"Whitney Houston: I wanna dance with somebody"

La web oficial.

El argumento: Biopic sobre la cantante Whitney Houston. Un retrato sin reservas de la compleja y multifacética mujer detrás de la que fue apodada “la voz”. Un repaso a su historia desde que era una niña que cantaba en un coro en Nueva Jersey hasta convertirse una de las artistas de la música pop más exitosas, superventas y premiadas de todos los tiempos.

Conviene ver: “Whitney Houston: I wanna dance with somebody” sigue los pasos de recientes biopics musicales que nos han llegado en los últimos tiempos como “Bohemian Rhapsody” (2018), “Rocketman” (2019), “Respect” (2021), “Los Estados Unidos contra Billie Holiday” (2021) o “Elvis” (2022). Era cuestión de tiempo que una artista tan global y exitosa (tanto en el mundo de la canción como en el del cine), que además de su potente voz tiene una aureola de superación personal y desgracia a su alrededor, tuviera su propio proyecto aunque, en verdad, el documental "Whitney" (2018) fue el suyo. Naomi Ackie cumple el reto con dignidad transmitiendo carisma y espíritu rebelde a pesar de lo difícil de encarnar a una artista tan reconocida por la cultura pop de los 90 (logrando convencer a pesar del playback sobre la reconocible y única voz de Houston) siendo una cinta al uso con altibajos personales y profesionales que también se traducen en una cinta que donde tiene la vigorosidad necesaria es en los números musicales siendo todo lo demás una justificación para llegar a ello y, sin entrar de lleno, no hacer sangre con el racismo, el machismo y las adicciones que vivió la artista. Rutinaria y desaprovechada pasando por alto pasajes interesantes de su vida, así como cuestiones morbosas para ser un panegírico corriente que tampoco abarca toda la dimensión que supuso su figura, y confiado todo en un reparto que se esfuerza y en la calidad de las canciones. Una cinta digna con las luces y sombras de las películas de este corte pero que no está la altura de su legado siendo más que un tributo emotivo y con energía un sucedáneo corriente que se ve bien pero sin más a pesar de algunas decisiones interesantes detrás de la cámara que no pueden elevar una cinta sin alma y que va de carril. Al menos quedarán los temazos y la experiencia de verla en una sala de cine lo mejor equipada posible para imbuirse de esa energía y deleite musical. 

Conviene saber: La cinta está dirigida por Kasi Lemmons (“Harriet”, “Madam C.J. Walker: Una mujer hecha a sí misma”).

La crítica le da un SEIS