San Sebastián 2024: El top 10 de lo visto en el Festival

San Sebastián 2024: El top 10 de lo visto en el Festival

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Querido Teo:

El Festival de San Sebastián 2024 ha vuelto a ser una cita ineludible y necesaria en el arranque de temporada cinéfila sirviendo de plataforma a una serie de películas que van a marcar los próximos meses aunque buena parte de ellas, las cuales no han podido evitar ser de lo más destacado en este top, ya vienen de certámenes previos. En todo caso, sin ser la mejor sección oficial que se recuerde, ni tampoco la más fuerte a nivel español teniendo en cuenta que títulos destacados ya llegaron en anteriores citas, sí que hemos podido ser testigos de nuevo de una selección más que notable. 

10º “Bird” (Andrea Arnold) // Perlas

"Bird" es la consabida mirada de Andrea Arnold a los marginados de la sociedad, un cine que la directora británica ya ha hecho definitorio en la cinematografía contemporánea sabiendo aunar ese tono de rebeldía, libertad, desesperanza y frenesí musical que atesora la propia juventud, esa enfermedad que se cura con el tiempo y a la que Andrea Arnold retrata siempre con cariño y lucidez en su explosión de “carpe diem” aunque la violencia o la precariedad pongan el mundo cuesta arriba. Una película que parte de una imagen anecdótica llena de enigmas sobre los que partir como es la de un hombre desnudo en lo alto de un edificio envuelto entre la niebla y con la que la directora vuelve al largometraje ocho años después tras su incursión en televisión ("Big little lies") y el documental ("Vaca").

Un remolino de emociones entre el drama de la realidad y la proyección fabulada, el desencanto obrero y la poesía existencial sin artificios. Todo en una película honesta con precisión verista apoyada en la mirada y silencios de personajes que no tienen nada, y que tampoco encuentran espacio en un lugar que no les quiere, pero que tienen en común la convicción del derecho a ser feliz sin querer resignarse a un mundo gris y sin futuro, conectando con ellos mismos a través de los elementos del entorno y de la naturaleza, tirando de arrojo y determinación ante la desesperanza.

9º “Cuando cae el otoño” (François Ozon) // Sección Oficial

“Cuando cae el otoño” propone una mezcla de géneros que condensa de manera efectiva y notable lo que supone la carrera de François Ozon. Un director capaz de moverse con comodidad en un buen número de géneros que aquí abraza un drama familiar tirando de suspense, dilemas éticos y traumas del pasado bañado de humor negro y costumbrismo social.

“Cuando cae el otoño” sabe moverse con inteligencia y equilibrio a pesar de su tono poco políticamente correcto a la hora de abordar ciertos temas que se representa en el rostro de Michelle, el personaje protagonista. Una tensión permanente pero suave que va calando poco a poco sin efectismos y sí con mucha capacidad para la sugerencia en un retrato de soledad, perdón y segundas oportunidades incluso más allá de la muerte.

8º “La sustancia” (Coralie Fargeat) // Perlas

"La sustancia" es uno de los títulos que marcan una temporada aspirando a ser película de culto en este salto sin red en forma de feroz y ácida crítica sobre una sociedad marcada por la dictadura de la imagen y hasta dónde sus víctimas (en el fondo todos) son capaces de llegar para alimentar su ego y una fachada de apariencia de juventud, frescura y belleza. Es lo que le ocurre a una famosa estrella de la televisión, Elisabeth Sparkle, que da clases de aerobic en directo pero a la que despiden porque los ejecutivos de la cadena consideran que ya ha dejado de ser atractiva y mantenerla sería por caridad pero no por patrones de audiencias y “ratings”.

La sombra de algunos de los títulos más emblemáticos de Stanley Kubrick, David Lynch, David Cronenberg, Brian De Palma, Paul Verhoeven, Nicolas Winding Refn o Julia Ducournau (así como de un clásico como “Eva al desnudo” dando la mano a la simbología de "El retrato de Dorian Gray") está presente en una cinta que es capaz, a pesar de todo, de imprimir su propio sello en la que el mito de Fausto conecta con un mensaje feminista y posmoderno siendo un puñetazo al vampirismo de Hollywood llevando a la condena a las víctimas de una obsesión por el cuerpo avivada no por ellas mismas sino por el prisma del canon de éxito representada en la banalidad de valorar por medidas perfectas, sonrisas perennes y juventud despreocupada.

7º “Los destellos” (Pilar Palomero) // Sección Oficial

“Los destellos” habla de la muerte digna pero sobre todo de la comprensión, el acompañamiento y el apoyo dejando atrás sinsabores en un ejercicio de generosidad que dignifica y conmueve. Una película honesta e íntima llena de belleza cuando una mujer, ante la petición de su hija, se hace cargo de los cuidados del padre de ésta, su ex marido, un hombre que se encuentra en sus últimos días. Un reencuentro en el que no hay reproches sino el hecho de ayudar a los demás, no para recibir un aplauso fácil, sino por convencimiento y satisfacción personal porque hay momentos en los que uno tiene que demostrar quién es sin tener que esperar nada a cambio.

“Los destellos” toca y emociona y parte con su elegancia sensorial del ocaso de la existencia para que la vida pueda coger impulso con el fin de ser enriquecedora tanto para los que se preparan para irse como para los que seguirán en el camino. Una lección de vida, una lección de ser mejor persona en un viaje iniciático, optimista y redentor a través de esos pequeños grandes gestos que son los que hacen que todavía se pueda confiar en la condición humana.

6º “Por todo lo alto” (Emmanuel Courcol) // Perlas

“Por todo lo alto” es una película dirigida al público más amplio y en la que todo funciona terminando siendo un lugar feliz en la historia de dos hermanos muy diferentes que, después de desconocer la existencia del otro, se encuentran, cuando uno de ellos descubre que en realidad es adoptado cuando le es diagnosticada una enfermedad, y que acaban unidos por una banda de pueblo que les hará cambiar el destino que cada uno tenía pensado para sí mismo.

Una “feel good movie” muy francesa en su temática y personajes pero con ese compromiso obrero británico que le lleva a recordarnos a la cinta “Tocando el viento” (1996). Una delicia de cine popular, amable y accesible con música como leitmotiv a través del sentimiento familiar del que se forma parte y que va más allá de lo genético suponiendo una apuesta imprescindible para salir con muy buen sabor de boca y con el alma reconfortada tras su visionado confiando todavía, a pesar de las dificultades, en un mundo humanista y de esperanza.

5º “Robot salvaje” (Chris Sanders) // Perlas

Una cinta que aúna emoción, naturaleza y temas trascendentes como la amistad, el sacrificio, la solidaridad, el espíritu de equipo, la aceptación o cómo encarar la ausencia. Roz es una robot que vara en una isla de manera accidental tras una tormenta y, creada para cumplir la misión que le sea encomendada, así como para poder ser un arma de destrucción masiva, el destino le lleva a hacerse cargo de una cría de ganso que ha quedado huérfana precisamente por su propia acción en la isla.

Un viaje de descubrimiento, aceptación y de hacer brotar y canalizar esos sentimientos que son los que mueven el mundo y que provocan que la vida en este lugar valga la pena. Toda esa enseñanza vital de la mano de un ganso que aprende algo más que a volar y de una robot que descubrió que todo lo que se hace en la vida, sea por algo o por alguien, tiene de verdad sentido si se hace con sentimiento porque, aunque no esté de moda, la bondad, la educación, la tolerancia, el respeto y la amabilidad no es no sólo la mejor carta de presentación sino también una vía de supervivencia en un mundo de cinismos y egoísmos en el que necesitamos gente que sume y aporte y no reste e intoxique. Es lo que logra un film que entretiene, arrebata y conciencia sobre la relación con nuestro entorno tanto en relación con las personas como con la propia naturaleza.

4º “La semilla de la higuera sagrada” (Mohammad Rasoulof) // Perlas

“La semilla de la higuera sagrada” es un melodrama que supone todo un grito de indignación frente a la autocracia, machismo y paranoia de un Estado castrador representando por un padre de familia que es capaz de todo, incluso llegar a la locura, por mantener el estatus de un régimen en el que cree y que le da el estatus de poder y dominio que no quiere perder frente a su mujer y a sus hijas. Algo que se desencadena cuando desaparece una pistola a su cargo mientras en las calles la presión cada vez es mayor ante un grito de indignación global que sobre todo cala en las nuevas generaciones del país representadas en esas hijas que abren los ojos frente a la tradición que siempre se les ha intentado inculcar.

Un trabajo valiente y contundente que, si bien sustituye la elegancia concisa y sobria de sus dos primeras horas por un desencadenante quizá demasiado subrayado, denuncia y emociona con honestidad, realismo y sin concesiones logrando impactar, remover y concienciar con una de esas películas pertinentes que se erigen como conciencia y aviso a navegantes frente a los fanatismos. Un trabajo mayúsculo como alegato político y social que, si bien da vueltas en un determinado momento demasiadas veces sobre su pertinente alegoría, habla desde el conocimiento de saber de lo que se está contando y la rabia por tener que espolear para ser escuchado.

3º “Anora” (Sean Baker) // Perlas

"Anora" supone el título de consagración para Sean Baker que a lo largo de su todavía corta filmografía se ha especializado en retratar las miserias y resiliencia de la clase obrera usamericana, usualmente llamada “white trash”, y que en su cine es capaz de encontrar voz, respaldo y algo de esperanza bien sean prostitutas transexuales, madres solteras sin oficio ni beneficio, niños abandonados a su suerte o actores porno en paro. Sean Baker lleva a cabo su película más divertida y juguetona pero no por ello le quita un ápice a su mirada analítica y descorazonadora.

“Anora” es la historia de una Cenicienta de extrarradio que se toma en serio su trabajo, por muy cuestionado que sea, y que no quiere despertarse de una ilusión que parece que va a hacer cambiar su vida y llenarla de lujo y glamur en una huida hacia delante y contrarreloj frente un sueño usamericano que se prepara para dar la bofetada de realidad teniendo por ello que ir asumiendo poco a poco este hecho para que la caída sea lo más dura posible encontrando quizá a la persona menos esperada como amortiguador en una espiral que llevara a la joven de vuelta a un “status quo” del que parece condenada a no salir, primero por clase y segundo por el hecho de una juventud en ese momento desbordante pero que no durará para siempre.

2º “Memorias de un caracol” (Adam Elliot) // Perlas

“Memorias de un caracol” parte de lo que le cuenta Grace, tras perder a su mejor amiga, a un caracol al que llama Sylvia, en honor a Sylvia Plath, la escritora favorita de su padre. Ahí conocemos la historia de Grace y Gilbert, la historia de dos mellizos que pierden a su madre en el parto y que pasarán la infancia con su padre, un director de piezas en “stop motion”, que tras quedar parapléjico tras un accidente se deja llevar por el hastío, el alcohol y la somnolencia, refugiándose en las películas, los libros y el cariño entre ellos frente a la marginación y el acoso al que les somete la sociedad; ella por ser rara y por su labio hendido, él por ser solitario y diferente.

Una reivindicación tan lúcida como provocadora de la propia identidad y de la diferencia como baluarte para llenar con la luz del amor y la comprensión la oscuridad de un mundo complejo en una apuesta valiente que sin concesiones habla de temas como la soledad, la incomprensión, el maltrato psicológico, la violencia, el “bullying” o la salud mental pero también de saber conectar con los demás sin renunciar a la personalidad y a los sueños de uno porque sólo hay una vida que vivir y la felicidad cada uno la encuentra a su manera pero siempre con el amor hacia uno mismo y hacia los demás como principal instrumento para ello. “Memorias de un caracol” es toda una joya que aúna lo macabro y lo extravagante con lo luminoso y lo tierno invitándonos a dejar atrás nuestros miedos y mirar siempre hacia adelante.

1º “Emilia Pérez” (Jacques Audiard) // Perlas

Autoconsciente, libre y sin miedo al ridículo y a encontrar respaldo en sus imperfecciones en una locura fílmica que se transforma en alegato de sororidad frente a la violencia de género que ofrece una primera hora y media plástica y vertiginosa abrazando el thriller de acción y musical vanguardista para después abrazar, con no tanto acierto, el culebrón pero conformando un título ocurrente, imaginativo y genuino que muta en todo momento conformando un musical visual y estiloso lleno de fuerza que supera las dos horas pero que no se hace pesado adoptando alma de melodrama operístico haciendo brotar la feminidad y la bondad que reside en un hombre escondido que ha basado su éxito y sus valores en un mundo cruel y violento.

Una tragedia sociopolítica y operística en la que hay comedia, tragedia y sobre todo vida frente a un mundo de machismo, corrupción y violencia entre drogas, traiciones, sangres y fosas comunes. “Emilia Pérez” es un ejercicio valiente que es capaz de superar cierta superficialidad artificiosa y transitar por una línea entre lo genuino y lo ridículo (ojito al número de la vaginoplastia) para imponerse en un ejercicio liberador más que de dolor en un impagable viaje de redención que supone un alegato brillante y apabullante sobre ser dueño o no de la vida de uno mismo aunque el alcanzarlo implique también pagar un precio demasiado alto.

Nacho Gonzalo

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