In Memoriam: Maggie Smith, la gran dama convertida en patrimonio cultural

In Memoriam: Maggie Smith, la gran dama convertida en patrimonio cultural

1 Sarcofago2 Sarcofagos3 Sarcofagos4 Sarcofagos5 Sarcofagos (3 votos, media: 5,00 de 5)
Cargando...

Deja tu comentario >>

Querido primo Teo:

Aprovéchate bien del suculento manjar que acaba de llegar a tu despensa, no todos los días despedimos a una leyenda del mundo de la interpretación como Maggie Smith. La actriz británica ha fallecido a la edad de 89 años tal y como ha anunciado su familia a través de un comunicado remitido a la cadena BBC, en donde se ha agradecido la labor realizada por el personal médico del Chelsea and Westminster Hospital. Maggie Smith, que estuvo en activo hasta prácticamente el final, incluso en otoño del pasado año se convirtió en imagen de una campaña de la firma española LOEWE, ha podido presumir de haber tenido una trayectoria artística intachable desarrollada a lo largo de seis décadas en el teatro, el cine y la televisión y que le permitió ser reconocida con algunos de los premios más importantes del mundo del espectáculo como por ejemplos dos premios Oscar por sus interpretaciones como protagonista en “Los mejores años de Miss Brodie” en 1970 y como secundaria en “California Suite” en 1979.

Nacida en Ilford, Essex, como Margaret Natalie Smith, se formó en la Oxford Playhouse School y debutó profesionalmente en el teatro en 1952 con la obra "Twelfth night" en Oxford. Su talento pronto la llevaría a la escena londinense, uniéndose al prestigioso National Theatre en la década de 1960. Fue a partir de ese momento cuando se consolidó como una gran actriz, trabajando con actores de renombre como Laurence Olivier y fue aclamada por sus papeles en obras clásicas de Shakespeare, como “Otelo”, “Mucho ruido y pocas nueces” y “Macbeth”, además de su trabajo en dramas contemporáneos.

Su estilo único, con una combinación de ingenio y profundidad emocional, la convirtió en una de las grandes figuras del teatro británico. Smith ganó múltiples premios por sus actuaciones en el escenario, incluido el Tony por “Lettice and lovage” en 1990, premio al que fue candidata previamente por "Private lives" en 1975 y "Night and day" en 1980. Optó al Olivier Award del teatro británico en seis ocasiones pero nunca se hizo con el galardón.

Tras pasar de manera rutinaria por la televisión debutó en el cine con la película “Child in the house” (1956). Dos años después conseguiría su primera nominación al BAFTA por “Nowhere to go” (1958). Fue en la década de los sesenta cuando su talento comenzó a brillar gracias a “Hotel Internacional” (1963) o por su Desdémona en la adaptación cinematográfica de “Otelo” (1965) que realizó Stuart Burge y que le proporcionó situarse bajo el radar de los Oscar con su primera candidatura a la estatuilla.

La fama internacional la alcanzaría con “Los mejores años de Miss Brodie” (1969). Su encarnación de un personaje tan complejo como el Jean Brodie, una maestra de una escuela de chicas del Edimburgo de los años 30, una mujer carismática, individualista e idealista que intenta inculcar sus valores al alumnado, aunque sus ideas estén próximas al fascismo. Basada en la novela homónima de Jean Brodie, supone un análisis de las relaciones de poder en el ámbito educativo y las complejidades de las ideologías políticas.

La señorita Brodie sigue siendo un referente por la manera en la que se aborda el poder, la influencia y la ambigüedad moral. El trabajo de Smith fue muy aclamado por la capacidad de la actriz para interpretar personajes con múltiples capas emocionales. Se alzó con su primer Oscar y también fue reconocida con el Bafta.

Consagrada como una de las mejores intérpretes de su generación, en la década de los setenta la carrera de Maggie Smith siguió en ascenso. Se puso a las órdenes de George Cukor en “Viajes con mi tía” (1972), donde compartió reparto con nuestro José Luis López Vázquez, que le proporcionaría una nueva candidatura al Oscar.

También llegaron otros de sus trabajos más reconocidos como “Un cadáver a los postres” (1976), “Muerte en el Nilo” (1978) o “California Suite” (1978) de Herbert Ross.

La interpretación de Smith, como una actriz nominada al Oscar que combate la ansiedad con el alcohol y manteniendo un combate verbal con su marido homosexual y con la cara de Michael Caine, los diálogos de Neil Simon en este segmento de la película son para esculpirlos en mármol, la llevó con total justicia a su segundo Oscar, esta vez en la categoría de mejor actriz de reparto. 

En las décadas de los ochenta y noventa, Maggie Smith continuó con su carrera con papeles que iban desde dramas intensos hasta comedias ligeras, desde la académica “Una habitación con vistas” (1985) de James Ivory, con una quinta nominación al Oscar, hasta la gamberra “Sister Act” (1992) y su correspondiente secuela. No hay que olvidar tampoco su generacional trabajo como la anciana Wendy de "Hook" (1992) de Steven Spielberg.

Ganó un segundo Bafta por su trabajo en “Función privada” (1984) donde dio vida a una ambiciosa mujer que se involucra en el emergente mercado negro durante la posguerra en Gran Bretaña. El tercero llegaría por "Una habitación con vistas" (1985) y el cuarto por su destacable como mujer solitaria y desencantada en “La solitaria pasión de Judith Hearne” (1987).

Pese a las excelentes críticas, con el premio de la Asociación de Críticos de Nueva York, no fue nominada al Oscar por dicho trabajo, una experiencia similar volvió a vivir con “Té con Mussolini” (1999) de Franco Zefirelli suponiendo su quinto Bafta tras ganar también premios honoríficos de la academia británica en 1993 y 1996.

A pesar de la constancia de la carrera de Maggie Smith fue a inicios del siglo XXI cuando su fama volvió a emerger al conquistar a las nuevas generaciones y por extensión convertirse en un nuevo patrimonio de la cultura popular siendo tan respetada como querida. Primero gracias a las ocho películas de Harry Potter en las que la actriz encarnó a la profesora Minerva McGonagall, tan estricta como justa y que se convirtió en uno de los personajes más apreciados de la saga gracias a su dominio del humor y su sentido de la dignidad. Los niños cuando se le acercaban, como ella declaró en el programa de Graham Norton, seguían preguntándole si de verdad podía convertirse en un gato.

El destino ha hecho que la actriz haya fallecido justo un año después de otra de las sentidas pérdidas de la saga como la de Michael Gambon.

Y segundo con la serie “Downton Abbey” donde con su trabajo de Condesa Viuda de Grantham logró posicionarse como la verdadera robaescenas de esta producción creada por Julian Fellowes donde no sólo se convertía en el reclamo de calidad en un amplio reparto sino en la responsable de algunas de las líneas de diálogo más memorables de la televisión reciente lanzando dardos o preguntando qué es un fin de semana.

En Estados Unidos se volvieron locos con la serie y con su trabajo valiéndole 5 nominaciones al Emmy (ganando en 2011, 2012 y 2016) aunque nunca asistió a la ceremonia sumándose al ganado por "Mi casa en Umbria" en 2003, 2 nominaciones al Globo de Oro (ganando en 2013), 5 nominaciones al Gremio de Actores (SAG) (ganando en 2014) y 1 nominación al Bafta.

Un trabajo al que dedicó la última parte de su carrera a lo largo de seis temporadas (2010-2015) y en las dos películas estrenadas en 2019 y 2022 donde su personaje era despedido con todos los honores que se merecía.

Vídeo

Vídeo

Precisamente Julian Fellowes fue el autor del guión de “Gosford Park” (2001) dirigida por Robert Altman que reunió a lo más granado de la interpretación británica y estadounidense para realizar una crítica social disfrazada de intriga a lo Agatha Christie. Smith, como la Condesa de Trentham, sobresalía en uno de los mejores repartos que se han visto a lo largo de este siglo y el éxito tanto de crítica como de público de la película le permitió conseguir su sexta y última candidatura al Oscar. 

Exitoso fue también “El exótico Hotel Marigold” (2011) que contó con secuela cuatro años más tarde y que tenía a una Maggie Smith en la cresta de la ola que incluso llegó a sonar para formar parte de la temporada de premios de aquel año. También se puso bajo las órdenes de Dustin Hoffman dado vida a una cantante de ópera retirada en "El cuarteto" (2012) y protagonizó la adaptación al cine de la obra de teatro "Mi casa en París" (2014).

Una de sus últimas grandes interpretaciones la hizo en “The lady in the van” (2015), basada en la obra teatral de Alan Bennett que ella protagonizó en varias ocasiones desde 1999 y que también llevó a la radio, en donde encarnó a una anciana indigente que pasó el tramo final de su vida viviendo una furgoneta enfrente de la puerta del dramaturgo. Fue la 18ª y última nominación al Bafta de su carrera.

Considerada una de las intérpretes británicas más grandes, por su contribución al mundo de las artes fue convertida en Dama del Imperio Británico en 1990 y ascendida por la reina Isabel II a la Orden de los Compañeros de Honor en 2014. Estuvo casada con el actor Robert Stephens, desde 1967 y hasta el divorcio de 1975, y con el dramaturgo Alan Beverley Cross desde 1975 y hasta la muerte de éste en 1998. Le sobreviven sus dos hijos, los actores Toby Stephens y Chris Larkin.

Su sarcasmo, ironía, sagacidad, chispa y magnetismo le hicieron única en cualquiera de sus trabajos, manejando con suma naturalidad y elegancia el drama y la comedia, no necesitando de una gran exposición pública más allá de sus trabajos para convertirse en una de las grandes con derecho propio y también de las más transversales llegando a un gran número de generaciones.

Mary Carmen Rodríguez

¿Compartes?:
  • email
  • PDF
  • Print
  • RSS
  • Meneame
  • del.icio.us
  • Facebook
  • Google Bookmarks
  • Twitter
  • FriendFeed
  • LinkedIn

Comentarios

Suscríbete
Notificar
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Me encantaría conocer tu opinión, comenta.x
()
x