Conexión Oscar 2026: La grandilocuencia como enemiga de las opciones de Oscar

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Querido Teo:

Pasan las semanas y seguimos pensando que esta carrera al Oscar está muy definida entre dos películas. De momento no parece que haya avistamientos de inercias que vayan a cambiar esa tendencia. Lo que sí se percibe, en redes y entre críticos y oscarólogos de nueva cepa, es esa grandilocuencia que domina en nuestros tiempos y que busca el caso y la atención. Un maximalismo que puede suponer una estaca en el corazón para más de una cinta en la carrera al Oscar y que también podrían sufrir en sus propias carnes tanto “Una batalla tras otra” como "Hamnet".

El reciente cartel promocional que habla de la película de Chloé Zhao no sólo como la mejor película del año sino como la mejor película que jamás se haya realizado a juicio de una redactora de The Rolling Tape nos lleva a divagar sobre si hay campañas que ayudan a ganar el Oscar o, simplemente, a dejarlo perder. “Hamnet” atesora casi una decena de Premios del Público en los certámenes en los que se ha visto y esa sensación de acontecimiento antes de su estreno es una cosa, pero es otra muy distinta el hecho de catalogarla como lo que no es. No hay nada más que subjetivo que el cine pero promocionar a una película de esta manera es el pórtico hacia la decepción. Vulture ha ido a más decidiendo derribarla al nombrarla como "la primera villana de la temporada".

De ello tampoco ha quedado exenta la película “Una batalla tras otra”. Impulsada antes de su estreno por unas críticas que la terminaron llevando a ser la película del momento y a ocupar una narrativa de que, vendida como la mejor del siglo XXI, era la oportunidad perfecta para así saldar una deuda con Paul Thomas Anderson. De “Una batalla tras otra” se dice que puede romper el récord de 14 nominaciones al Oscar y que incluso podría tener hasta seis actores nominados (algo que nunca ha pasado), pero en los últimos tiempos hemos visto como tantos meses de alabanza han terminado arrastrando a determinadas películas a la historia negra de los Oscar.

Martin Scorsese ya lo ha sufrido varias veces viendo como "Gangs of New York" (2002), "El aviador" (2005), "El irlandés" (2019) o "Los asesinos de la luna" (2023) quedaron muy por debajo de las alabanzas yéndose en tres de las cuatro ocasiones de vacío. Todo para aquellos que siguen pensando que los Oscar votan como lo hacían hacen treinta años y es que la Academia no ha hecho más que huir en todo este tiempo de aquello que venía con empaque de oscarizable.

No hay caso más paradigmático que el de "La la land" (2016) a la que, convertida en un fenómeno social y con 14 nominaciones al Oscar, el premio le duró literalmente tres minutos hasta que se resolvió el entuerto avivado por Warren Beatty y Faye Dunaway en pleno escenario de los Oscar. A la película de Damien Chazelle se le hizo muy larga la carrera y esa sobreexposición le jugó una mala pasada en un voto preferencial en el que también hubo cierto castigo fruto del hartazgo de unos y el sentimiento profanador despertado en los más puristas del cine musical clásico. Un antivoto que tuvo en ese momento más fuerza que la corriente de apasionados que dieron el Oscar por ganado.

Netflix se las prometía muy felices con "Roma" (2018), proyecto muy personal de Alfonso Cuarón que en su blanco y negro potenciaba el empaque de autor que tenía una historia tan dolorosa y reivindicativa como poética y ejercicio de memoria histórica. "Roma" se convirtió en "la niña de los ojos" para los críticos y aquellos que apuestan por un cine esquivo a los cánones de Hollywood. Los Oscar lo tuvieron claro y no mostraron esa sensación de arrebatamiento que se instaba a sentir. La opción de consenso fue la más entrañable y accesible "Green book" que logró ir de "tapada" a pesar del éxtasis que despertó y que vivimos "in situ" en su pase durante el Festival de Toronto.

20 años después de “American beauty” Sam Mendes parecía todas las de ganar con "1917" (2019) pero el impacto técnico de esta propuesta bélica se quedó muy por debajo de todo el ingenio, desparpajo y mordacidad que hizo que “Parásitos” se metiera al público en el bolsillo superando barreras e idiomas. El Gremio de Actores (SAG) fue el punto de inflexión para una cinta que supone uno de los hitos de la historia reciente de los Oscar.

La reverencia crítica no va de la mano del cetro académico, y más en unos tiempos en los que los Oscar parecen más un concurso de simpatías en el que no sólo hay que contar con la baza popular sino que hay que saber o bien mantenerse en el candelero o bien explotar en el momento justo (ni antes ni después).

"El poder del perro" (2021), el western abordado con exquisitez formal por Jane Campion, fue perdiendo estatuillas conforme pasaban los meses (en las primeras predicciones se hablaba de 5 o 6 Oscar para ella) quedándose únicamente con el premio que parecía más obvio desde el principio; el de dirección. “CODA: Los sonidos del silencio” supo jugar sus cartas en el momento justo y, aunque vaya a tener siempre la vitola de una ganadora menor, Hollywood acabó prendado con ella. Se hizo con los 3 Oscar a los que optaba (película, actor de reparto y guión adaptado).

El último ejemplo más evidente vino el año pasado. "The brutalist" es una obra mastodóntica sobre la amargura del sueño americano en un portentoso ejercicio visual que no sólo bebe de grandes obras dignas de Elia Kazan, Francis Ford Coppola, Stanley Kubrick o Michael Cimino sino que hizo gala de su presupuesto de sólo seis millones de dólares, el uso y recuperación del formato de VistaVision y de su tan comentado ”intermission”. Algo nunca antes visto que, teniendo en cuenta que su promoción se basó en ello, terminó provocando más rechazo que apasionamiento, siendo un cine más de reclinatorio críptico que de fervor popular.

El resultado fueron 3 Oscar (actor, fotografía y música) pero Brady Corbet vio como la gran noche de Sean Baker con “Anora”, la cual siempre estuvo allí sin tantas alharacas a pesar de venir con el aval de la Palma de Oro del Festival de Cannes, le hizo arramblar con película, dirección, guión original y montaje, categorías clave a las que ambos optaban.

Con todo ello, y teniendo en cuenta que queda un mundo hasta el 15 de marzo, los precedentes deberían hacer calmar los ánimos y las ansias de los equipos promocionales de dos películas que lo tienen todo para poder triunfar en los Oscar (aunque sólo lo hará una de ellas) pero a las que no conviene llegar a la gran cita del cine como si fueron las refundadoras de dicho arte. Antes la grandilocuencia sólo hacía ruido en redes pero ahora también puede dinamitar carreras al Oscar. Paciencia porque lo tenga que ser será…

Nacho Gonzalo

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italia
italia
26 días atrás

El año pasado, la película el Britalista, su temática era mejor que Anora, realmente en cinco años nadie se acordará de Anora en cambio El Britalista, pasará a la historia por la gran Actuación de Adrien Brody, el cual es su segundo Óscar el primero lo ganó por el pianista.El director de Anora tiene más contactos por eso ganó el Oscar a mejor película el año pasado.

Italia Martino
Italia Martino
26 días atrás

Leonardo di Caprio, como siempre dando cátedra de actuación, cada personaje que hace supera el anterior, merece estar nominado tremenda actuación, bello, . Gracias por toda la información que publican , nos mantienen informados del mundo del Cine 🌹.

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