Querido primo Teo:
"Glee" fue la serie revelación televisiva del año pasado. La creación de Ryan Murphy (Nip/Tuck) sorprendió a muchos presentándonos a un coro de estudiantes inadaptados en busca de un sueño, y todo ello con un tono cargado de mucha mala baba que recordaba mucho a la excelente “Election” de Alexander Payne. Esa primera temporada la podríamos dividir en una muy buena primera parte, y en una segunda parte que aún teniendo momentos buenos baja el nivel. La segunda temporada comienza con pocos cambios en la historia, Will Schuester (Mathew Morrison) sigue al frente de Nuevas iniciativas, Sue Sylvester (Jane Lynch) sigue intentando sabotearlos, y los miembros del Glee Club siguen siendo unos parias sociales a los que tiran granizados por los pasillos, pero el tono de la serie ya no es el mismo, ya no estamos ante esa comedia con tintes de drama de la primera temporada, sino ante un puro drama teen (en el caso de las tramas de Kurt podríamos hablar hasta de tragedia teen), y la verdad es que este cambio le ha venido muy mal, ya que este tono no es nada creíble para esta serie.