Colgados de la plataforma: Del 21/07/2025 al 03/08/2025
Querido primo Teo:
Se cumplen sesenta y cinco años del estreno de “Al final de la escapada” la obra fundacional de Jean-Luc Godard y uno de los títulos esenciales para entender la Nouvelle Vague. Con su estilo fragmentado, su montaje audaz y su espíritu libertario, la película no solo inauguró una nueva forma de mirar el cine, sino que dejó una huella profunda en generaciones posteriores de cineastas de todo el mundo. Pocas películas han envejecido con tanta insolencia y modernidad. En esta entrega, nuestros clásicos y joyas miran hacia aquella nueva ola del cine francés que transformó el lenguaje cinematográfico para siempre. Volvemos a las películas que marcaron el pulso de esa revolución: obras imprescindibles para comprender no solo un movimiento artístico, sino una manera distinta de habitar la pantalla.
PELÍCULAS
“La fraternidad” de Ethan Berger (Movistar +) Estreno directo en la plataforma
“La fraternidad” es un thriller psicológico ambientado en un exclusivo campus universitario, donde un joven estudiante, ansioso por ascender en la pirámide social, ingresa en la elitista hermandad KNA. Convencido de que la afiliación le abrirá las puertas del éxito, pronto descubrirá que el precio de pertenecer puede ser devastador. Todo se complica cuando se enamora de una chica ajena a ese mundo cerrado y comienza a cuestionar las reglas no escritas del grupo. Entre rituales oscuros, dinámicas de poder y lealtades traicioneras, se verá arrastrado a una espiral de manipulación y violencia. Alex Wolff protagoniza esta inquietante ópera prima de Ethan Berger, una crítica a los mecanismos de exclusión y la masculinidad tóxica en las instituciones de élite.
“Los aitas” de Borja Cobeaga (Movistar +)
Borja Cobeaga reúne por primera vez a Quim Gutiérrez y Juan Diego Botto en “Los aitas” una comedia entrañable y disparatada ambientada en el Bilbao de los años ochenta. La historia sigue a un grupo de padres poco acostumbrados a mostrar sus emociones —ni mucho menos a lidiar con mallas y purpurina— que, por una serie de imprevistos, terminan acompañando a sus hijas a un campeonato de gimnasia rítmica. Entre rivalidades deportivas, maleteros llenos de bocadillos y coreografías imposibles, estos hombres, tan torpes como bienintencionados, tendrán que enfrentarse a sus prejuicios y descubrir que la ternura también puede llevar bigote y txapela.
“Muy lejos” de Gerard Oms (Filmin)
Mario Casas recibió el premio al Mejor Actor en el Festival de Málaga 2025 por “Muy lejos", ópera prima de Gerard Oms, donde ofrece una de las interpretaciones más contenidas y maduras de su carrera. En el film encarna a un joven marcado por una profunda crisis de identidad que, incapaz de reconciliarse con su entorno y consigo mismo, decide cortar de raíz con todo: rompe lazos con su familia, abandona su país y se instala en Holanda con la esperanza de empezar de cero. Su personaje no busca redención, sino silencio; no desea comprensión, sino desaparición. Casas construye este proceso de fuga y renacimiento desde la contención y el vacío, dibujando con precisión el rostro de una herida que nunca se nombra, pero que lo atraviesa todo.
“Última noche en la Tierra” Marcos Efron (Amazon Prime) Estreno directo en la plataforma
En esta distopía dirigida por Marcos Efron, una pareja decide aislarse del mundo para reconectar con la naturaleza y escapar del bullicio cotidiano. Sin embargo, lo que prometía ser una escapada idílica se convierte en una pesadilla cuando descubren que, mientras estaban desconectados, el apocalipsis ha comenzado. Aislados, incomunicados y enfrentados a un entorno hostil, deberán replantearse no solo su relación, sino también su instinto de supervivencia en un mundo que ya no existe como lo conocían.
“La furia” de Gemma Blasco (Filmin)
También fue una de las grandes triunfadoras del Festival de Málaga 2025 “La furia”, que se alzó con los premios a la mejor actriz para Ángela Cervantes y al mejor actor de reparto para Álex Monner. En su segundo largometraje, Gemma Blasco despliega una puesta en escena poderosa y visceral para contar la historia de una actriz que, tras sufrir una agresión sexual en una fiesta, se enfrenta no solo al trauma, sino a la indiferencia y al silencio de su entorno más cercano. Incapaz de encontrar consuelo o justicia, canaliza toda su rabia, su dolor y su impotencia en la preparación de Medea, el personaje trágico que debe interpretar en una obra teatral. El proceso artístico se convierte así en un campo de batalla: el escenario es el único lugar donde puede gritar lo que en la vida real se le niega. Cervantes brilla en un papel de enorme complejidad emocional, mientras que Monner aporta una presencia vulnerable y ambigua que complementa con precisión el retrato de un mundo que prefiere mirar hacia otro lado.
DOCUMENTALES
“Mi vida como Roger Moore” de Jack Cocker (Movistar +)
Roger Moore fue, sin duda, el James Bond más divertido, el único que se permitió —y disfrutó— riéndose del personaje sin traicionarlo. Su elegancia natural, su ironía británica y ese guiño constante al espectador convirtieron su versión del agente 007 en un icono entrañable, menos letal pero más encantador. En su nuevo documental, Jack Cocker se adentra en la figura del actor con sensibilidad y sentido del humor, rescatando testimonios de familiares, amigos y compañeros de rodaje que ayudan a reconstruir el retrato de un hombre que, detrás del esmoquin y las cejas arqueadas, escondía una generosidad poco común y un talento muchas veces subestimado. Un homenaje cálido a quien entendió que, a veces, la mejor manera de interpretar a un héroe es no tomárselo demasiado en serio.
“Billy Joel: And so it goes” de Susan Lacy y Jessica Levin (HBO Max)
A lo largo de dos episodios, este documental traza un completo y emotivo recorrido por la vida y la trayectoria musical de Billy Joel, una de las figuras más emblemáticas del pop y el rock estadounidense. A través de entrevistas exclusivas, material de archivo inédito, actuaciones legendarias, películas caseras y fotografías personales, se despliega no solo el retrato de un artista, sino también el de un hombre que convirtió sus vivencias más íntimas en himnos generacionales. Un viaje que ilumina tanto su genio creativo como sus contradicciones, y que permite redescubrir el pulso emocional de su música.
“Riefenstahl” de Andres Veiel (Movistar +)
Recorrido por el legado artístico de Leni Riefenstahl, fotógrafa y directora alemana cuya figura sigue generando controversia por sus complejos vínculos con el nazismo. Reconocida por su deslumbrante dominio estético y técnico, fue también la cineasta oficial del Tercer Reich, autora de filmes propagandísticos como "El triunfo de la voluntad" u "Olympia", que pusieron su talento al servicio de la maquinaria totalitaria. A lo largo de su vida, Riefenstahl trató de limpiar su imagen pública, insistiendo en que su obra era puramente artística y que se mantuvo siempre al margen de la política. Sin embargo, el documental de Andres Veiel desmonta esa coartada con rigor, aportando nuevas pruebas que apuntan a su conocimiento —y probable consentimiento— de las atrocidades cometidas durante el régimen. Más que un juicio, Veiel propone una indagación incómoda sobre los límites entre estética y responsabilidad moral, y sobre cómo enfrentarse a un legado tan brillante como contaminado.
“Querida Ms.: Una revolución impresa” de Cecilia Aldarondo, Alice Gu y Salima Koroma (HBO Max)
Desde que lanzó su histórico primer número en 1972, la revista “Ms.” no solo documentó la evolución del feminismo, sino que ayudó a moldearlo. Con un enfoque valiente y sin concesiones, abordó desde sus inicios cuestiones tan urgentes como la política, el acoso, la raza, el sexo y el derecho al aborto, abriendo un espacio inédito para el pensamiento crítico y la voz de las mujeres en los medios. Esta miniserie documental, dirigida por tres cineastas, recorre su legado a través de una selección de portadas emblemáticas que sirven como punto de partida para explorar las complejidades, tensiones y conquistas de crear una publicación que jamás rehuyó los temas incómodos ni el debate social. Una mirada incisiva y necesaria sobre el poder transformador de la prensa feminista.
CLÁSICOS Y JOYAS
“Al final de la escapada” de Jean-Luc Godard (Filmin)
Godard tomó la tradición del polar francés —ese cine negro a la francesa lleno de tipos duros, fatalismo y femmes fatales— y la hizo estallar desde dentro. “Al final de la escapada” no solo dinamita las convenciones del género: las reconfigura con insolencia. Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg vagan por un París nervioso, vibrante, donde la ciudad se convierte en un escenario cambiante, casi mental. El relato avanza entre rupturas narrativas, saltos de montaje que rompen la continuidad clásica, citas literarias que irrumpen como fogonazos y guiños metacinematográficos que recuerdan que todo es, también, una construcción. El cine, aquí, se piensa a sí mismo mientras arde, se reinventa mientras se filma. Godard no solo narra una historia: desafía el acto mismo de narrar. Como si cada plano fuera una pregunta, un gesto de insurrección contra lo establecido.
“Los cuatrocientos golpes” de François Truffaut (Filmin)
La historia de Antoine Doinel marcó el nacimiento oficial de la Nouvelle Vague. Con “Los cuatrocientos golpes”, François Truffaut inauguró una nueva forma de hacer cine: libre, íntima, profundamente personal. Rodada con escasos recursos, luz natural, actores no profesionales y una sensibilidad inédita, la película rompía con el academicismo del cine francés de la época para abrazar la vida tal como es, sin adornos ni artificios. Truffaut no solo contaba la historia de un adolescente incomprendido; hablaba de sí mismo, de una generación herida, de una infancia que buscaba redención a través del cine. Aquí empieza todo: el plano final de Antoine corriendo hacia el mar y deteniéndose para mirar a cámara —ese instante de suspensión, esa interpelación directa al espectador— se ha convertido en uno de los gestos más icónicos, no solo de la Nouvelle Vague, sino de toda la historia del cine. Un grito mudo de libertad que todavía resuena.
“Hiroshima mon amour” de Alain Resnais (AContra +)
Con guión de Marguerite Duras, “Hiroshima mon amour” es una de las películas más radicales e influyentes de la Nouvelle Vague, y una obra pionera en la forma de abordar el trauma a través del lenguaje cinematográfico. Lejos de ofrecer una narración lineal, Alain Resnais construye una estructura fragmentada que entrelaza el recuerdo del horror nuclear con un romance fugaz y profundamente íntimo entre una actriz francesa y un arquitecto japonés. El pasado y el presente se confunden, el cuerpo y la memoria se entrelazan, y las palabras —como las imágenes— se deslizan entre lo que se dice y lo que se calla. Resnais desafía la cronología, diluye la frontera entre lo vivido y lo soñado, y transforma el cine en una poderosa meditación filosófica sobre el duelo, el olvido y la imposibilidad de representar el dolor absoluto. Una obra que, aún hoy, sigue interrogándonos sobre los límites de la imagen y la necesidad de recordar.
“Cleo de 5 a 7” de Agnès Varda (AContra+)
“Cleo de 5 a 7” es una obra clave dentro de la Nouvelle Vague, no solo por su audacia formal, sino porque introduce, con delicadeza y firmeza, una mirada femenina en un movimiento hasta entonces dominado por hombres. Agnès Varda, única mujer del núcleo fundador, filma en tiempo casi real la espera angustiosa de una cantante que deambula por París durante dos horas mientras aguarda el resultado de una prueba médica. Pero más allá del argumento, lo que realmente importa es la forma en que Varda articula el relato desde el cuerpo y la conciencia de su protagonista. A través de una cámara que la sigue, la observa, la interroga, la película se convierte en una reflexión poética sobre la identidad, la percepción, la fragilidad y el peso del tiempo cuando este se llena de incertidumbre. Cleo deja de ser solo un rostro decorativo para convertirse en sujeto de su propia mirada. En ese tránsito silencioso —de objeto a persona, de imagen a pensamiento— reside la verdadera revolución de la película. Varda, con su sensibilidad única, logra lo que pocos: hacer del tiempo una forma de conocimiento.
“París nos pertenece” de Jacques Rivette (MUBI)
“París nos pertenece”, la enigmática ópera prima de Jacques Rivette, es una de las obras más radicales e inclasificables de la Nouvelle Vague. Rodada entre 1957 y 1960, en los márgenes de la industria y del tiempo, la película se despliega como un laberinto narrativo donde las fronteras entre realidad, ficción, teatro y paranoia se desdibujan hasta desaparecer. Conspiraciones que se evaporan, amenazas invisibles, personajes que deambulan como si buscaran un sentido que se les escapa: todo en el film parece empujado por una inquietud sin objeto, por un miedo difuso que no se puede nombrar. París —lejos de la postal romántica— se convierte en un espacio mental, abierto y opresivo a la vez, donde cada calle parece esconder un secreto y cada conversación apunta a una verdad que nunca se revela del todo. Rivette captura esa atmósfera de desasosiego con una puesta en escena austera pero hipnótica, donde el cine se transforma en una herramienta de exploración, no de respuestas. Como si al filmar la ciudad, filmara también el vacío existencial y político de una generación marcada por la Guerra Fría y el desencanto ideológico. “París nos pertenece” no busca esclarecer el mundo, sino devolvernos su misterio intacto. El cine, como la vida, es aquí un territorio de incertidumbre radical.
Mary Carmen Rodríguez

























