto del reparto. Empezando por un Jesse Eisenberg que hablando a la velocidad de la luz, hace suyo el personaje de Mark Zuckerberg desde la primera escena y sostiene la película con total desenvoltura. Sabe dotar al personaje de la insolencia y timidez necesaria para convertirle en un tipo poco tratable, casi antipático, pero sin llegar a serlo, porque a la vez, sabe proveerle de una dosis de candidez y de humanidad que impiden que se presente como un ser despreciable a ojos de los espectadores. Eisenberg se llevó una merecida nominación al Óscar. Por su parte, Andrew Garfield (Eduardo Saverin), compone al personaje con más corazón de la película, en muchos aspectos, el alter ego de Zuckerberg, en una interpretación intensa en la que muestra sus emociones a flor de piel, de un modo que nos hace percibir la complementariedad y las contradicciones de su relación de amistad con Zuckerberg. El reparto lo completan un sorprendente Justin Timberlake (Sean Parker) que da en el cine su mejor talla en un papel que parece hecho a su medida; un duplicado y estupendo Armie Hammer, un correcto Max Minghella, una explosiva Brenda Song (Christy), un robaplanos Joe Mazzello, una intensa Rooney Mara (Erica Albright) o una comprensiva “pepita grillo” Rashida Jones (Marylin Delpy).

Con “La red social”, David Fincher alcanzó el mayor reconocimiento crítico de su carrera y un gran respaldo del público. El film recaudó más de 200 millones de dólares en las taquillas de todo el mundo, siendo el presupuesto inicial de 50 millones. La película se hizo con tres Óscars: mejor guión adaptado, mejor banda sonora y mejor montaje. Y aunque el director sonaba como favorito en su categoría, finalmente no se llevó el Óscar, a pesar de lo cuál, su posición en la industria salió claramente reforzada.

El comentario

“La red social” es de esas películas que dan de qué hablar: ya desde antes del estreno hubo comentarios con cierta sorna (“¿una película sobre Facebook?. ¿Para cuándo la del Messenger?”), que se transformarían en buenísimas críticas, las mejores de toda la carrera de Fincher, y desembocarían en una temporada de premios trufada de reconocimientos, y en la que solo faltó la guinda. La película, de 120 minutos exactos, es un compendio de todo lo que conforma el buen cine: el guión, el montaje, la banda sonora son más que destacables, y sobre todo, unas actuaciones magníficas, marcadas por matices, pequeños gestos y detalles. Pero si algo caracteriza a “La red social” es que es hija de su padre. La película que muchos veían como inadecuada para la filmografía de David Fincher, se convierte en el mejor ejemplo de su dirección: asistimos al nacimiento de una de los fenómenos del siglo XXI, mientras vemos como por el camino quedan jirones de amistades y lealtades, todo ello entremezclado con juicios y programación informática, con un ritmo endiablado y unos diálogos geniales. La sensación que queda casi un año después de su estreno es que aún tiene recorrido, y que aún hablaremos mucho más de ella. (Rodasons)

Fincher llega a la octava muesca de su filmografía en un estado de forma envidiable. Puede que “La red social” no sea la más personal de sus obras pero, es indudable una película de una factura final impecable, en la que podemos reconocer la maestría de su mano detrás de la cámara pero, también en la propia historia, salpicada de cinismo y con unos personajes protagonistas complejos y llenos de matices. Pues donde algunos han querido ver tibieza y frialdad en el tratamiento de la historia y de los personajes (algo de lo que se suele acusar a Fincher) otros entendemos una distancia necesaria para mantener una actitud no prejuzgadora de los mismos. Una actitud que presupone en el espectador de cine la libertad y la inteligencia para interpretar por sí mismo la historia, sin necesidad de que se la mastiquen previamente. Ni Zuckerberg es un imbécil redomado ni el héroe inmaculado de la película. Como tampoco lo son los gemelos guaperas y poderosos, ni siquiera el amigo traicionado. Fincher firma una obra perfecta, tan intensa como sencilla, tan compleja como dinámica, que nos deja contando los meses que quedan para su próximo estreno. (Ananula)

Tus primas Ananula y Rodasons

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