Venecia 2025: Jim Jarmusch se impone con su comedia humanista en un palmarés poco atrevido e inspirado
Querido primo Teo:
El pasado mes de abril sorprendió la ausencia de "Father mother sister brother", la nueva obra de Jim Jarmusch, en la selección oficial del Festival de Cannes 2025. Resultaba llamativo porque, si la Croisette tiene una lista de cineastas predilectos, el hombre que se peina rindiendo homenaje a una creación de Frank Gehry ocupa un lugar destacado en ella habiendo optado a la Palma de Oro en ocho ocasiones. Venecia, siempre dispuesta a proyectar su sombra sobre su competidor más directo, no tardó en acudir a su rescate: el gesto se tradujo en un León de Oro que vuelve a evidenciar por segundo año consecutivo que el voto del presidente del Jurado es de calidad y decisivo (el cine de Alexander Payne conecta mucho con el de Jarmusch) y que nuevamente Venecia (al igual que con Pedro Almodóvar) se permite el gusto de reconocer a un consagrado todavía sin Palma de Oro en Cannes.
No es la primera vez que un cineasta relegado por Cannes termina por consagrarse en el Lido. Ahí están los precedentes de Mike Leigh con "El secreto de Vera Drake" (2004), Ang Lee con "Brokeback Mountain" (2005) o Audrey Diwan con "El acontecimiento" (2021). En esta ocasión, "Father mother sister brother", un tríptico sobre la complejidad y las tensiones del universo familiar, que fue invitado a participar en Cannes fuera de concurso lo que provocó que Jarmusch prefiriera ser llamado por Venecia para entrar en competición, conquistó a la crítica gracias a su frescura, su temática reflexiva pero sin aristas y su tono renovador frente a la densidad de otras propuestas en competición.
No obstante, no deja de ser una propuesta menor dentro de la filmografía de uno de los tótems del cine "indie" usamericano que deja la sensación de palmarés cobarde y poco inspirado. "El arte puede generar empatía y conexión entre nosotros, es el primer paso para resolver las cosas y los problemas que tenemos", ha señalado el director.
Esa circunstancia ha terminado perjudicando a la película acontecimiento de esta edición, la tunecina "La voz de Hind", de Kaouther Ben Hania. El film, centrado en el testimonio de una de las víctimas de la guerra en Gaza, se perfilaba tras su proyección como la gran favorita para alzarse con el León de Oro. Sin embargo, debió conformarse con el Gran Premio del Jurado tras una confrontada deliberación en la que, según afirmó Payne, en el caso de que se hubiera permitido un "ex aequo" el premio hubiera sido para ambas películas decantándose la decisión "por un 0,0000001%".
Aun así, abandona el Lido con un sólido respaldo de la crítica internacional y con el apoyo explícito de varios pesos pesados de Hollywood, un aval que augura una campaña de promoción intensa y, sin duda, incómoda por la carga política de la propuesta.
"No sólo es la historia de Hind Rajab, es trágicamente la historia de todo un pueblo que sufre el genocidio del régimen criminal israelí que actúa con impunidad. Todos creemos en la fuerza del cine. Es lo que nos nos da el coraje para contar historias que, de otro modo, quedarían enterradas. Y esta noche, esta historia no sólo trata sobre la memoria, sino sobre la urgencia", ha señalado la directora de una película sobre la angustia y el grito de ayuda de una niña de 6 años que quedó atrapada en un coche bajo el fuego durante la evacuación de su barrio en Gaza que no ha necesitado ganar para ser la película que realmente ha marcado esta edición haciendo que la tragedia del mundo actual y las banderas palestinas asomen dentro de la esquiva y banal burbuja festivalera.
Destaca (no para bien), teniendo otras opciones más lucidas que se fueron de vacío como las de Park Chan-wook, Guillermo del Toro, Kathryn Bigelow o Mona Fastvold, el desganado premio a la mejor dirección para Benny Safdie por "The smashing machine", un drama de redención en torno a una estrella de las Artes Marciales Mixtas (con Dwayne Johnson todavía secándose las lágrimas después de la proyección), mientras que sí se antojan justos y sólidos los premios interpretativos para Toni Servillo ("La grazia") y Xin Zhilei ("El sol sale para todos"), distinciones que llegaron sin sorprender a nadie.
Unos galardones que se alejan de los nombres mediáticos destacando a un gran actor europeo (en su séptima colaboración con Sorrentino y sabiendo quedar muy bien en su agradecimiento declarándose admirador tanto de Fernanda Torres como de Alexander Payne) y a una de esas interpretaciones que más han conmovido en esta edición y que se ha podido ver en la cinta de Cai Shangjun. Servillo sí que tuvo unas palabras ante la situación en Gaza definiéndolo como el lugar "donde la dignidad humana está siendo vilipendiada".
Un palmarés solvente pero tibio, poco atrevido y de escasa trascendencia, que ni apasiona ni deja a gente satisfecha, evidenciándose el quedar lejos del consenso, lo que deja un listado de ganadores desconcertante, no siendo representativo de una competición estimulante y alejándose de mensajes comprometidos o contundentes sobre el tiempo que vivimos (ni Jarmusch ni Safdie han tenido ninguna mención a la situación en Gaza) y que se aleja de los patrones de Hollywood que pretenden encontrar en este certamen una lanzadera para la temporada de premios.
Venecia 2025 obvia no sólo a toda la cosecha de Netflix ("Frankenstein", "Jay Kelly" y "Una casa llena de dinamita") sino también a "Bugonia" (primera vez que Yorgos Lanthimos no rasca premio en un festival) u opciones que podrían haber encontrado en el premio de interpretación un trampolín para el Oscar tal es el caso de Dwayne Johnson ("The smashing machine"), George Clooney ("Jay Kelly") y Jesse Plemons ("Bugonia") en mejor actor y Amanda Seyfried ("The testament of Ann Lee") y Emma Stone ("Bugonia") en mejor actriz. Además quedan fuera del palmarés "No other choice" de Park Chan-wook, "Duse" de Pietro Marcello y "El extranjero" de François Ozon, a pesar de sus buenas críticas, siendo más esperada la ausencia de "El mago del Kremlin" de Olivier Assayas y "Orphan" de László Nemes, dos de que peores críticas cosecharon en esta edición.
Palmarés
Sección oficial
León de Oro a la mejor película: "Father mother sister brother" de Jim Jarmusch
Gran Premio del Jurado: "La voz de Hind" de Kaouther Ben Hania
Premio especial del Jurado: "Sotto le nuvole" de Gianfranco Rosi
Mejor dirección: Benny Safdie (The smashing machine)
Copa Volpi al mejor actor: Toni Servillo (La grazia)
Copa Volpi a la mejor actriz: Xin Zhilei (El sol sale para todos)
Mejor guión: Valérie Donzelli y Gilles Marchand (À pied d'oeuvre)
Premio Marcello Mastroianni al mejor intérprete revelación: Luna Wedler (Silent friend)
Ópera prima: "Short summer" de Nastia Korkia
Premio del Público de Venecia Spotlight: "Calle Málaga" de Maryam Touzani
Orizzonti
Mejor película: "En el camino" de David Pablos
Premio especial del Jurado: "Lost land" de Akio Fujimoto
Mejor dirección: Anuparna Roy (Songs of forgotten trees)
Mejor actor: Giacomo Covi (Un anno di scuola)
Mejor actriz: Benedetta Porcaroli (Il rapimento di Arabella)
Mejor guión: Ana Cristina Barragán (Hiedra)
Mejor cortometraje: "Without Kelly" de Lovisa Sirén
Mary Carmen Rodríguez






































¿Pero por qué un artista debe dar un mensaje al mundo sobre la situación internacional que se está viviendo? ¿Qué conocimiento y no digamos ya obligación tiene para hacerlo? ¿Un festival de cine es el lugar apropiado para politizar? ¿Por qué hay que reconocer a una película con un premio si solo es capaz de ofrece un mensaje en lugar de calidad cinematográfica? Todas estas preguntas y unas cuantas más se me repiten en cada frívolo festival cada temporada.