La última gran noche de Alfred Hitchcock
Querido Teo:
Fue el 7 de marzo de 1979 cuando Alfred Hitchcock vivió su última gran noche. La del reconocimiento del American Film Institute (AFI) que le convirtió en el séptimo ganador honorífico de su trayectoria de premios. Periodistas y fotógrafos, aficionados al cine y buscadores de autógrafos, y huéspedes del Hotel Beverly Hilton, se congregaron en el vestíbulo durante toda la tarde, con la sensación cada vez más notoria de que allí se iba a vivir un gran acontecimiento.
Un trabajo de organización y supervisión digno de evento monárquico para que todo saliera como tenía que ser sin dejar nada para el suspense tan característico del gordito malévolo pero sí con la intriga de conocer cómo sería su aparición ante todo lo relacionado con una figura siempre rodeada de enigma. 1.500 personas asistieron a la ceremonia aquella noche y la lista comprendía tanto a los más veteranos ciudadanos de Hollywood como a los rostros más nuevos de las series populares de televisión.
Eso sí, la vejez y su habitual escepticismo hizo que no fuera una sorpresa la actitud de indiferencia del genio. “Consideraba la velada como su necrológica”, según David Freeman, un escritor que trabajaba con Hitchcock por aquel entonces, “Y no deseaba asistir al funeral”.
Aun así, y teniendo en cuenta los caprichos de la siempre volátil industria, Hollywood llegó a tiempo para brindarle la gran noche de homenaje que merecía en vida. Y seguro que él estaría bien dichoso aunque sin querer reconocerlo abiertamente refugiado en su mordacidad protectora. Hitchcock fallecería poco más de un año después el 29 de abril de 1980 en Los Ángeles a la edad de 80 años.
Nacho Gonzalo











