El triunfo también lleva rencor y envidia y esos sentimientos tan humanos también recaen en la figura de Chaplin que ve como es víctima de ellos. Al Estudio llegaron algunas cartas anónimas con plumas blancas en su interior que, según la tradición inglesa, son símbolo de cobardía. También recibe cartas injuriosas que cuestionan porque Chaplin no se encuentra en el frente de combate desatada como estaba la I Guerra Mundial. Chaplin les hace reír pero no lucha con su pueblo, algo que para algunos era muestra de antipatriota. Lo cierto es que Chaplin había sido desestimado para el servicio militar por su poco peso, habiendo sido no obstante él mismo el que se presentó en la Embajada británica en Washington con el fin de determinar su labor ante el conflicto. Para la Embajada estaba clara su labor, tenía que seguir emocionando y entreteniendo a la ciudadanía con sus películas.
Bien es verdad, que durante las Guerras Mundiales, la postura del Gobierno británico era mantener a cada uno en sus funciones habituales, especialmente en el caso de los componentes del mundo del espectáculo. Importante era dar esa sensación de normalidad frente la barbarie bélica, porque en tiempos de guerra fundamental era también la labor de los cómicos a la hora de entretener a una población que sufría las bajas constantes. Eso Hollywood nunca lo siguió y prefirió enrolar a sus actores para “mitificarlos” todavía más dentro del ideario colectivo.
El 8 de Abril de 1918, Chaplin recorre junto a Mary Pickford y Douglas Fairbanks todos los Estados Unidos vendiendo bonos de guerra. Era continuamente recibido con multitudes e incluso fue recibido por el presidente Wilson. Era época de sensibilización y Chaplin presenta una de las películas de las que más orgulloso se sintió como fue “Armas al hombro” ya que, según él, consiguió “distraer a los hombres en las horas sombrías de la guerra”.
La película se estrena el 20 de Octubre, un mes antes de que llegara el armisticio, con un éxito mundial rotundo. La cinta es la primera comedia sobre algo tan devastador como la guerra siendo una perfecta radiografía de la vida entre trincheras con la camaradería que se establece entre sus miembros, la incertidumbre ante el ataque del enemigo, y también las largas esperas.
“Armas al hombro” es destinataria del tiempo que le tocó vivir a Chaplin que completó la película gracias a las opiniones y comentarios de muchos amigos y conocidos que habían estado en el frente. Por ello, situaciones tan dramáticas que adquieren un cariz cómico en la cinta cuando los soldados levantan las manos a través de la trinchera para comprobar si está el enemigo y posteriormente son alcanzados por un disparo sólo cuando asoman la cabeza confiados.
En esta película el soldado número 13 del ejercito estadounidense de la 1ª Guerra Mundial defiende el frente con sus compañeros. Charlot, convencido de que va a morir por haber roto un espejo, no acertar en cara o cruz y por llevar el 13 de la mala suerte, sale lleno de miedo de su trinchera pero consigue capturar a un grupo de enemigos alemanes el solo. Después de esto, cree que tiene buena suerte y decide hacer un trabajo voluntario en el que le pasaran muchas cosas, entre ellas, disfrazarse de árbol, ayudar a una mujer francesa o capturar más alemanes. Por primera vez utiliza un gag que volvería a repetir en “El gran dictador” y que no es otro que aplastar los dedos de los pies de un soldado con la culata de su rifle. “Armas al hombro” queda para siempre como una mirada lucida y amable de lo que supuso la vida de trincheras en la I Guerra Mundial. Chaplin comenzaba a ser ya en su cine testigo del tiempo que le había tocado vivir.
“Tardes de soledad”, de Albert Serra, entra de lleno en la categoría de obra de culto —o incluso de título maldito. El prestigioso cineasta catalán desató la indignación de los colectivos animalistas —incluido el ministro Ernest Urtasun— al fijar su mirada en el torero peruano Andrés Roca Rey, una de las figuras más veneradas por la afición taurina. La polémica llegó a tal punto que se pidió su retirada de la programación del Festival de San Sebastián. No solo se mantuvo: el jurado terminó otorgándole la Concha de Oro. El documental tuvo un estreno tardío en salas, y su exhibición se convirtió en un acto de resistencia cultural. Quien compraba una entrada para ver “Tardes de soledad”, o escribía un artículo en su defensa, no solo mostraba admiración por la obra: lanzaba, de forma implícita, un alegato contra la censura moral que pretende borrar del patrimonio cultural toda expresión ligada a la tauromaquia. Bajo la mirada de Serra, Roca Rey se eleva a una dimensión casi mitológica. Torero y bestia se enfrentan, iguales ante la muerte, en un ritual que el cineasta filma con hipnótica solemnidad. El resultado recuerda a figuras arquetípicas del cine clásico y contemporáneo, y convierte a Roca Rey en algo más que un matador: en un símbolo. Con su reciente llegada a Movistar +, es el momento perfecto para explorar sus resonancias en nuestra sección de clásicos y joyas.
Superman vuelve a sobrevolar las pantallas de cine impulsado por el director James Gunn y por eso repasamos cómo ha sido la evolución del héroe de DC Comics a través de las películas y las series. Las recientes presencias de Tom Cruise con “Misión imposible: Sentencia final”, Brad Pitt con “F1: La película” y Scarlett Johansson con “Jurassic world: El renacer” nos lleva a analizar la situación actual del “star system” de Hollywood de la mano de Mary Carmen Rodríguez. In Memoriam dedicado al compositor Lalo Schifrin y al actor Michael Madsen y en Leer cine, la biblioteca sonora de Carlos López-Tapia, “Cómplice” de Steve Cavanagh. Terminamos con las apuestas de Colgados de la plataforma. Spooky a los mandos técnicos. ¡Muchas gracias por escucharnos!
Estamos escuchando Challengers de Trent Reznor y Atticus Ross para la banda sonora de "Rivales", película de Luca Guadagnino que, en cierta forma, se ha convertido en todo un fenómeno que, a pesar de contar con los nombres propios del propio Guadagnino o Zendaya, quizá no se esperaba en absoluto. Parte de este fenómeno se debe al tratamiento de la película, jugando de forma erótica como no solemos ver habitualmente en el cine actual, y a la atmósfera que el cineasta italiano construye a partir de unas sensaciones y emociones creadas por la puesta en escena, evidentemente por los actores y, de forma prácticamente indispensable, por la música. Así que vamos allá a adentrarnos a esta composición algo anómala y única de Trent Reznor y Atticus Ross, donde repasaremos parte de su anterior trayectoria y profundizaremos sobre en qué se basa la creación de esta banda sonora.