Conexión Oscar 2026: La brújula festivalera de Cannes y Venecia deja una carrera de premios con un rumbo por definir

Querido Teo:

Muchos tienen prisa por encontrar la ganadora del Oscar de entre las 30 películas que parecen estar mejor posicionadas pero, como en el sorteo de la lotería, el número ganador a veces tarda en salir. Es lo que parece que va a ocurrir esta temporada de premios en la que los carriles están todavía por definirse en contraposición a un año pasado en el que, a estas alturas, todo se había estrechado ya en unas pocas películas. A ello contribuyó sin duda el Festival de Cannes ("Anora", "Emilia Pérez" y "La sustancia") y el Festival de Venecia ("The brutalist" y "Aún estoy aquí"). Diferente a lo que vamos a vivir este año en el que presumible poco peso festivalero de Cannes y Venecia para los próximos Oscar está sin duda condicionando los albores de la carrera de premios.

Ilusoriamente algunos piensan que la temporada de premios arranca nada más terminar la anterior ceremonia lanzando nombres sobre la mesa sin ton ni son. Lo que tenemos en este momento no es más que un folio blanco, con algunos garabatos, pero todavía con todo por escribir. Las primeras líneas se escriben en el Festival de Cannes pero hay años en los que los trazos son más gruesos y firmes y otros más difusos. Todo ello al margen de pensar que la función de Cannes sea (que no lo es) aupar a películas para el Oscar.

Un error al que han contribuido los llamados “pundits”, habitualmente usamericanos, autoproclamados gurús camuflados de periodistas y comunicadores que tiran de grandilocuencia tuitera y de querer ser el primero en decir que ha visto la película que cerrará la carrera al Oscar antes de que la misma haya ni siquiera empezado.

Por supuesto tanto Thierry Frémaux (Cannes) como Alberto Barbera (Venecia) sacan pecho cuando sus certámenes son los lugares en los que se alumbran apuestas que llegaron a los Oscar pero, aunque buscan esa visibilidad y relevancia en forma de titular, no hay que olvidar que un Festival es, sobre todo, un lugar de encuentro para cinefilia y autores en el que conviven consagrados con nuevas voces, más allá de las tendencias algorítmicas e intentando preservar las esencias de la experiencia colectiva en salas estimulando al espectador, haciéndole reflexionar y abriendo su mente más allá de cualquier zona de confort.

Si bien el año pasado la brújula festivalera creó inercia, que dio una enorme fuerza a determinadas películas superando nichos primero, circuitos de autor después y llegando por último a los grandes premios de la industria, en esta ocasión existe cierta sensación de orfandad y de frustración para aquellos que pensaban encontrar en Cannes o en Venecia esa película a la que coronar como futura ganadora del Oscar. Y es que, a día de hoy, creemos firmemente que esa película que todo el mundo busca no ha pasado por esas plazas.

De la cosecha del Festival de Cannes 2025 (con unos ganadores mucho más gafapastas que los de 2024) sólo "Valor sentimental" de Joachim Trier tiene hechuras para llegar con fuerza hasta el último momento. No sólo por tener a la distribuidora NEON detrás (que rompió techos y barreras con “Parásitos”) sino por el hecho de que lo nuevo del director que creó un tratado sociológico de culto sobre la insatisfacción de una generación en “La peor persona del mundo” (2021), puede llegar fuerte a apartados como película, dirección, actriz, actor de reparto y guión original.

Una película que entretiene y emociona, analiza filias, fobias y contradicciones de aquellos que sacrifican su familia y sus relaciones por su dedicación a un arte como el del cine y que reporta cierta sensación de intelectualidad al que se siente subyugado por la propuesta. Desde luego tanto el director como el cuarteto actoral van cogidos de la mano sabiendo que ese factor (seguramente real) de aparentar ser una familia bien avenida, como hemos visto en anteriores ediciones, también da votos frente a cintas focalizadas en una persona en concreto.

El Festival de Venecia 2025, que se frotaba las manos y que finalmente ha terminado dando una colleja a Cannes dando el León de Oro a una película rechazada por Thierry Frémaux para la sección oficial a concurso, ha subrayado la sensación de que este año ni la Croisette ni el Lido van a sintonizar mucho con lo que dentro de todavía bastantes meses pase en Los Ángeles en la gran noche del cine

No sólo por el hecho de que Jim Jarmusch sea un auténtico “outsider” para la Academia de Hollywood relegándole a conversaciones de videoclub y filmoteca, sino por el descarrilamiento casi en pleno de Netflix que ha vuelto a darse cuenta que no tiene un caballo ganador en "Jay Kelly", "Frankenstein" o "Una casa llena de dinamita". La plataforma tendrá que seguir esperando en sus intentos de Oscar.

En cambio sí que ha habido muchas mejores noticias para "Hamnet". A pesar de que a muchos les sorprendió que la cinta de Chloé Zhao no pasara por el Lido bien es verdad que la estrategia de Focus Features ha sido inteligente. Ha decidido reservarse para Telluride y Toronto huyendo del abrase mediático que tiene Venecia encontrando pasión y fervor ante un público más favorable a la hora de acoger a las películas con pretensiones de Oscar. Las críticas no han podido ser mejores y, además de asegurar el incremento de clientes para los terapeutas en los próximos meses ante el arrase emocional que genera su visionado, ha cogido visos de acontecimiento en una carrera necesitada de películas que empiecen a asentarse.

Es más, ¿quién sabe si este año ni siquiera la película ganadora pasa por el circuito de festivales? Sería así si la Academia decide reconocer a Paul Thomas Anderson que está recibiendo algunas de las mejores críticas de una carrera ya de por sí venerada con "Una batalla tras otra". Algunos desconfiaron, bien por el género o por la fecha de estreno (en septiembre y sin la presencia previa en algún festival), pero Paul Thomas Anderson y Leonardo DiCaprio tienen el suficiente talento e inteligencia para que todo lo que toquen llegue al menos al notable alto.

Las 11 nominaciones sin premio para Paul Thomas Anderson pesan y ya se empieza a sentir movilización de los grandes tótems de la industria (desde Steven Spielberg a Christopher Nolan) para que este pueda ser por fin el año del director de ”Magnolia” (1999), “Pozos de ambición” (2007) o “The master” (2012). Sin duda, uno de esos nombres que dan dignidad, personalidad y razón de ser al cine procedente de USA.

¿Un consejo? ¿Además de seguir la carrera con nosotros? No tener prisa. Disfrutar, relativizar y ponderar. Todo se irá poniendo en su sitio pero el camino hacia el Oscar se iluminará cuando tenga que hacerlo. No conseguimos nada exprimiendo la carrera antes de que empiece para, posteriormente, llegar agotados justo en el momento que más hay que disfrutarla de cara a su recta final pensando más en lo que vendrá que en lo que hay en ese momento.

Queda mucho todavía y lo mejor es dejarse llevar por el cine que venga porque los premios no dejan de ser una excusa para hablar de nuestra pasión común y, en verdad, ni los premios previo ni los festivales existen para aventurar la película que ganará el Oscar sino para recordarnos que el cine está lleno de historias que merecen ser contadas.

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Nacho Gonzalo