Colgados de la plataforma: Del 12/05/2025 al 25/05/2025
Querido primo Teo:
Ya hemos hablado largo y tendido sobre algunas de las grandes ganadoras que marcaron la historia del Festival de Cannes, aquellas películas que definieron épocas, estilos y formas de mirar el mundo. Pero en nuestra sección de clásicos y joyas queremos volver la vista hacia otros títulos quizás menos celebrados en el imaginario popular, pero no por ello menos decisivos. Obras que también se alzaron con la Palma de Oro y que, en su momento, supieron captar el pulso de su tiempo, romper moldes narrativos o abrir caminos estéticos que aún resuenan en el cine contemporáneo. Reivindicar su victoria es, también, defender una forma de entender el cine como espejo, como riesgo y como arte en estado puro.
PELÍCULAS
“Daaaaaalí!” de Quentin Dupieux (Movistar +)
Quentin Dupieux continúa afianzando su posición como el gran alquimista de la comedia absurda del siglo XXI con “Daaaaaalí”, una película que, fiel a su estilo, se mueve entre el homenaje, la parodia y la alucinación cinematográfica. En esta ocasión, el objeto de su distorsionado y fascinante prisma es nada menos que Salvador Dalí, el genio del surrealismo convertido en personaje de sí mismo. La cinta parte de una premisa tan sencilla como engañosa: el encuentro entre una periodista francesa y el artista, motivado por un documental que jamás llegará a rodarse. A partir de ahí, Dupieux despliega un juego de espejos narrativos, repeticiones delirantes y rupturas de tono que disuelven cualquier noción convencional de biopic. Lejos de ofrecer una reconstrucción lineal, el director francés se adentra en el espíritu daliniano desde la forma misma del relato, convirtiendo el cine en un acto de performance, provocación y ensoñación a partes iguales.
“Megalópolis” de Francis Ford Coppola (Movistar +)
Francis Ford Coppola ha decidido cerrar su legado cinematográfico con “Megalópolis”, un proyecto gestado durante varias décadas y que representa, quizás, su obra más ambiciosa y personal. Sin embargo, el camino hacia su estreno no ha estado exento de obstáculos: el cineasta se ha visto enfrentado a una implacable campaña de descrédito, impulsada desde sectores de la propia industria, así como a críticas feroces que han intentado encasillar esta película inclasificable en categorías preestablecidas. Presentada en la edición de 2024 del Festival de Cannes, “Megalópolis” —con Adam Driver a la cabeza de un elenco estelar— se presenta como una fábula monumental de tintes romanos, pero ubicada en una América moderna y reinventada, un mundo distópico donde las tensiones sociales, políticas y urbanísticas se entrelazan con la mitología y la visión poética del cineasta. Más que un simple filme, “Megalópolis" es el canto de despedida de un autor que, contra viento y marea, se niega a abandonar el cine sin ofrecer una última declaración artística cargada de ambición, desafío y, sobre todo, amor por el arte.
“Saturday Night” de Jason Reitman (Movistar +) Estreno directo en la plataforma
Con motivo del cincuenta aniversario del emblemático “Saturday Night Live”, el guionista y director Jason Reitman se adentra en los orígenes de un fenómeno que no solo transformó para siempre la televisión estadounidense, sino que redefinió la comedia como herramienta de crítica, sátira y cohesión cultural. A través de una mirada nostálgica pero rigurosa, Reitman reconstruye aquellos primeros días del mítico programa creado por Lorne Michaels, marcado por la irreverencia, el vértigo del directo y un talento colectivo que acabaría moldeando generaciones enteras de cómicos, escritores y actores. Más que una simple celebración, el proyecto es también un homenaje a un espacio que supo capturar —y a menudo anticipar— los cambios políticos, sociales y emocionales de su país, exportando un modelo de humor que trascendió fronteras y redefinió el pulso de la comedia contemporánea.
“Flow, un mundo que salvar” de Gints Zibalodis (Filmin)
Ganadora del Oscar a la mejor película de animación, “Flow, un mundo que salvar” se erige como una joya del cine letón que también compitió en la categoría de mejor film internacional, consolidando su prestigio más allá de las fronteras. Dirigida por Gints Zibalois, la película nos sumerge en un universo postapocalíptico donde el agua lo cubre todo y la supervivencia es un desafío constante. A través de la mirada de un gato solitario y tenaz, “Flow” explora temas universales como la esperanza, la resistencia y la búsqueda de sentido en medio del caos. Con una animación que combina sensibilidad artística y una narrativa íntima, Zibalois logra crear una experiencia visual y emocional que trasciende el género, invitando al espectador a reflexionar sobre la fragilidad de nuestro planeta y el valor de la vida en todas sus formas.
DOCUMENTALES
“Los costureros” de Jenifer McShane (Netflix)
“Los costureros” es un delicado y revelador mediometraje documental en el que la directora Jenifer McShane se adentra en la rutina íntima y silenciosa de un grupo de acolchadores en la sala de costura de una prisión de máxima seguridad en el sur de los Estados Unidos. A través de una mirada paciente y sin estridencias, McShane captura los gestos, los ritmos y las conversaciones que surgen mientras los internos confeccionan acolchados, transformando la aguja y el hilo en herramientas de expresión, consuelo y, en cierta forma, redención. El documental no busca dramatizar ni juzgar, sino mostrar con respeto cómo, incluso en los entornos más duros, puede surgir una forma de belleza, de comunidad y de cuidado. En ese espacio entre telas y puntadas, se revelan también las costuras emocionales de los protagonistas, cuyas historias personales se entrelazan con el acto paciente de construir algo que trasciende los muros.
“Ellas en la ciudad” de Reyes Gallegos (Movistar +)
Retrato íntimo y coral de una generación de mujeres que crecieron y resistieron en los márgenes, el documental de Reyes Gallegos fija su mirada en las vecinas de tres barrios periféricos de Sevilla, construidos durante el auge urbanístico de los años sesenta. A través de sus voces —a veces silenciadas, otras nunca antes escuchadas—, la cineasta traza una crónica social y emocional que abarca más de medio siglo de transformaciones: desde el franquismo tardío hasta la democracia, desde la lucha doméstica a la conciencia colectiva. Lejos de caer en la nostalgia, Gallegos reivindica el papel fundamental que estas mujeres desempeñaron en el sostenimiento de sus comunidades, en la transmisión de valores y en la conquista silenciosa de derechos. El documental es, así, un acto de memoria y justicia, pero también una celebración de la dignidad cotidiana, tejida entre azoteas, patios y plazas.
CLÁSICOS Y JOYAS
“El salario del miedo” de H.G. Clouzot (Acontra+)
En 1953, “El salario del miedo”, de Henri-Georges Clouzot, se alzó con la Palma de Oro en el Festival de Cannes, acompañada del premio a la mejor interpretación masculina, otorgado de forma colectiva a su reparto. En esta historia áspera y tensa, un grupo de hombres desesperados acepta la misión de transportar camiones cargados de nitroglicerina a través de caminos intransitables en plena selva latinoamericana. Clouzot convierte el suspense en una experiencia casi física: cada curva, cada bache, cada minuto que pasa sin explotar es una descarga de adrenalina y angustia que no da respiro. Pero más allá del virtuosismo narrativo, la película es también una potente parábola sobre la explotación, la desigualdad y la desesperación. Bajo la apariencia de un thriller, late una crítica feroz al capitalismo salvaje, que convierte la vida humana en mercancía prescindible y el trabajo en una forma de condena. El triunfo de "El salario del miedo" en Cannes confirmó que el cine europeo no solo podía competir con Hollywood en términos de espectáculo, sino que además podía dotar a ese espectáculo de una conciencia moral, de una densidad política y de una tensión emocional que lo elevaban a la categoría de arte mayor.
“Los paraguas de Cherburgo” de Jacques Demy (Movistar +)
“Los paraguas de Cherburgo”, dirigida por Jacques Demy, es una obra fundamental en la historia del cine musical y un hito dentro del festival de Cannes, donde se alzó en el año 1964, con la Palma de Oro, consolidando su estatus como un clásico indiscutible. La película no solo renovó el género musical con su audaz apuesta estilística —todo el diálogo es cantado, desde la primera hasta la última escena—, sino que también combinó con maestría la frescura del cine popular con una sensibilidad poética y melancólica única. Ambientada en la ciudad portuaria de Cherburgo, la historia de amor entre Geneviève y Guy trasciende lo convencional al explorar temas como la ausencia, la pérdida y el paso inevitable del tiempo, bajo una estética cromática vibrante que se convierte en un personaje más del relato. El triunfo de “Los paraguas de Cherburgo” en Cannes fue un reconocimiento a la valentía artística de Demy y a su capacidad para transformar lo cotidiano en una fábula emocional de profundo calado. La película abrió nuevos caminos para el cine europeo y mundial, mostrando que el musical podía ser un vehículo para emociones complejas y una mirada crítica a la sociedad, lejos de la exuberancia superficial del Hollywood clásico. Su influencia se percibe en generaciones posteriores de cineastas y músicos, reafirmando la Palma de Oro como un premio que celebra tanto la innovación formal como la profundidad humana.
“M.A.S.H.” de Robert Altman (Filmin)
En 1970, el festival de Cannes premió con la Palma de Oro a “M.A.S.H.”, la irreverente y revolucionaria comedia bélica dirigida por Robert Altman, que llegaba para dinamitar —con bisturí e ironía— las convenciones del cine de guerra tradicional. Aunque ambientada en la Guerra de Corea, el eco del conflicto de Vietnam era imposible de ignorar: la película capturaba con lucidez el hartazgo, el absurdo y la brutal banalización de la violencia que marcaban el clima social de la época. Con su estructura fragmentaria, sus diálogos superpuestos y su tono satírico implacable, “M.A.S.H.” no solo rompía moldes narrativos, sino que introducía una nueva manera de filmar el caos: desordenada en apariencia, pero precisa en su crítica. El reconocimiento en Cannes consagró internacionalmente a Altman, abriendo la puerta a una filmografía tan prolífica como iconoclasta. Pero más allá del premio, “M.A.S.H.” señaló el inicio de una transformación profunda en el cine estadounidense: un viraje hacia relatos más desencantados, corrosivos y abiertamente críticos con las instituciones militares, médicas o políticas. En un momento de convulsión global, la película se alzó como un acto de resistencia disfrazado de carcajada, y convirtió el quirófano de campaña en un escenario donde el humor era la única forma posible de cordura.
“If” de Lindsay Anderson (Rakuten TV)
“If”, dirigida por Lindsay Anderson, es una obra emblemática del cine británico que marcó un antes y un después en la representación de la juventud y la autoridad en el cine de la época. Su triunfo en el festival de Cannes de 1968 significó un reconocimiento internacional a una película que desafiaba las normas sociales y cinematográficas, abrazando una narrativa de confrontación y cuestionamiento generacional. La película sigue a Mick, un adolescente rebelde que ingresa en un internado masculino tradicional, y a través de su mirada, Anderson explora la rigidez de las instituciones educativas, la opresión de las estructuras autoritarias y la lucha por la identidad en una sociedad marcada por el conformismo. “If” captura el espíritu contestatario de finales de los años 60, una década convulsa de cambios sociales, políticos y culturales, y lo hace con un tono irónico, a veces brutal, pero siempre profundamente humano. La Palma de Oro para “If” no solo premió una obra de gran fuerza narrativa y estética, sino que también puso en primer plano un cine británico audaz y comprometido, capaz de cuestionar el orden establecido y dar voz a una juventud que buscaba redefinir su lugar en el mundo. La película de Anderson permanece como un testimonio vital de la resistencia contra la autoridad opresiva y un referente en la filmografía que analiza las tensiones entre libertad y control.
“La clase” de Laurent Cantet (Filmin)
“La clase” de Laurent Cantet se erige como una de las obras más significativas del cine contemporáneo europeo y su Palma de Oro, conseguida en la edición de 2008, supuso un reconocimiento fundamental a un enfoque fresco, realista y profundamente humano sobre la educación y la diversidad cultural. La película sigue el día a día de un profesor de lengua francesa en una escuela secundaria de un barrio multicultural de París, mostrando sin artificios ni dramatismos innecesarios los desafíos y tensiones que surgen en un aula donde convergen múltiples identidades, orígenes y expectativas. El triunfo de “La clase” en Cannes destacó no solo por su capacidad para captar el pulso de una realidad social compleja y actual, sino también por su formato casi documental, que mezcla actores profesionales con estudiantes reales, otorgando a la narración una autenticidad única y poderosa. Laurent Cantet exploró con sutileza las dinámicas de poder, el respeto mutuo y los conflictos inherentes a la convivencia en una sociedad diversa, poniendo en evidencia las dificultades pero también la riqueza que esa diversidad aporta. Al premiar “La clase”, Cannes no solo reconoció una película sino también una voz necesaria en el debate sobre la integración, la educación y el papel docente en el siglo XXI. La película se ha convertido en un referente imprescindible para entender cómo el cine puede ser un vehículo para la reflexión social, capaz de humanizar debates complejos y fomentar el diálogo intercultural.
Mary Carmen Rodríguez






















